Anglocatólico

COMUNIDAD ECUMÉNICA MISIONERA LA ANUNCIACIÓN. CEMLA
Palabra + Espíritu + Sacramento + Misión
Evangelizar + Discipular + Enviar


“Hay un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, actúa por todos y está en todos.” Ef 4,5s.

Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.

+Gabriel Orellana.
Obispo Misionero
¡Ay de mí si no predico el Evangelio! 1 Co 9,16b.

whatsapp +503 7768-5447

lunes, 14 de noviembre de 2011

ECLESIOLOGÍA ANGLICANA Prefacio y Capítulo 1


PREFACIO

Este Informe es labor de la Comisión Ínter anglicana Teológica y Doctrinaria, que incluye a teólogos y líderes eclesiásticos representativos de las diversidades del Anglicanismo Mundial. Su tarea era responder al llamado de la Conferencia de Lambeth de 1988 a analizar en cierta profundidad el significado y naturaleza del ser anglicano. Esa respuesta debía encuadrase dentro del contexto de la doctrina de la Trinidad, la unidad y el orden de la Iglesia y la unidad y comunidad de la humanidad. El concepto de la comunión es intrínseco del corazón y centro del peregrinaje anglicano. De él derivamos una gran parte de nuestra fe y práctica. No es de por sí un concepto estático. Con nuestro peregrinaje se ha transformado en una realidad viviente y en desarrollo. Sin embargo, ese hecho por sí solo exige un entendimiento que no puede ligarse a ningún período en particular de nuestra historia ni a ningún único enfoque cultural.

Este Informe se ofrece  como un paso más en el proceso de búsqueda de una mayor comprensión de lo que significa la comunión para el Cuerpo de Cristo. En particular, procura proponer formas en que nuestro anglicanismo pueda responder mediante modalidades prácticas que afecten y se refieran a la forma en que ordenamos nuestra vida colectiva y nuestras vidas como individuos.


CAPITULO 1

EL CONTEXTO

1.1. Nuestro Señor Jesucristo pidió a Dios que sus seguidores estuvieran completamente unidos, al igual que El y el Padre lo estaban, de modo que el mundo pudiera creer (San Juan 17:20-21). Los cristianos de todas las tradiciones luchan por responder en fe, vida y testimonio a esa visión de unidad expresada en la oración de Jesús. A todos los niveles de la vida cristiana, el llamado a la interdependencia graciable y a la unidad en fe y doctrina nos desafía.

1.2. Desde los primeros tiempos de la historia de la comunidad cristiana, se ha oído una voz amonestadora que exhorta a los creyentes a que mantengan acuerdo entre sí y mediante ello eviten las divisiones. Desde una fecha casi tan temprana han hallado singularmente difícil lograr un consenso, aun sobre cuestiones de gran importancia aparente. Cuando las Iglesias del siglo segundo desarrollaron una colección de documentos sobre el inicio de cristianismo que se llegó a llamar el Nuevo Testamento, contaban con unos pocos documentos que no atestiguaban a profundos desacuerdos y los reflejaban, y la formación de la colección misma fue producto de controversias. No obstante, las mismas controversias constituyeron etapas en el camino hacia un mayor consenso.

1.3. ¿Por qué es tan difícil hoy en día lograr la unidad e interdependencia? Durante los últimos 200 años el mundo ha presenciado una extraordinaria evolución en las esferas políticas, científicas, económicas y psicológicas. Dicha evolución ha bendecido abundantemente a los pueblos del mundo, pero al mismo tiempo ha llevado a la desintegración de las culturas, valores y estructuras sociales tradicionales y ha amenazado en forma sin precedentes el medio ambiente. La tensión entre la bendición y la desintegración crea un desafío a la unidad e interdependencia al que deben hacer frente los pueblos del mundo.

1.4. La autoridad de las nociones de progreso, crecimiento económico y la economía de libre mercado de los siglos XIX y XX, la omnipotencia del método científico y la tecnología, y el individualismo competitivo ya no se aceptan sin discusión. En muchos lugares se busca una identidad cultural, personal y social que honre la integridad y el valor de las raíces culturales.

1.5. En ese contexto, los anglicanos procuran ser fieles al Evangelio en sus contextos culturales particulares y hacer frente a exigencias morales, doctrinarias, sociales y económicas que requieren discernimientos y respuestas si se ha de mantener la identidad de la comunidad cristiana. Por ejemplo, es necesario prestar atención a los problemas de la justicia y derechos humanos incluida la sexualidad humana, la familia y la condición de la mujer, la igualdad racial, la libertad religiosa y el uso y distribución de recursos. Nuestra respuesta a esas cuestiones la condicionan nuestro contexto cultural particular, la forma en que interpretamos la Biblia, el grado de concientización de nuestra condición como parte de una comunidad humana más amplia y la atención que prestamos a la respuesta de otros compañeros ecuménicos y a las preocupaciones de quienes profesan otras fes.

1.6. Las iglesias de la Comunión Anglicana luchan con esas preocupaciones dentro de una vida de comunión e interdependencia. Es necesario ejercer discernimiento respecto de cuáles temas deben tratar las iglesias locales, cuáles deben ser estudiados a nivel provincial y cuáles a nivel de la Comunión en su integridad. La toma de decisiones se vuelve más gravosa cuando las iglesias se encuentran separadas unas de otras.

