COMUNIDAD ECUMÉNICA DE FE
PALABRA + ESPÍRITU + SACRAMENTO + MISIÓN
1. El
ministerio en la Iglesia Católica Antigua
San Ignacio
de Antioquía (S. 110 D.C), uno de los Padres Apostólicos, enseña que el modelo de Ministros en la Iglesia según
el Nuevo Testamento son: el pueblo, los obispos, los presbíteros y
los diáconos.
El ministerio del pueblo es
representar a Cristo y Su Iglesia; ser testigos de EL donde quiera que ellos
estén; y, según los dones recibidos, portar el trabajo de Cristo de
reconciliación en el mundo, y tomar su lugar en la vida, la adoración y el
ministerio de la Iglesia.
El ministerio del Obispo es representar a Cristo y su
Iglesia, particularmente como Apóstol,
sumo sacerdote y pastor; ser guardador de la fe, unidad y disciplina de la
Iglesia entera, proclamar la Palabra de Dios; actuar en el nombre de Cristo
para la reconciliación del mundo y la construcción de la Iglesia; y ordenar a
otros para que continúen con el ministerio de Cristo.
El ministerio del Presbítero es representar a Cristo y Su
Iglesia, particularmente como pastor
del pueblo; compartir con el Obispo la supervisión de la Iglesia; proclamar el
Evangelio; administrar los Sacramentos y bendecir y declarar el perdón en el
nombre de Dios.
El ministerio del Diaconado es representar a Cristo y su
Iglesia, particularmente como un
servidor de los más necesitados; y asistir al Obispo y al Presbítero en la
proclamación del Evangelio y la administración de los Sacramentos.
Es
importante recordar que todos los
Cristianos deben seguir a Cristo; reunirse cada semana para celebrar la
adoración corporativa; y para trabajar, orar y dar para esparcir el Reino de
Dios. Todo esto es hecho en el contexto de capacitarnos para continuar la Tradición Apostólica y la histórica
Sucesión Apostólica.
2. La
Iglesia Católica Antigua es Apostólica.
La Iglesia
fue establecida por los Apóstoles sobre
el fundamento de la Persona, la enseñanza y las obras salvíficas de Jesús
Cristo, quien sigue siendo la Cabeza y la Piedra Angular. La Apostolicidad
de la Iglesia descansa en su conformidad
con las enseñanzas de los Apóstoles lo cual conocemos como la Tradición
Apostólica y la cual debe ser guardada, mantenida y perpetuada por los Obispos
en la Histórica Sucesión Apostólica. Por esta razón hemos elaborado una
lista oficial de los nombres de los Obispos y Obispados a fin de
trazar hacia atrás hasta los Apóstoles la sucesión los Obispos. La Iglesia
Católica Antigua posee y está en esa lista.
Como una rama de la Iglesia, creemos que hemos sido enviados a proclamar a Cristo en
el mundo (un Apóstol es quien es enviado en una misión de predicar y
extender el Reino de Dios). La Iglesia, como una institución apostólica, tiene
la gran misión de hacerse cargo, tanto en naturaleza como en responsabilidad de
comunicar la Palabra de Dios y hacer
discípulos en todas las naciones. La Iglesia Católica Antigua es también
apostólica en su manera de gobernar. Los Apóstoles fueron los administradores
originales de la Iglesia.
Actualmente,
los creyentes cristianos católicos, creen que los sucesores de los Apóstoles
son los Obispos de la Iglesia. La palabra Episcopal literalmente
significa gobernado por Obispos. Los Obispos de la Iglesia son los
guardadores (garantes) de esa unidad, doctrina, adoración y disciplina. Es la
responsabilidad de ellos, o sus delegados, pastorear
y administrar la Iglesia hasta el Retorno del Señor. En la Iglesia local,
el pastor está encargado por los obispos de pastorear y administrar el rebaño
de Cristo que les ha sido confiado.
La Iglesia Católica Antigua es
también apostólica en su debida y propiamente ordenación
ministerial. El Cristiano Apostólico de todo corazón acepta la admonición
de las escrituras que dice, "Obedezcan
a sus dirigentes y estén sumisos, pues ellos se desvelan por sus almas, de las
cuales deberán rendir cuenta. Ojalá esto sea para ellos motivo de alegría y no
un peso, pues no les traería a ustedes ninguna ventaja de ninguna clase.”
(Hebreos 13, 17). La Iglesia Católica Antigua es apostólica en su adherencia a la tradición Apostólica, su
mantenimiento y continuación de la Histórica Sucesión Apostólica y su gobierno
apostólico, naturaleza y misión.
3. El
Sacramento del Ministerio Ordenado en la Iglesia Católica Antigua
Un
sacramento es una acción ejecutada por la Iglesia por medio de su ministros
sacramentales en la comunidad de los fieles. Los sacramentos fueron ordenados
por nuestro Señor Jesucristo para portar
un Don específico de su gracia en el recipiente. Para ser todavía un poco
más preciso, es Dios Mismo quien actúa
por medio del ministro que administra el sacramento. Esto quiere decir que el sacramento es efectivo en y por sí mismo.
