Recomendaciones
Testimonio cristiano en un mundo de pluralismo religioso
Recomendaciones sobre la práctica del testimonio
Fecha del documento: 28.06.2011
La Tercera Consulta organizada por el CMI y el PCDI de la Santa Sede en colaboración con la AEM y con la participación de las familias cristianas más numerosas (católica, ortodoxa, protestante, evangélica y pentecostal), elaboró el presente documento en un espíritu de cooperación ecuménica para estudio por las iglesias, los órganos confesionales nacionales y regionales y las organizaciones misioneras, y, en especial, aquellas personas que trabajan en contextos interreligiosos, y recomienda que todos ellos:
1. estudien las cuestiones planteadas en el presente documento y, llegado el caso, formulen directrices destinadas a la práctica del testimonio cristiano que sean aplicables en el respectivo contexto. Siempre que sea posible, esto debería hacerse de forma ecuménica, y en consulta con los representantes de otras religiones.
2. construyan relaciones de respeto y confianza con creyentes de todas las religiones, en particular a nivel institucional entre las iglesias y otras comunidades religiosas, entablando un diálogo interreligioso permanente como parte de su compromiso cristiano. En algunos contextos, en los que años de tensión y de conflicto han creado graves recelos y quebrantamiento de las relaciones de confianza entre las comunidades, el diálogo interreligioso puede aportar nuevas oportunidades para resolver los conflictos, restaurar la justicia, curar las memorias, promover la reconciliación y consolidar la paz. .
3. estimulen a los cristianos a reforzar la propia identidad y fe religiosas, al mismo tiempo que a profundizaren su conocimiento y entendimiento de las otras religiones, y, al hacerlo, a tener en cuenta los puntos de vista de los adeptos de esas religiones. Los cristianos deben evitar la tergiversación de las creencias y prácticas de los creyentes de otras religiones.
4. cooperen con otras comunidades religiosas, participando en acciones interreligiosas de defensa y promoción de la justicia y el bien común y, siempre que sea posible, expresen conjuntamente con esas comunidades su solidaridad para con las personas que se encuentran en situaciones de conflicto.
5. insten a los respectivos gobiernos a velar por el debido amplio respeto de la libertad de religión, reconociendo que en muchos países se impide a las instituciones religiosas y las personas el ejercicio de su misión.
6. oren por sus prójimos y por su bienestar, reconociendo que la oración es una parte esencial de lo que somos y hacemos, así como de la misión cristiana. .
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