1.7. Nuevos desafíos a la unidad presionan con impaciencia a todas las iglesias, y no menos entre ellas a las de la Comunión Anglicana. En la actualidad podríamos citar cuestiones divisivas en, por ejemplo, el Océano Indico y Europa, Rwanda, Irlanda del Norte, Nigeria y el Medio Oriente, los Estados Unidos de América, Australia y el Sureste de Asia.

1.8. Cuando los cristianos se encuentran apasionadamente comprometidos en medio de situaciones complejas y explosivas, ¿cómo evitan la separación de quienes por el bautismo son sus hermanos y hermanas en Cristo, que son acogidos en la comunión de Dios la Santísima Trinidad, pero que están en desacuerdo? ¿Como permanecen en comunión con Dios y entre sí; cómo se comportan mutuamente frente al desacuerdo y el conflicto? ¿Cuáles son los límites de la diversidad si se han de mantener en pie los imperativos de unidad y comunión del Evangelio?

1.9. Las soluciones de los problemas que surgen de las complejidades de la vida contemporánea serán en algunos casos necesariamente provisorias. Hay veces en que el camino por transitar no es lo suficientemente claro como para hacer afirmaciones categóricas. Para llegar a una opinión hay que aprender de quienes forman parte de la Comunión Anglicana y participar en compañerismo y dialogo con colegas ecuménicos y de otras religiones. Tiene mérito el enfoque anglicano de escuchar a los demás, de mantenerse en el mayor nivel de comunión posible con tolerancia por las profundas diferencias de convicción y práctica.

1.10. Si bien somos conscientes de que existen importantes desafíos a nuestra unidad como Comunión, reconocemos que hemos recibido el don misericordioso de Dios la Santísima Trinidad, los recursos de nuestra vida en Cristo en palabra y sacramento y la determinación de desarrollar estructuras apropiadas y más eficaces para mantener la unidad en el servicio y la misión.

1.11. La Comisión ha centrado su estudio en el entendimiento de la fe trinitaria. Cree que la unidad de la Comunión Anglicana deriva de la unidad dada en el Dios trino y uno, cuya naturaleza personal interior y de relación es la comunión. Es ése nuestro centro. Ese misterio de la vida de Dios nos llama a la comunión en forma visible. Es por ello que la Iglesia es llamada una y otra vez a examinar y reformar las estructuras de su vida conjunta de modo que nutran y permitan la vida de comunión en Dios y sirvan a la misión de Dios en el mundo.

1.12. Las referencias en la resolución de Lambeth a la doctrina trinitaria y la unidad y comunidad de toda la familia humana ponen en claro que la preocupación de la Conferencia de Lambeth no se limitaba al fortalecimiento de la paz y unidad de la Comunión Anglicana, sino que también se relacionaba con el compromiso fiel y eficaz de la Comunión en la misión de Dios de amor y reconciliación en el mundo.

1.13. La misión y ministerio de reconciliación confiada por Dios a la Iglesia son dados en el Bautismo a todo el pueblo de Dios, el laos. Si bien este informe trata necesariamente de las estructuras de ministerio en los procesos de supervisión, su interdependencia y rendición de cuentas, lo hace en la convicción y esperanza de que esta reflexión abrirá la posibilidad de un cambio creativo que fortalezca el ministerio y misión de todo el pueblo de Dios.

1.14. Los instrumentos de comunión que son un don de Dios a la Iglesia ayudan a mantenernos en la vida del Dios Trino y Uno. Esos son los instrumentos que procuramos renovar en la Comunión Anglicana. Son también las estructuras que procuramos compartir con todos quienes han sido bautizados para participar de la vida del Dios Trino y Uno. Nuestra esperanza es que esta reflexión teológica no sólo pueda contribuir a la Comunión Anglicana, sino a la meta ecuménica de una unidad visible total.

1.15. Al reflexionar sobre las estructuras de unidad y autoridad anglicanas, somos conscientes de que el discernimiento, la toma de decisiones y la enseñanza con autoridad se encuentran en la actualidad, lamentablemente, en el contexto de Iglesias separadas, y que por ello son solamente reflexiones parciales de la Iglesia, Una, Santa, Católica y Apostólica. Por eso es necesario que los anglicanos escuchen la experiencia de otras comunidades eclesiales y que sigamos profundizando la labor de diálogo ecuménico sobre la naturaleza de la autoridad y su ejercicio en la Iglesia y que continuemos renovando nuestras estructuras anglicanas en conformidad con la convergencia ecuménica emergente.

1.16. Luego de referirse en este capítulo al contexto y a los desafíos a los que deben hacer frente los cristianos en la actualidad, el informe sigue en el capítulo dos con una reflexión teológica sobre el don misericordioso de amor en el Dios Trino y Uno y la forma en que la Iglesia responde a ese don en el ministerio que ha recibido de Cristo. En el capítulo tres se examinan los vínculos de interdependencia: lo que mantiene unidos a los anglicanos. En el capítulo cuatro se explora el principio de la subsidiariedad, identificando las maneras en que se expresan apropiadamente los vínculos de unidad en los distintos niveles de la vida de la Iglesia. En el capítulo cinco se identifican los principios que apuntalan nuestra vida conjunta y el capítulo seis ofrece algunas observaciones sobre cómo fortalecer y mejorar las instituciones internacionales anglicanas de unidad a fin de fortalecer nuestra vida conjunta por el bien de la misión de Dios en el mundo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Muchas gracias por tu aporte lleno de amor y sabiduría, nos edifica...