Es Dios quien no solamente ha ordenado que el Don sea dado, sino que además es
quien de hecho lo da. La Iglesia Católica Antigua mantiene y practica el
Sacramento de las Ordenes Sagradas.
Desde los inicios de la Iglesia Cristiana, ha habido Órdenes específicas de
ministros en la Iglesia. San Marcos 3:14 dice: "Y designó a doce, para que estuvieran con El y para enviarlos a
predicar. "Estas órdenes las conocemos hoy día como Obispos, Presbíteros y Diáconos; y cada
una tiene funciones específicas y bien definidas dentro de la Nueva Alianza de
Jesús Cristo. Dios llama a ciertos de Sus seguidores para representarle a EL en
esta manera única. Las oraciones
correspondientes y el imponer las manos rito propio de un Obispo satisfacen la
ordenación en cualquiera de estas órdenes.
4. La
sucesión apostólica y la ordenación en la Iglesia Católica Antigua.
La Iglesia
Católica Antigua cree que el Ministerio es un Don de Dios dado a
su Iglesia por medio de Cristo, el cual ha sido dado por EL para el
perfeccionamiento de la vida y el servicio de todos sus miembros. La
Iglesia como un todo es un cuerpo sacerdotal, puesto que es el Cuerpo de
Cristo, el Sumo Sacerdote. Todos sus miembros, según la medida del Don de
Cristo, comparten de su naturaleza sacerdotal. Aunque desde el principio, Dios
ha confiado ministerios particulares a personas particulares, quienes por medio
de la Iglesia han recibido la gran comisión de Cristo.
Los ministros
ordenados en la Iglesia Católica Antigua consisten en Obispos, Presbíteros y Diáconos. Al aceptar este ministerio, la
Iglesia Católica Antigua desea perpetuar
la continuidad con el Ministerio Histórico de la Iglesia tal como nos fue
traspasado desde el principio por medio de lo que es comunmente conocido como
la Histórica Sucesión Apostólica. Un
servicio de ordenación es el rito
sacramental por el cual uno de esos ministerios es conferido. Es una acción de Dios en su Iglesia. La
Iglesia Católica Antigua cree que en todas las ordenaciones y consagraciones EL que ordena y consagra verdaderamente es
Dios, quien por medio de las palabras y las acciones del Obispo en la
sucesión apostólica, junto con otros representantes, y en respuesta a las
plegarias de Su Iglesia, ordena, comisiona y da poder para el oficio y trabajo
al cual son llamadas las personas que EL ha seleccionado.
En las
ordenaciones iniciales de las cuales tenemos información, según son detalladas
en Hechos 6:1-6, aparece lo siguiente: elección
por el pueblo, oración e imposición de manos apostólicas. Este patrón
describe para nosotros la autoridad
histórica y de las Escrituras como los elementos esenciales en los servicios
de ordenación; estas mismas tres partes forman la base para cada ordenación en
la Iglesia Católica Antigua:
1. La
presentación de los candidatos a uno de los obispos, siendo esto el último paso
en el proceso de escogencia que hace la Iglesia.
2. Oración
por los candidatos a la ordenación o consagración, para que ellos reciban el
Don del Espíritu Santo para su ministerio, y
3. La
imposición de manos por lo menos de tres obispos o cartas de consentimiento de
varios obispos (en una consagración Episcopal), del Obispo y presbíteros (en
una ordenación de presbíteros), o del Obispo (en una ordenación de diáconos).
A esto se le
ha añadido un escrutinio de los
candidatos concerniente a sus creencias y deberes, la vestimenta propia para su
orden, la distribución de los instrumentos para su oficio, y la presentación y
saludo de los nuevos ordenados. Los tres pasos antes mencionados son los
medios usados por los mismos apóstoles y que todavía se usan. Esto es
considerado necesario para la validez de
la ordenación, junto con la correcta intención de parte del obispo ordenante.
Esto es el porque la sucesión de obispos desde los Apóstoles hasta
nuestros días es guardada y mantenida cuidadosamente. En la Iglesia Católica
Antigua hemos sido maravillosamente bendecidos con una rica y variada sucesión
Apostólica que nos conecta por medio de diferentes ramas a las Iglesias
Apostólicas, Oriental y Occidental.
Cuando
miramos a los Escritos de los Padres, vemos que ellos no solamente afirmaban sino que también creían profundamente en la Sucesión
Apostólica. Algunos de los Padres escribieron sobre el asunto, padres tales
como Clemente, Ignacio, Ireneo, Tertuliano, Hipólito, Cipriano y Agustín. Cada
uno de ellos, trae a la Iglesia un
profundo y muy completo entendimiento de lo que significa estar en continuidad con la Iglesia de los Apóstoles.
