Anglocatólico

COMUNIDAD ECUMÉNICA MISIONERA LA ANUNCIACIÓN. CEMLA
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“Hay un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, actúa por todos y está en todos.” Ef 4,5s.

Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.

+Gabriel Orellana.
Obispo Misionero
¡Ay de mí si no predico el Evangelio! 1 Co 9,16b.

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viernes, 18 de mayo de 2018

SER CRISTIANO. Catecismo Básico Anglicano. ARTÍCULO I: FE EN DIOS


“YO CREO”
CONCERNIENTE A LOS CREDOS

119.       ¿Qué es un credo?
Un credo es una declaración de fe. La palabra “credo” viene del latín credo, que quiere decir “Yo creo.” (Juan 20:24-29)

220.       ¿Cuál es el propósito de los Credos? 
El propósito de los Credos es declarar y resguardar la verdad que Dios nos reveló en las Sagradas Escrituras sobre sí mismo, sobre nosotros y sobre la creación. (2 Pedro 1:19-21, Juan 20:31)

21.       ¿Qué significa creer en los Credos?  
Creer en los Credos significa la aceptación de la verdad revelada de Dios, y la intención de vivir según esa verdad. (2 Timoteo 3:14-15)

22.       ¿Qué Credos acepta y reconoce la Iglesia? 
La Iglesia acepta y reconoce el Credo de los Apóstoles, el Credo Niceno, y el Credo de San Anastasio. (Artículos de la Religión, 8)

23.       ¿Por qué aceptas y reconoces tú estos Credos? 
Yo acepto y reconozco estos Credos junto con la Iglesia porque están basados en las Sagradas Escrituras y son fiel expresión de sus enseñanzas. (1 Corintios 15:3-11; Filipenses 2:6-11)

24.       ¿Por qué deberías conocer estos Credos?
Debería conocer estos Credos porque establecen las creencias esenciales de la fe cristiana.

25.       ¿Qué es el Credo de los Apóstoles? 
El Credo de los Apóstoles dice:
       Creo en Dios Padre todopoderoso, 
       Creador del cielo y de la tierra;
       Creo en Jesucristo su único Hijo, nuestro Señor. 
       Fue concebido por obra del Espíritu Santo 
       y nació de la Virgen María. 
       Padeció bajo el poder de Poncio Pilato. 
       Fue crucificado, muerto y sepultado. 
       Descendió a los infiernos (o “al lugar de los muertos”). 
       Al tercer día resucitó de entre los muertos. 
       Subió a los cielos, 
       y está sentado a la diestra de Dios Padre.
       Vendrá otra vez a juzgar a vivos y a muertos.
       Creo en el Espíritu Santo, 
       la santa Iglesia católica, 
       la comunión de los santos, 
       el perdón de los pecados, 
       la resurrección de los muertos, 
       y la vida eterna. Amén.   





CONCERNIENTE A LAS SAGRADAS ESCRITURAS 

26.   ¿Qué son las Sagradas Escrituras? 
Las Sagradas Escrituras son “la Palabra Divina escrita” (Artículos de la Religión, 20), dadas por el Espíritu Santo a través de los profetas y apóstoles como la revelación de Dios y de lo que ha hecho en la historia de la humanidad, y por lo tanto constituyen la autoridad final de la Iglesia sobre todos los asuntos de fe y práctica. (2 Timoteo 3:16)

27.   ¿Qué libros constituyen las Sagradas Escrituras?
Los treintainueve libros del Antiguo Testamento y los veintisiete libros del Nuevo Testamento conforman la totalidad de las Sagradas Escrituras, que también se denominan la Biblia o libros canónicos. (Artículos de la Religión, 6)

28. ¿Qué contiene el Antiguo Testamento?
El Antiguo Testamento contiene la descripción de la creación de todas las cosas a manos de Dios, la desobediencia original de la humanidad, el llamado de Dios a Israel para ser su pueblo, la ley de Dios, la sabiduría de Dios, los hechos de salvación de Dios, y las enseñanzas de los profetas de Dios. El Antiguo Testamento señala a Cristo, revelando la intención de Dios de redimir y reconciliar al mundo a través de Cristo.

