Anglocatólico

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“Hay un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, actúa por todos y está en todos.” Ef 4,5s.

Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.

+Gabriel Orellana.
Obispo Misionero
¡Ay de mí si no predico el Evangelio! 1 Co 9,16b.

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lunes, 14 de noviembre de 2011

Eclesiología Anglicana. Capítulo 6.

LOS INSTRUMENTOS MUNDIALES DE COMUNION:
ESTRUCTURAS Y PROCESOS

6.1. En este capítulo planteamos varios interrogantes acerca del desarrollo futuro de los instrumentos de comunión a nivel mundial, la manera en que funcionan y su relación mutua, unos con otros. No se solicitó a la Comisión que adelantara propuestas específicas para acciones futuras. La Comisión procura simplemente formular las preguntas a las que deberán responder los obispos en Lambeth si han de orientar la interdependencia y coherencia futuras de la Comunión Anglicana.

 I. El Arzobispo de Canterbury

6.2. En nuestra sección histórica, observamos que el estar en comunión con la Sede de Canterbury es un ingrediente importante de la interdependencia anglicana, aunque cada una de las Provincias sea autónoma. El Arzobispo de Canterbury no es ni un legislador supremo ni una personificación del poder administrativo central, sino que, como pastor al servicio de la unidad, ofrece un ministerio de servicio, cuidado y apoyo a la Comunión. La interdependencia de la Comunión Anglicana se vuelve más claramente visible cuando el Arzobispo de Canterbury ejerce su cargo de primacía para hacer posible la misión, el cuidado pastoral y la sanación en aquellas situaciones de necesidad a la que es llamado. Ese servicio pastoral de unidad se ejerce por invitación. Por ejemplo, a pedido de los líderes provinciales, el Arzobispo desempeña un papel pastoral y mediatorio en el Sudán y Rwanda.

6.3. El Arzobispo de Canterbury ejerce su ministerio en correlación con sus hermanos los Primados. Al analizar sus posibilidades de respuesta a una solicitud de asistencia de parte de una Provincia, el Arzobispo consulta con prudencia todos los recursos apropiados de la región, la Provincia y la diócesis local. Aquí, al igual que en otros aspectos del ejercicio de la primacía, es importante la subsidiariedad. También lo es el ejercicio de un Episcopé en que se sostengan mutuamente los elementos personales, colegiales y comunales.

6.4. Conjuntamente con el ministerio de presencia y enseñanza, existe también cierta primacía administrativa. Históricamente, eso se ha expresado en forma singular cuando el Arzobispo de Canterbury convoca la Conferencia de Lambeth y la preside. Es en esta Conferencia que se percibe con la mayor claridad la relación del Arzobispo de Canterbury con la Comunión, y de los obispos unos con otros. También es visible cuando preside las reuniones periódicas de los Primados, y se ejerce en la vida del Consejo Consultivo Anglicano cuando el Arzobispo de Canterbury ocupa la presidencia y participa activamente en sus reuniones.

6.5. No obstante, ha solido ser el elemento pastoral personal en el ejercicio de este cargo que se ha convertido en la prueba más visible del Arzobispo de Canterbury como instrumento de unidad. Dada la magnitud de este ministerio, es necesario asegurar que cuidado pastoral y espiritual, más allá de las oraciones de la Comunión, sea puesto a la disposición del Arzobispo.

6.6. La posición especial del Arzobispo de Canterbury en la Comunión plantea interrogantes que deben ser estudiados. ¿Existen mecanismos mediante los cuales las tareas pueden ser compartidas dentro de la hermandad de los Primados, sin debilitar el símbolo de unidad que proporciona una persona? ¿Cuenta con suficientes recursos el Arzobispo de Canterbury como Primado de la Comunión? ¿Existe suficiente coherencia y consulta entre la Secretaría de la Comunión Anglicana y el personal del Palacio de Lambeth? ¿Significa el papel que desempeña el Arzobispo que la Iglesia de Inglaterra debe ser más cautelosa que las demás Provincias en sus decisiones? ¿Es necesario que un Arzobispo de Canterbury sea miembro de la Iglesia de Inglaterra? ¿Es necesario que el Primado de la Comunión Anglicana ocupe la Sede de Canterbury?