En tanto que
el tiempo ha pasado, esas ramas de la Iglesia que se han considerado a sí
mismas estar dentro de la Histórica Sucesión Apostólica se han identificado con
una de las dos escuelas de pensamiento
en relación con la Sucesión Apostólica. Una de las escuelas de pensamiento
está fundada en las enseñanzas de San
Cipriano, y es mantenida hasta hoy por las Iglesias Ortodoxas Orientales.
El otro entendimiento de la Sucesión Apostólica se deriva de San Agustín y es
mantenida por las Iglesias Apostólicas de Occidente. En la Iglesia Occidental,
basada en las enseñanzas e influencia de San Agustín, fue desarrollado un
criterio de cuatro elementos para
determinar la validez de la consagración de un Obispo en la Histórica Sucesión
Apostólica; tres son exteriores, el cuarto es interior.
Los cuatro
criterios son:
- Forma: la Consagración debe ser hecha
en el contexto de la Liturgia
Eucarística para que sea válida. Esto es para enfatizar la conexión de la
ordenación con la comunidad.
- Materia: Tiene que haber una real imposición de manos por medio de un
obispo durante la liturgia. La oración sola no es suficiente.
- Ministerio: Quien ejecuta la
consagración debe ser un obispo
válidamente consagrado dentro de la Sucesión Apostólica.
- Intención: La intención de la imposición
de las manos y la oración consecratoria dentro de la liturgia debe ser para
ordenar o consagrar a la persona o las personas que van a ser ordenadas.
En el
pensamiento del Cristianismo Occidental, si
estos criterios se reúnen en una consagración, un Obispo está dentro de la
Sucesión Apostólica. La Iglesia Católica Romana, las Iglesias de Comunión
Anglicana, la Iglesias Viejo Católicas unidas por la Unión de Utrecht, la
Iglesia Filipina Independiente, la Iglesia Siria Mar Thoma de Malabar, las
Iglesias Unidas del Sur de India, Norte de India, Pakistán y Bangladesh, así
como también otras Cuerpos Católicos Autocéfalos mantienen el entendimiento
Agustiniano de la Sucesión Apostólica.
Las Iglesias
Ortodoxas de Oriente están atadas al pensamiento Cypriano de Sucesión
Apostólica; por lo tanto las iglesias Católica Romana y Anglicana, igual que
todas las mencionadas en el párrafo anterior no son necesariamente aceptadas
como parte de la Sucesión Apostólica, no obstante en la práctica la iglesia
Ortodoxa ha recibido a presbíteros Católicos Romanos sin el requerimiento de
ser ordenados en la Iglesia Ortodoxa.
La Iglesia
Católica Antigua pertenece a la visión Agustiniana de Sucesión Apostólica.
Reúne los estándares de los cuatro criterios tal como son desarrollados en la
Iglesia Occidental, y pertenece a las otras ramas de la Iglesia Católica que
están en la Histórica Sucesión Apostólica.
6. La
Sucesión Apostólica en Iglesia Católica Antigua
La Iglesia Católica
Antigua sostiene la autoridad espiritual de los Apóstoles en su Sucesión,
perpetuada por la imposición de manos en la consagración de nuestros Obispos,
preservando por lo tanto, y validando nuestros sacramentos y órdenes. Esta
histórica e ininterrumpida Sucesión de Autoridad Apostólica y Fe ha sido
transmitida a través de los siglos del Cristianismo Católico hasta el presente,
UNA, SANTA , CATÓLICA y APOSTÓLICA , IGLESIA de la cual somos parte. En la
Iglesia Católica Antigua hemos sido
extremadamente bendecidos al recibir una rica y variada Sucesión Apostólica que
tiene sus raíces tanto en la rama Oriental como en la Occidental de la Iglesia.
Estas líneas de Sucesión han ayudado a profundizar nuestras raíces en la
histórica FE de los Patriarcas, Profetas, Apóstoles, Mártires y Santos de cada
época. Estaremos por siempre agradecidos y en deuda con esos siervos de quienes
nos ha venido tal regalo tan precioso. La Sucesión Apostólica de la Iglesia Católica
Antigua, Comunidad Ecuménica de Fe es verificada hacia sus orígenes por medio de las
siguientes ramas de la Iglesia:
1. ANGLICAN EPISCOPAL
2. ANGLICAN NON JURING
3. OLD CATOLIC OF UTRECH
4. ORDER OF CORPORATE REUNION
5. ROMAN CATOLIC
6. SYRIAN ANTIOCHESE
7. RUSSIAN ORTODOX
8. ALBANIAN
9. ARMENIAN UNIATE
10. CHALDEAN
UNIATE
11. SYRIAN
MALABAR
12. SYRIO
CHALDEAN
13. AFRICAN
ORTHODOX
14. COPTIC
ORTHODOX