29.  ¿Qué contiene el Nuevo Testamento?
El Nuevo Testamento contiene la descripción del nacimiento, la vida, el ministerio, la muerte, la resurrección y la ascensión de Jesucristo, el ministerio de la Iglesia primitiva, las enseñanzas de los Apóstoles, y la revelación del Reino venidero eterno de Cristo.

30.  ¿De qué manera se relacionan entre sí el Antiguo y el Nuevo Testamento?
El Antiguo Testamento es para leer a la luz del Cristo encarnado, crucificado y resucitado, y el Nuevo Testamento es para leer a la luz de la revelación de Dios a Israel. Tal como dijo San Agustín, “En el Antiguo Testamento se oculta el Nuevo y en el Nuevo se revela el Antiguo” (Hebreos 8:1-7; San Agustín, Cuestiones sobre el Heptateuco 2.73)

31.  ¿Qué significa que las Sagradas Escrituras sean inspiradas?
Las Sagradas Escrituras tienen el “aliento divino,” es decir que son inspiradas por Dios, pues los autores bíblicos escribieron con la guía del Espíritu Santo de Dios al registrar la Palabra de Dios. (2 Timoteo 3:16)

32. ¿Qué significa que la Biblia es la Palabra de Dios?
Dado que la Biblia es inspirada por el Espíritu Santo, es acertado llamarla la Palabra Divina escrita. Dios se revela en sus poderosas obras y en la encarnación de nuestro Señor, pero conocemos sus obras y su voluntad a través de las palabras inspiradas de las Escrituras. Dios “habló por los profetas” (Credo Niceno), y continúa hablando a través de la  Biblia hoy. (Hebreos 1:1-2; 3:7-11; 10:15-17; 12:25-27)

33. ¿Por qué se lo llama a Jesucristo la Palabra [o el Verbo] de Dios?
La plenitud de la revelación de Dios se halla en Jesucristo, quien no solo cumple las Escrituras sino que es también la Palabra de Dios o Verbo Divino, la expresión viva de la mente de Dios. Las Escrituras dan testimonio de él: “En el principio ya existía el Verbo” y “El Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros.” Por lo tanto, “La ignorancia de las Escrituras es ignorancia de Cristo.” (Juan 1:1, 14; Jerónimo, Comentario sobre Isaías, prólogo)

34. ¿Cómo deben interpretarse las Sagradas Escrituras?
Así como las Sagradas Escrituras no fueran dadas a través de una interpretación privada de las cosas, así también han de ser traducidas, leídas, predicadas, enseñadas y obedecidas en su sentido llano y canónico, respetuoso de la lectura que la iglesia históricamente les ha dado en forma consensuada. (2 Pedro 1:20-21; Declaración de Jerusalén; Artículos de la Religión, 2)

35. ¿Cómo debería afectar tu vida el hecho de creer en el Dios de la Biblia? 
Al aprender las Sagradas Escrituras, meditándolas en oración, debo esperar que el Espíritu Santo las use para enseñarme, reprenderme, corregirme y entrenarme en la rectitud que Dios desea. Esto alimenta mi alma, llevándola hacia el servicio de Dios y de mi prójimo. (2 Timoteo 3:16

36. ¿Cómo debes usar las Sagradas Escrituras en tu vida diaria?
Yo debo “oír, leer, considerar, aprender e interiormente asimilar” (Libro de Oración Común) las Sagradas Escrituras para que, con paciencia y fortaleza a través de la Palabra de Dios,  yo pueda abrazar y siempre mantener la esperanza bendita de la vida eterna que me fue dada en Cristo Jesús. Yo debo leer y orar las Escrituras a diario, para poder conocer la verdad de Dios y proclamarla con claridad al mundo entero.