 II. La Conferencia de Lambeth

6.7. La Conferencia de Lambeth desempeña un papel importante en el fortalecimiento de la unidad de la Comunión Anglicana, expresando la colegialidad de los obispos de manera clara y concreta a nivel internacional y simbolizando la relación en vínculos de comunión espiritual entre cada una de la diócesis de donde provienen los obispos.

6.8. Aunque la Conferencia no sea legislativa, ofrece la oportunidad a los obispos que vienen de iglesias en distintas culturas y contextos sociales y políticos, y con diferentes intereses y problemas, para vivir juntos, rendir culto juntos, reunirse para el estudio de la Biblia y escucharse unos a otros. A través de esos medios, cada obispo puede compartir las dificultades y alegrías de todas las demás iglesias. Eso indica que cada iglesia de la Comunión Anglicana es una compañera en misión y una parte del Cuerpo de Cristo. De ese modo la Conferencia encarna el concepto paulino de la Iglesia como cuerpo. Como dice Pablo: "cuando una parte del cuerpo sufre el resto del cuerpo sufre". Cada parte del cuerpo es diferente, pero todas las partes son necesarias para el cuerpo.

6.9. La Conferencia también significa la importancia fundamental de la comunicación cara a cara para la vida saludable de la Comunión. Los encuentros personales que permite y las relaciones que se forman a partir de ellos significan un aspecto de la índole servidora de los obispos que llevan la realidad de cada diócesis a la Comunión toda y la de la Comunión de vuelta a sus propias diócesis.

6.10. La Conferencia de Lambeth ayuda así a definir el papel del obispo como quien representa la parte al todo y el todo a la parte, la particularidad de cada diócesis a toda la Comunión y la Comunión a cada diócesis.


i. Atención en la Conferencia de Lambeth

6.11. En el contexto de la Conferencia de Lambeth, la atención cristiana significa, en primer término, que los obispos individuales y grupos de obispos escucharán lo dicho por otros obispos al expresar éstos las necesidades y esperanzas de la Iglesia de su lugar de origen. Ese respeto por la voz de los demás, especialmente cuando el respeto requiere que se tengan en cuenta necesidades e intereses que no son los propios, puede significar que los obispos de una parte del mundo adopten un orden del día que no habían llevado originalmente a Lambeth. Y el resultado puede ser que un obispo o grupo de obispos pueda asumir en la Conferencia de Lambeth un compromiso con un programa completamente nuevo.

6.12. Una preocupación especial de la Conferencia de Lambeth de 1998 deberá ser la forma en que el colegio preste atención e integre las percepciones de las mujeres obispos que asistan a la Conferencia por primera vez.

6.13. La atención cristiana en Lambeth debe significar que se escuchen en forma especial a aquellos obispos cuyo primer idioma no sea el inglés, y a aquellos obispos que provienen de Provincias de la Comunión de poco poder político, cultural y económico. La atención se vuelve particularmente cristiana cuando los obispos reunidos escuchan, y les proporcionan espacio, a las voces de aquellos cristianos a quienes se oye poco o nunca.

6.14. Un ejemplo de esa atención cristiana en el pasado es cuando ha sido prestada por obispos occidentales, que han respondido en su caso, a la profunda preocupación de los obispos africanos respecto de la poligamia. Otro ejemplo, de la Conferencia de Lambeth de 1988, es el reconocimiento por parte de los obispos occidentales de la legitimidad de un llamado proveniente de los obispos asiáticos y africanos a un nuevo compromiso con el evangelismo. Todos los obispos se retiraron de Lambeth 1988 comprometidos con un Decenio de Evangelismo que no habían anticipado antes del comienzo del proceso de la Conferencia.