37. ¿Qué otros libros reconoce la Iglesia?
Los libros canónicos de las Santas Escrituras contienen todas las cosas necesarias para la salvación. Los catorce libros apócrifos (o deuterocanónicos) también se pueden leer “para ejemplo de vida e instrucción de buenas costumbres,” pero “no para establecer doctrina alguna” (Artículos de la Religión, 6).


“CREO EN DIOS”

38.      ¿Quién es Dios?
Dios es un único Ser que existe eternamente en tres Personas divinas: Padre, Hijo, y Espíritu Santo. Esta es la Santa Trinidad. (Mateo 3:16-17; 28:19)

39. Según las Sagradas Escrituras ¿cuál es la naturaleza y carácter de Dios? 
“Dios es amor” (1 Juan 4:16). Compartiendo una eterna comunión de amor entre las tres Personas, Dios ama y misericordiosamente redime la creación caída. “Dios es santo” (Salmo 99; Isaías 6:1-4). Dios es absolutamente transcendente, bueno, justo, y se opone a todo el pecado y el mal. El amor de Dios es santo, la santidad de Dios es todo amor, y el Señor Jesucristo es la expresión más plena de todo el carácter de Dios. (Hebreos 1:3; Juan 1:18; 17:21; Colosenses 1:19)

“PADRE TODOPODEROSO”

40.      ¿Quién es Dios Padre? 
Dios Padre es la primera Persona de la Santa Trinidad, de quien se engendra eternamente el Hijo y de quien procede eternamente el Espíritu Santo. (Juan 1:1, 14; 14:16-17, 26; 15:26, Credo Niceno)

41.      ¿Por qué llamamos a la primera de las tres Personas divinas “Padre”?
Nuestro Señor Jesús llamó a Dios “Padre” y le enseñó a sus discípulos que hicieran lo mismo, y San Pablo enseña que Dios adopta a los creyentes como sus hijos y herederos en Cristo, enviando su Espíritu Santo a nuestros corazones, gritando “Abba, Padre.” (Mateo 6:9; Romanos 8:15-17; Gálatas 4:4-7).
42.      ¿Qué quieres decir cuando llamas a Dios “Padre?”
Cuando llamo a Dios “Padre,” reconozco que fui creado por Dios para una relación con él, que Dios me hizo a su imagen, que confío en Dios como mi Protector y Proveedor, y que pongo mi esperanza en Dios como su hijo y heredero en Cristo. (Génesis1:26, Mateo 6:25-33; Romanos 8:16-17)

43.      ¿Por qué dices que Dios Padre es “Todopoderoso?”
Llamo al Padre “Todopoderoso” porque tiene poder sobre todo y ordena todo según su voluntad. Junto con su Hijo y el Espíritu Santo, el Padre es omnisciente y omnipresente en todas partes. (1 Crónicas 29:10-13; Salmo 139)


“CREADOR DEL CIELO Y LA TIERRA”

44.      ¿Por qué llamas a Dios Padre “Creador?”
Llamo a Dios Padre “Creador” porque es el único diseñador y originador de todo lo que existe. Él crea y sostiene todas las cosas a través de su Palabra, y da vida a todas las criaturas a través de su Espíritu. (Génesis 1; 2:7; Job 33:4; Juan 1:1-3; Hebreos 1:3)

45.      El reconocer a Dios como Creador ¿de qué manera afecta tu comprensión de su creación?
Yo reconozco que Dios hizo todo lo que existe para su propia gloria. Creó a los seres humanos en su imagen, hombre y mujer, para servirle como mayordomos, administradores y cuidadores de su creación. Encomienda su buena creación a nosotros como un don para disfrutar y una responsabilidad para cumplir. (Génesis 1:27-28; 2:15; Apocalipsis 4:11)

46.      ¿Qué significa que Dios hizo el cielo y la tierra?
Significa que todas las cosas, ya sean visibles o invisibles, físicas o espirituales, fueron creadas de la nada a través de la Palabra del Dios eterno. (Génesis 1:1)

47.      Si Dios hizo un mundo que era bueno ¿por qué peco?
Adán y Eva se rebelaron contra Dios, trayendo al mundo el dolor, la labor infructífera, la alienación de Dios del otro, y la muerte. Yo heredé una naturaleza caída y corrompida, y yo también peco y no soy digno de la gloria de Dios. (Génesis 3; Romanos 3:23; 5:12)

48.      ¿De qué manera te afecta a ti el pecado?
El poder del pecado, egoísta y opuesto a Dios, que se encuentra presente en todas las personas, me corrompe a mí y corrompe mi relación con Dios, con los demás y con la creación. Debido al pecado y apartado de Cristo, estoy espiritualmente muerto, separado de Dios, bajo su justa condenación, y sin esperanza. (Génesis 3; Efesios 2:1-3; Gálatas 5:19-21)

SER CRISTIANO. Catecismo Básico Anglicano. PARTE II: CREYENDO EN CRISTO


EL CREDO DE LOS APÓSTOLES Y LA VIDA DE FE
 
Para los cristianos católicos anglicanos, al igual que todos los cristianos genuinos, el auténtico cristianismo es el cristianismo apostólico. El cristianismo apostólico se basa en el testimonio histórico de los seguidores de Jesús, los apóstoles, quienes fueron testigos oculares de los eventos de la vida de Jesús, y de su muerte, resurrección, ascensión, su actual reino celestial, y su promesa de retorno en el futuro. Tanto Jesús como sus apóstoles comprendían que estos hechos eran el cumplimiento de las esperanzas del Antiguo Testamento del Reino (o reinado) de Dios, al cual debía llevar el pacto de Dios con Israel, y que la Iglesia Cristiana recibió como realidad de Jesús y sus apóstoles.

Los cristianos católicos anglicanos afirmamos que toda la Biblia, el Antiguo y el Nuevo Testamento, es la “Palabra Divina escrita (Artículos de la Religión, 20), de donde aprendemos estos hechos con la autoridad de las escrituras. Ya para el siglo II, estos hechos claves de la fe apostólica habían sido organizados en un compendio de temas para la enseñanza catequética (la Regla de la Fe), y este compendio se convirtió en el Credo de los Apóstoles’- así llamado porque resume la fe apostólica. Con el tiempo este Credo, uno de los tres que hoy se encuentra en el Libro de Oración, fue tomado como la declaración bautismal utilizada en la iglesia en Roma y otras partes del mundo cristiano. Es el primero de los Credos que reconocemos y aceptamos, es el más breve y el más fácil de memorizar para los fines de la catequesis, pero se complementa y profundiza con el Credo Niceno y el Credo de San Anastasio.

Reunir y centrarse en las verdades centrales de la fe apostólica, tal como las presentan las Escrituras, es la primera tarea de cualquier catequesis. Y es lo que hace el Credo de los Apóstoles. Está organizado en tres párrafos o artículos, cada uno de los cuales describe la persona y obra del Padre, el  Hijo, y el Espíritu Santo. Así, el Credo es Trinitario, al igual que lo es el Nuevo Testamento. Es un listado de verdades que llevan a los que buscan al encuentro de una fe  personal enfocada y basada en el Dios Trino, y a un verdadero discernimiento del compromiso personal que implica una fe de este tipo.

El Credo existe, al igual que todos los Credos y Confesiones, para definir y defender este compromiso que constituye la base de lo que es ser cristiano. Su artículo central – que declara quién y qué fue, es y será Jesucristo – es el más largo; el artículo sobre Dios el Creador (el Padre) es el que lo presenta, y el artículo sobre el Espíritu Santo y la salvación cristiana sigue desde allí. El Credo, como un todo, es un testimonio del corazón vital de la auto-revelación de Dios. Es un documento de consenso, que nos llega con el resonante eco y aval de creyentes fieles a través de casi dos mil años, pues fue recitado por comunidades cristianas en todo momento y lugar de la historia de la iglesia cristiana. Y es una señal de la ortodoxia, es decir de la creencia correcta, que guía nuestra comprensión de la verdad revelada de Dios en puntos donde nuestras mentes nubladas por el pecado podrían hacernos extraviar.