6.15. El aumento de las oportunidades y ocasiones para ejercer la atención cristiana debe promoverse y protegerse en la Conferencia de Lambeth. Eso permitirá que los obispos reunidos en Lambeth compartan, se formen en y demuestren la atención del amor de Dios Padre como la conocemos en Jesucristo a través del Espíritu Santo.

ii. Interdependencia en la Conferencia de Lambeth

6.16. Se puede pensar que el principio de la interdependencia comunal, aplicado a la Conferencia de Lambeth, exija su reforma a fin de introducir a presbíteros, diáconos y laicos en su estructura. De hecho, eso fue propuesto en 1871 antes de la segunda Conferencia de Lambeth, cuando el obispo presidente de la Iglesia Episcopal, EE.UU., propuso que la Conferencia de Lambeth se transformara en una "Conferencia Patriarcal" de los obispos mundiales, clérigos y laicos representativos, bajo la presidencia del Arzobispo de Canterbury. Sin embargo, eso tendería a confundir a Lambeth con las estructuras sinódicas de las iglesias locales y nacionales y a representar un movimiento en la dirección de un "sínodo mundial". La convocatoria de tiempo en tiempo de un Congreso Anglicano Mundial podría constituir una oportunidad más apropiada para que los presbíteros, diáconos y laicos se reúnan con los obispos en un foro internacional. Exploramos esa propuesta en el apéndice II.

6.17. Otra alternativa sería proponer que la reunión de obispos siga concentrando su colegialidad, aunque en el contexto de la vida de la Iglesia como un todo. En la medida en que los obispos son personas representativas, deben entender que Lambeth es una oportunidad para llevar las cuestiones e intereses de sus propias diócesis a la consideración de sus hermanos y hermanas obispos. Existen pocas cuestiones que se limitan a una diócesis particular, y el compartir experiencias y enfoques de la solución de dificultades facilita la toma de decisiones.

6.18. En la última Conferencia de Lambeth, el Arzobispo de Canterbury invitó a los obispos participantes "a que trajeran consigo sus diócesis". En la misma Conferencia de Lambeth, los obispos votaron sobre resoluciones a la luz de un proceso de consulta previa que ya se había realizado en sus propias diócesis y Provincias y en ACC-7. Un ejemplo evidente fue la resolución sobre el Informe Final de ARCIC I que expresaba un "pensamiento a nivel de Comunión" sobre la consonancia de ARCIC con la fe de los anglicanos. Esa resolución no se limitaba a expresar el pensamiento de los obispos actuando completamente solos, sino como portavoces que reflejaban el pensamiento de sus Provincias y que juntos expresaban el pensamiento de la Comunión.

6.19. Los obispos, actuando colegialmente, pueden hablar proféticamente a la Iglesia y al mundo. Sobre algunos temas, tales como, por ejemplo, la ordenación, la misma Iglesia debe poder contar con el asesoramiento de aquellos a quienes ha sido dada la responsabilidad de la ordenación. Cuando los obispos hablan a la Iglesia, sin embargo, no deben hacerlo de manera autocrática, sino de un modo que contribuya positivamente, y estimule, a un diálogo continuo en la vida más amplia de la Iglesia. El verdadero liderazgo exige consulta y compañerismo.


iii. Rendición de cuentas en la Conferencia de Lambeth

6.20. Los obispos deben rendir cuentas de sus palabras y acciones en Lambeth, ante Dios y la Iglesia toda. Los obispos en Lambeth deben representar a quienes no tienen voz: quienes no pueden confiar en nadie más para contar su historia y defender su causa; aquellos a cuyos intereses la sociedad y/o la Iglesia han escogido no hacer caso, a veces deliberadamente, a veces por olvido. Es cuando los obispos aceptan que deben rendir cuentas a los más necesitados que descubren el camino del Reino de Dios.