SER CRISTIANO. Catecismo Básico Anglicano. I parte. COMENZANDO CON JESUCRISTO.


Introducción 

El propósito de este catecismo es dejar en claro a cada persona lo que implica ser cristiano. Establece lo que es esencial para la fe y la vida cristiana. Le abrirá la puerta a cada uno para conocer a Jesucristo y experimentar el amor pleno de Dios en él. Lo llevará a una participación plena en la vida y misión de la Iglesia, al llegar a ser ciudadano del Reino de Dios. Y lo anclará en la realidad total del gozo inextinguible, que comienza en esta vida y continúa en aumento en la vida venidera. 

Sin embargo, podemos saber estas cosas y aun así mantenernos apartes de ellas. Para no perdernos de lo que Dios nos está ofreciendo es imperioso que cada uno de nosotros reciba a Jesucristo como nuestro propio Salvador y Señor – si aún no lo hizo – y asuma el compromiso ante él de ser su discípulo durante toda la vida. Esta sección inicial del Catecismo se centra en ayudar a cada uno a tomar este paso, y una vez que lo haya hecho, a saber que lo ha hecho para poder seguir a partir de allí.

Ser cristiano es un compromiso de por vida, pero comienza por convertirse en cristiano de manera consciente, así como ser esposos comienza con los votos matrimoniales. Ser cristiano es un proceso que consiste en ir avanzando a partir de ese punto. Al continuar en el camino con Cristo, con su Padre como nuestro Padre, su Espíritu Santo como nuestra ayuda y guía, y su Iglesia como nuestra nueva familia, nos iremos adentrando de manera cada vez más profunda en el llamado del cristiano que ha renacido, el llamado de alabanza, adoración, servicio y relaciones modeladas en Cristo. 

El Evangelio 

Es necesario tener claro desde el principio que Dios crea a los seres humanos para intimidad con él; pero nadie logra cumplir este propósito naturalmente. Todos estamos fuera de sintonía con Dios. En lenguaje bíblico, somos pecadores, culpables ante Dios y estamos separados de él. La vida en Cristo implica, en primer lugar, permitir que Dios realice sus acciones amorosas para remediar una situación acuciante. 

Los hechos claves de esta solución divina, que la Biblia llama Evangelio (que quiere decir “buenas nuevas”), son estos: Dios Padre envió a su Hijo eterno a este mundo para reconciliarnos a nosotros, los pecadores, con él, y para preservarnos y prepararnos para su gloria en la vida venidera. Nacido de la Virgen María a través del Espíritu Santo, el Hijo, cuyo nombre humano es Jesús, vivió una vida perfecta, murió la muerte de un criminal como sacrificio por nuestros pecados, y resucitó de la tumba para reinar como Cristo (que significa “el Ungido”) en nombre de su Padre en el Reino de Dios. Reinando hoy en los cielos, continúa a atraer a los pecadores hacia él a través de la comunicación del Evangelio aquí en la tierra. A través del Espíritu Santo nos permite alejarnos de todo corazón de nuestros caminos pecaminosos y egoístas (arrepentimiento) y encomendarnos a él para vivir en unión y comunión con él (fe). En términos espirituales, el egocentrismo es camino de muerte, y la comunión con Cristo es camino de vida. El Santo Bautismo, el rito de ingreso a la comunidad y comunión de la Iglesia, marca esta transición de muerte a vida en Cristo. El Apóstol Pedro dijo, al proclamar el Evangelio en la mañana de Pentecostés: “Arrepiéntase y bautícese cada uno de ustedes en el nombre de Jesucristo para el perdón de sus pecados, y recibirán el don del Espíritu Santo. En efecto, la promesa es para ustedes, para sus hijos y para todos los extranjeros, es decir, para todos aquellos a quienes el Señor nuestro Dios quiera llamar” (Hechos 2:38-39). 

Dios Padre nos llama a él a través de Dios Hijo. Jesús dijo, “Yo soy el camino, la verdad, y la vida. Nadie llega al Padre si no por mí” (Juan 14:6). Al venir al Padre a través de Jesucristo, experimentamos el amor incondicional y transformador de Dios

Dios Hijo nos llama a creer en él. Después de resucitar Jesús de entre los muertos uno de sus seguidores, Tomás, dijo que sólo creería si podía ver a Jesús y tocar sus heridas. Más tarde Jesús apareció, le extendió sus manos y le dijo a Tomás que pusiera su mano en las heridas. Tomás allí exclamó “¡Mi Señor y mi Dios!” (Juan 20:28). Es posible que entendamos mucho de Jesús, como Tomás antes de este encuentro, pero eso no es lo mismo que creer personalmente en Jesús como nuestro Señor y Dios. Podemos asistir a los servicios en la iglesia y hacer muchas cosas buenas sin conocer a Jesús resucitado. Conocer a Jesús como Salvador y Señor implica creer personalmente en él, entregándole nuestras vidas y viviendo como sus seguidores llenos de gozo. 

Dios Espíritu Santo ilumina nuestras mentes y corazones para creer en Jesús, y nos da nacimiento y vida espiritual al hacerlo. Nuestro Padre amoroso “dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan” (Lucas 11:13). Al poner nuestra fe en Jesús, el Espíritu Santo viene a morar en nosotros y de manera  maravillosa nos concede poder y dones para la vida y el ministerio como  discípulos de Jesús. Para poder vivir fielmente como cristianos debemos confiar en que el Espíritu Santo nos equipará y nos preparará para hacerlo. 

Padre, Hijo y Espíritu Santo están cerca de nosotros en todo momento y nos escucharán cada vez que oramos con sinceridad, creyendo honestamente lo que decimos. Dios nos llama al arrepentimiento y a la fe en Cristo, y una manera de entrar en una vida en Cristo es decir una oración como esta – preferiblemente en la presencia de un cristiano maduro: 

Oración de Arrepentimiento y Fe 

                  “Señor Jesucristo, confieso mis faltas, defectos, pecados, y actos de rebeldía, y te pido que me perdones. Te tomo, Señor Jesús, como mi Salvador y Señor. Gracias por tu muerte propiciatoria en la cruz en obediencia a la voluntad de tu Padre para saldar mis pecados. Te entrono, Señor Jesús, para que estés a cargo de cada parte de mi vida, y te pido que tu Santo Espíritu more en mí y me llene de poder, para que yo pueda vivir como tu fiel seguidor de ahora en adelante. Amén.” 

Los “aspirantes” que están en el camino hacia la fe, pero que saben que aún no están preparados para orar en estas palabras con total sinceridad, igualmente podrán orar honestamente siguiendo la siguiente guía: 

Oración del Aspirante  
                         
             “Oh Dios, mi Creador, que enviaste a tu Hijo como el Camino, la Verdad y la Vida para salvarme a mí y al mundo entero, creo en tu realidad. Ayúdame en mi descreimiento.
             “Ansío comprender todo lo que implica ser amado, conocido y perdonado por ti, y ser sanado plenamente: en paz contigo, con otros, conmigo y con tu creación. Sé que he pecado contra ti, contra otros, contra mí y contra la creación de la cual formo parte.
             “Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten misericordia de mí, que soy pecador. Abre mis ojos a todo lo que eres, y acércame a ti, te lo ruego. Amén.” 

Dios siempre responderá a la oración honesta, entregada con paciencia, persistencia y humildad. 