6.21. La diócesis es llevada por el obispo a Lambeth, y Lambeth, a través del obispo, de vuelta a la diócesis. Es una modalidad importante de participación de todos los miembros del pueblo de Dios en las preocupaciones y el pensar de la comunión mundial. Los programas educativos posteriores a Lambeth pueden dictar que, además de la publicación acostumbrada de un informe de lo tratado, se publiquen recursos, grabaciones audio y videos educativos para ayudar a los obispos a compartir la experiencia de Lambeth.

6.22. También sobre este tema pueden plantearse interrogantes. ¿Es demasiado frecuente la celebración de una conferencia cada diez años para permitir la preparación, consulta y recepción adecuadas? ¿De qué índole es la autoridad de la Conferencia? ¿Hasta qué punto son de cumplimiento obligatorio las resoluciones de la Conferencia? ¿Cómo deben seleccionarse y prepararse los temas; qué intereses deben tratarse? ¿Qué tipo de informe o carta pastoral garantizaría el mayor fortalecimiento de la comunión de la Iglesia? Si la Conferencia de Lambeth es un instrumento eficaz de unidad de la Comunión Anglicana, ¿cuál es su vocación especial en relación con el movimiento a favor de la unidad visible de la Iglesia? ¿Qué papel deben desempeñar los participantes ecuménicos? ¿Cómo podría la Conferencia de Lambeth alentar el desarrollo de la supervisión compartida con otras tradiciones cristianas? ¿Cómo se relaciona la autoridad de la Conferencia de Lambeth con la autoridad de otras iglesias, en particular aquellas que se consideran la Iglesia verdadera?

 
III. El Consejo Consultivo Anglicano

6.23. Singular entre los instrumentos anglicanos internacionales de unidad, el Consejo Consultivo Anglicano incluye a laicos entre sus miembros. Hace mucho que la inclusión del laicado en los órganos de toma de decisiones ha sido un principio de la vida anglicana. Así, se da testimonio del presbiterado real del pueblo entero de Dios (1 Pedro 2:9) y la mutualidad e interdependencia de los diversos ministerios dentro de la Iglesia, y se los afirma. Es necesario hallar maneras para honrar la experiencia y pericia específica que aportan diversos miembros laicos y también de proporcionarles los recursos y experiencias adicionales que pudieran necesitar para participar plena y responsablemente en la vida de la Iglesia de Dios.

6.24. Es importante que esas ricas experiencias de estar en comunidad no se pierdan por la poca frecuencia de las reuniones o el tamaño de las mismas. También reviste importancia la participación de miembros de los dos tercios del mundo que representan una creciente mayoría en la Comunión y cuyos planteos ocupan cada vez más un lugar entre los intereses de la Comunión. Hay que hacer todo lo posible por permitir que las personas cuyo primer idioma no es el inglés puedan comunicarse libre y eficazmente de modo que no se sientan excluidos.

6.25. El Consejo Consultivo Anglicano tiene como misión representar los intereses de la Comunión, en la Comunión y para la Comunión. La mayor parte de esa labor se realiza día a día a través del Secretario General y la Secretaría. Sin embargo, para ser eficaz y creíble, el gobierno de la Secretaría debe estar en manos de un grupo de referencia que esté informado, goce de continuidad y sea también representativo de la diversidad de la Comunión. Debe contar con un plantel de personal adecuado.

6.26. Existen dos posibles vías para cambiar el Consejo a fin de mejorar su índole representativa y su eficacia: primero, mediante la creación de un consejo más pequeño que se reuniría con mayor frecuencia o, alternativamente, agrandando el Comité Permanente sin modificar el tamaño y la frecuencia presentes del Consejo. Reviste importancia el equilibrio de la representación entre laicos y clérigos, con mayor continuidad de membresía que la actual. Los representantes deben tener entrada a los consejos de sus propias iglesias y conocer sus preocupaciones e intereses.