Al explorar este Catecismo vuelvan una y otra vez a Dios en oración, para llegar a conocerlo cada vez más. Al aprender más sobre Dios Padre, podrían orar con una oración similar a esta:
             “Padre de toda gracia, vengo ante ti a través del trabajo de salvación que hizo Jesucristo en la cruz. Te doy gracias por adoptarme como tu hijo a través de él. Concédeme la gracia de conocerte más plenamente como mi Padre celestial, que yo pueda disfrutar de la plenitud de las promesas de tu Reino eterno; por Jesucristo nuestro Señor. Amén”. 

Al aprender más sobre Dios Hijo, podrían orar con una oración similar a esta: 

                “Señor Jesucristo, al entregarme a ti como Señor de mi vida, estréchame cada vez más cerca de ti. Muéstrame los lugares donde quizás guarde resistencia a tu señorío y rechazo de tu voluntad. Llévame al mayor gozo de la vida abundante que tú deseas para mí, ahora y siempre; por tu santo Nombre. Amén.” 

Al aprender más sobre Dios Espíritu Santo, podrían orar con una oración similar a esta: 

                “Dios todopoderoso, te doy las gracias por darme nueva vida en Jesucristo. Te pido que me lleves nuevamente con tu Santo Espíritu.  Alienta en mí la bondad y el amor de Jesús. Prepárame para servirte en fe y obediencia a Cristo para que yo siempre viva para tu gloria; por Jesucristo nuestro Señor. Amén.” 
                     
Para dar claridad y mayor detalle, y para fines de enseñanza y aprendizaje, ahora propondremos estas cosas en forma de preguntas y respuestas. 

                    
DESIGNIO DE SALVACIÓN 
                  
1. ¿Qué es el Evangelio?
El Evangelio es la buena nueva del amor y la salvación de Dios hacia la humanidad perdida a través del ministerio por palabra y hecho de su Hijo, Jesucristo. (1 Corintios. 15:1-4; Romanos 5:15; Juan 1:12; 1 Juan 5:11-12)

2.¿Qué es la condición humana?
La condición humana universal es que, aunque fuimos hechos para tener comunión con nuestro Creador, quedamos separados de él por nuestra rebelión egocéntrica contra él, lo que lleva a culpa, vergüenza, y temor a la muerte y al juicio. Este es el estado del pecado. (Génesis 3; Romanos 3:23)

3. ¿Cómo te afecta el pecado?
El pecado me aliena de Dios, de mi prójimo, de la creación de Dios y de mí mismo.  Me siento culpable, perdido, desvalido, desesperanzado, y recorriendo el camino de la muerte. (Isaías 59:2; Romanos 6:23)

4.¿Qué es el camino de la muerte?
El camino de la muerte es una vida vacía del amor de Dios y de su Espíritu Santo que da vida, controlada por cosas que no pueden traerme gozo eterno, pero que sólo llevan a la oscuridad, el sufrimiento y la condena eterna. (Romanos 1:25; Proverbios 14:12; Juan 8:34)

5.¿Puedes arreglar tu relación quebrada con Dios?
No. No tengo poder para salvarme a mí mismo, pues el pecado corrompió mi conciencia y capturó mi voluntad. Sólo Dios me puede salvar. (Efesios 2:1-9; Juan 14:6; Tito 3:3-7)           

6.¿Cuál es el camino de la vida?
El camino de la vida es una vida orientada a amar y responder  a Dios Padre y su Hijo, Jesucristo, en el poder del Espíritu Santo de Dios habita en nosotros, y que lleva a la vida eterna. (Juan 14:23-26; Colosenses 1:9-12; Efesios 5:1-2; Romanos 12:9-21) 

7. ¿Qué quiere darte Dios?
Dios quiere reconciliarme con Él, liberarme del cautiverio al pecado, llenarme con el conocimiento de Él, hacerme ciudadano de su Reino, y prepararme para adorarle, servirle y glorificarlo ahora y por siempre. (1 Juan 5:11-12; 1 Corintios 5:19; Efesios 2:19; 3:19; Colosenses 1:9) 