6.27. La existencia del Consejo Consultivo Anglicano plantea interrogantes de índole general. ¿Cómo se relaciona este órgano con la Conferencia de Lambeth y la Reunión de Primados? ¿Cómo deberá contribuir el Consejo a los temas más importantes que surjan antes de la Conferencia de Lambeth y a la recepción de las resoluciones de Lambeth? Las tareas continuas de la Comunión, ¿deberán ser realizadas por una secretaría agrandada o a través de reuniones del Consejo, o una combinación de ambas vías? ¿Quién es responsable de la continuidad de la membresía del Consejo; son los mismos miembros, o los Primados, que toman esa decisión? ¿De qué índole son la responsabilidad y la rendición de cuentas de quienes son elegidos para servir en el Consejo?

IV. La Reunión de Primados

6.28. La Reunión de Primados proporciona la oportunidad para el asesoramiento mutuo y el cuidado pastoral y apoyo recíprocos y del Arzobispo de Canterbury. Sus reuniones gozan de una autoridad inherente en virtud de sus cargos como principales pastores. La Reunión es el lugar donde, entre las Conferencias de Lambeth, cada uno puede compartir las cuestiones candentes o persistentes de su Provincia y su propio ministerio de primacía. Es el contexto en el que los Primados pueden identificar temas comunes y resolver problemas pendientes. También proporciona un horizonte más amplio que el provincial, que posibilita el análisis por el Primado de un asunto regional en un contexto mundial. Existe la oportunidad de asumir responsabilidades conjuntamente en un interés por el bienestar de todas las iglesias.

6.29. Los Primados han hallado, de hecho, que es más fácil afirmar la colegialidad para realizar consultas y estudios y prestarse apoyo mutuo, que para el ejercicio de la orientación pastoral, moral y doctrinaria. Esa experiencia plantea en otro contexto más la importancia teológica y práctica del sostenimiento mutuo de las modalidades de episcopé personales, colegiales y comunales.

6.30. Cada Primado ejerce su ministerio personal de primacía con sus obispos hermanos y el sínodo de su Provincia. De manera semejante, el Arzobispo de Canterbury ejerce ese ministerio a nivel de la Comunión, tanto colegial como comunalmente. Del mismo modo, la colegialidad de la Reunión de Primados se ejerce en relación con los elementos personales y comunales del Episcopé a nivel de toda la Comunión.

6.31. El ejercicio de la colegialidad con los demás Primados y con el Arzobispo de Canterbury, además del ejercicio de la colegialidad co n todos los obispos que asisten a la Conferencia de Lambeth, plantea el tema de la relación de la Reunión de Primados con las reuniones comunales del Consejo Consultivo Anglicano. Debe observarse que si bien el Comité Permanente de la Reunión de Primados se reúne con el Comité Permanente del Consejo, no puede decirse que ello haya mejorado las relaciones con el Consejo. Como instrumento de unidad a nivel mundial dentro de la Comunión, a la Reunión de Primados le corresponde mantener una relación viviente con el Consejo, a fin de que el ejercicio colegial y comunal de la supervisión se sostengan mutuamente. El Arzobispo Donald Coggan observó en la Conferencia de Lambeth de 1978 que la Reunión de Primados debía estar en contacto con el Consejo de la manera más estrecha y más íntima. Lo que eso significaría en la práctica es algo que aún queda por definir.

6.32. ¿Hasta qué punto debe responsabilizarse la Reunión de Primados del monitoreo del progreso de las recomendaciones y resoluciones que surgen de la Conferencia de Lambeth en el intervalo entre Conferencias? Por ejemplo, en el período que siguió a la Conferencia de Lambeth de 1988, los Primados recibieron y promulgaron las recomendaciones de la Comisión Eames a la Comunión. La Reunión de Primados también refirió a las Provincias la Declaración Común de Porvoo y el Concordato de Acuerdo.

6.33. En el capítulo 3 (párrafo 3.50) se observó que los Primados se habían mostrado reacios a considerar seriamente la Resolución 18, Sección 2(a) de la Conferencia de Lambeth de 1988 que pide a los Primados que ejerzan mayor responsabilidad en el ofrecimiento de orientación sobre asuntos doctrinarios, morales y pastorales. ¿Debe esperarse de los Primados que hagan declaraciones autoritarias, o se debe alentar a la Reunión de Primados a que desempeñe un papel primariamente pastoral, tanto en el caso de sus semejantes como también para toda la Comunión? ¿Qué relación existe entre la Reunión de Primados y la Conferencia de Lambeth y el Consejo Consultivo Anglicano? ¿Cuentan los Primados con recursos suficientes para su ministerio?

V. La interrelación de los instrumentos de comunión

6.34. En su examen de los instrumentos mundiales de comunión, este informe ha hecho a veces un comentario sobre la relación entre ellos y su interconexión con estructuras a otros niveles de la vida de la Iglesia. Tres instrumentos, el Consejo Consultivo Anglicano, la Reunión de Primados y la Conferencia de Lambeth, tienen sus propias características distintivas y mantienen potencialmente en equilibrio y tensión tres aspectos de la vida de la Comunión. Lambeth concentra la relación de obispos con obispos y, por lo tanto, de diócesis con diócesis. La Reunión de Primados concentra la relación de Primados con Primados y, en consecuencia, de Provincias con Provincias. El Consejo, que es la reunión más completa, representa la voz de la vida interior de las Provincias, mediante la representación del laicado, clero y episcopado. En esos tres instrumentos de interdependencia preside el Arzobispo de Canterbury, centrando de ese modo la unidad y diversidad de la Comunión.

6.35. En la actualidad, la relaciones formales estructurales y continuas entre la Conferencia de Lambeth, el Consejo Consultivo Anglicano y la Reunión de Primados son la responsabilidad del Secretario General y la Secretaría de la Comunión Anglicana, que dota de personal a los tres órganos. Una mayor claridad sobre las relaciones mutuas entre esos instrumentos de comunión daría por resultado relaciones creativas, eficaces y sostenibles dentro de la Comunión Anglicana. Es urgente hallar maneras de fortalecer la dotación de recursos de la Secretaría del Consejo Consultivo Anglicano si ha de servir efectivamente las estructuras mundiales del pertenecer anglicano.


VI. Reflexiones finales

6.36. Un entendimiento más profundo de los instrumentos de comunión a nivel mundial, su relación mutua y con otros niveles de la vida de la Iglesia, debería conducir a que funcione la supervisión en forma más coherente e inclusiva en servicio de la koinonia de la Iglesia. Cuando el ministerio de supervisión se ejerce de modo personal, colegial y comunal, imbuido de los principios de subsidiariedad, rendición de cuentas e interdependencia, entonces la comunidad queda protegida contra el autoritarismo, las estructuras sirven a la vida personal y de relación de la Iglesia, y el don diverso de todos se alienta en el servicio de todos. Así, la Iglesia se abre para recibir los dones del Espíritu Santo para la misión y ministerio y puede servir con mayor eficacia la unidad y comunidad de la humanidad.

6.37. Ha sido necesario que en el informe nos concentremos en los instrumentos a nivel mundial de la Comunión Anglicana. Sin embargo, en virtud de nuestro Bautismo vivimos en una comunión en la Santísima Trinidad y, por lo tanto, con la Iglesia universal. La larga historia de participación ecuménica, tanto en lo local como en lo internacional, nos ha demostrado que el discernimiento y la toma de decisiones anglicanos deben tener en cuenta las percepciones de la verdad y de la sabiduría guiada por el Espíritu de nuestros compañeros ecuménicos. Asimismo, cualquier decisión que tomemos debe ser ofrecida para el discernimiento de la Iglesia universal.

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