8.¿Cómo te salva Dios? 
Dios me salva por gracia, que es el amor inmerecido que Él me da en y a través de Jesús. “Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en Él tenga vida eterna.” (Juan 3:16) 

9. ¿Quién es Jesucristo?
Jesús es mi Salvador, totalmente Dios y totalmente hombre. Cargó con mis pecados, murió en mi lugar en la cruz, y luego resucitó de entre los muertos para reinar como el rey ungido sobre mí y toda la creación. (Colosenses 1:15-26)

10.  ¿Hay algún otro camino a la salvación?
No. El Apóstol Pedro dijo de Jesús, “En ningún otro hay salvación” (Hechos 4:12). Jesús es el único que puede salvarme y reconciliarme con Dios. (1 Timoteo 2:5) 

11.   ¿Cómo deberías responder al Evangelio de Jesucristo?
Debería arrepentirme de mis pecados y poner mi fe en Jesucristo como mi Salvador y mi Señor. (Romanos 10:9-10; Hechos 16:31) 

12. ¿Qué implica para ti el arrepentimiento?
El arrepentimiento implica que experimento un cambio en el corazón, dejando de servirme a mí de manera pecaminosa y comenzando a servir a Dios al seguir a Jesucristo. Necesito la ayuda de Dios para lograr este cambio. (Hechos 2:38; 3:19) 

13. ¿Qué implica para ti tener fe?
Tener fe implica que creo que el Evangelio es verdad; reconozco que Jesús murió por mis pecados y resucitó de entre los muertos para reinar sobre mí; me entrego a él como mi Salvador; y le obedezco como mi Señor. Como dijo el Apóstol Pablo, “Si confiesas con tu boca que Jesús es Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo” (Romanos 10:9). 

14. ¿Cómo puede arrepentirse una persona y poner su fe en Jesucristo? 
Cualquier persona podrá arrepentirse y poner su fe en Jesucristo en cualquier momento. Una manera de hacer esto es diciendo con corazón sincero una oración similar a la Oración de Arrepentimiento y Fe que aparece más arriba. (Juan 15:16; Hechos 16:31-34; Romanos 10:9; Hebreos 12:12) 

15. ¿Qué deberías hacer después de haberte entregado a Dios en busca de salvación con arrepentimiento y en fe? 
Si aún no he sido bautizado, después de haber recibido la instrucción correspondiente, debo ser bautizado y ser parte de la muerte y resurrección de Jesucristo, para así ser miembro de su Cuerpo, la Iglesia. (Mateo 28:19-20; 1 Corintios 12:13) 

16. ¿Qué otorga Dios al salvarte?
Dios me otorga la reconciliación con él (2 Corintios 5:17-19), el perdón de los pecados (Colosenses 1:13-14), la adopción a su familia (Gálatas 4:4-7), la ciudadanía en su Reino (Efesios 2:19-21, Filipenses 3:20), la unión con él en Cristo (Romanos 6:3-5), una nueva vida en el Espíritu Santo (Tito 3:4-5), y la promesa de la vida eterna (Juan 3:16; 1 Juan 5:12).  

17. ¿Qué desea Dios lograr en tu vida en Cristo?
Dios desea transformarme a la imagen de Jesucristo mi Señor, por el poder de su Espíritu Santo. (2 Corintios 3:18) 

18. ¿Cómo te transforma Dios?
Él me irá transformando a través del tiempo a través de la adoración y alabanza, la oración y la lectura bíblica, con otros o en forma personal; la fraternidad con el pueblo de Dios; la búsqueda de la santidad de vida; el testimonio a aquellos que no conocen a Cristo; y actos de amor hacia todos. Los primeros cristianos comenzaron con esta práctica al “mantenerse firmes en la enseñanza de los apóstoles y la comunión, en el partimiento del pan y en la oración.” (Hechos 2:42; Hebreos 10:23-25)