Unos días de reflexión durante el
Adviento preparándonos para el nacimiento de Jesús en nuestros corazones.
Ministerio
Hispano Iglesia Episcopal
Rev.
William de la Torre
Primer día, 16 de diciembre
Meditación sobre la veracidad
Villancico
Colecta. Dios Padre eterno que nos entregaste la nueva luz de tu Palabra encarnada,
luz que ilumina a todos los corazones y hace brillar con veracidad la gloria de
Cristo Jesús en nuestras vidas. Ayúdanos a empezar esta novena guiados por tu
Hijo que reina contigo, Dios Padre y Dios Espíritu Santo, tres personas, un
solo Dios ahora y por siempre. Amén
Evangelio según san Juan 1:1-5, 9-14
En el principio ya existía la Palabra; y aquel que es la Palabra estaba con
Dios y era Dios. Él estaba en el principio con Dios. Por medio de él, Dios hizo
todas las cosas; nada de lo que existe fue hecho sin él. En él estaba la vida,
y la vida era la luz de la humanidad. Esta luz brilla en las tinieblas, y las
tinieblas no han podido apagarla. La luz verdadera que alumbra a toda la
humanidad venía a este mundo. Aquel que es la Palabra estaba en el mundo; y,
aunque Dios hizo el mundo por medio de él, los que son del mundo no lo
reconocieron. Vino a su propio mundo, pero los suyos no lo recibieron. Pero a
quienes lo recibieron y creyeron en él, les concedió el privilegio de llegar a
ser hijos de Dios. Y son hijos de Dios, no por la naturaleza ni los deseos
humanos, sino porque Dios los ha engendrado. Aquel que es la Palabra se hizo
hombre y vivió entre nosotros. Y hemos visto su gloria, la gloria que recibió
del Padre, por ser su Hijo único, abundante en amor y verdad.
Evangelio del Señor. Te alabamos Cristo Señor
Reflexión: Existe una sola Verdad: Dios Padre, Omnipotente creador del cielo y la
tierra, que envía a su Hijo para que sea la luz que ilumine nuestras vidas
rescatándonos de la oscuridad, y que al escuchar su palabra lo reconozcamos
para transformarnos en verdaderos cristianos, hermanos de Jesús, hijos de Dios.
Privilegio que recibimos por la gracia divina. Proclamemos nuestra fe con
veracidad, recordando que nuestro Salvador nació, vivió y murió por nosotros,
para finalmente regresar con gloria y llevarnos al reino celestial, donde
cantaremos alabanzas eternamente a Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Villancico
Nace una vida nueva
A veces no conducimos con veracidad nuestra vida y nos dejamos atropellar
por esa enorme bola de nieve que se llama mentira, abracemos con fuerza la
doctrina que nos da Jesucristo porque es única y verdadera.
Compromiso:
- Transformaré mi vida para dar ejemplo con ella,
Ayúdame Señor, que de mis labios
brote siempre la verdad.
- Mejoraré mi comunicación, para tener mi familia unida,
Ayúdame Señor, que de mis labios
brote siempre la verdad.
- Protegeré mi comunidad de fe, para fortalecerla día a día,
Ayúdame Señor, que de mis labios
brote siempre la verdad.
- Rechazaré todo comentario negativo en la escuela y/o en el trabajo,
Ayúdame Señor, que de mis labios
brote siempre la verdad.
Examinémonos en silencio durante
un minuto:
«Cómo cambiar para que reine la
verdad en nuestras vidas».
Colecta. Padre celestial por tu gracia la Virgen, madre de tu Hijo encarnado, fue
bendita al llevarlo en su seno, y aún más bendita al guardar tu palabra:
Concede a los que honramos la exaltación de su humildad que sigamos el ejemplo
de su devoción a tu voluntad; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina
contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
Cántico de María San Lucas 1:46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi
espíritu en Dios mi Salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho
obras grandes por mí; su Nombre es santo. Su misericordia llega a sus fieles,
de generación en generación. El hace proezas con su brazo; dispersa a los
soberbios de corazón. Derriba del trono a los poderosos, y enaltece a los
humildes. A los hambrientos los colma de bienes, y a los ricos despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia, como lo había
prometido a nuestros padres, en favor de Abrahán y su descendencia para
siempre. Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
«Presentemos nuestras necesidades
al Señor en silencio».
Oremos todos: Jesús tú que eres el Dios humanado y Salvador nuestro, naciste entre nosotros conociendo la
necesidad humana, enseñándonos que la riqueza está en aceptarte para que vivas
en nuestro corazón. Permítenos darte las gracias en esta oración de todo lo que
pidamos en tu nombre, porque ya lo hemos conseguido y lo recibiremos; por la
omnipotencia de la Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, un solo
Dios ahora y por siempre. Amén.
Padre nuestro
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre,
venga tu reino, hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras
ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes
caer en tentación y líbranos del mal. Porque tuyo es el reino, tuyo es el
poder, y tuya es la gloria, ahora y por siempre. Amén.
Villancico
Colecta. Padre eterno, Dios creador
generoso, que enviaste a Jesucristo para reconciliarnos contigo, te suplicamos
que incrementes nuestra comprensión y nuestro amor a los secretos que nos has
revelado, ayúdanos a cambiar para servirte con sencillez de corazón, proclamar
tu palabra con el ejemplo, fortalecernos en tu alabanza para salir al mundo y
así triunfar sobre todas las pruebas que se nos presenten, te lo pedimos por tu
Hijo que vive y reina contigo y el Espíritu Santo ahora y por siempre. Amén.
Segundo día, 17 de diciembre
Meditación sobre la promesa
Villancico
Colecta. Dios de todos nosotros, Rey celestial, permítenos proclamar tu promesa y
al reflexionar sobre ella consigamos tu perdón, ayúdanos a encontrar el camino
que tu Hijo Jesucristo nos enseñó; para servirte y alabarte a ti Dios Padre,
Dios Hijo y Dios Espíritu Santo, ahora y por siempre. Amén.
Evangelio según san Mateo 1: 1-5, 7-8
Preparando la venida del Mesías
Principio de la buena noticia de Jesús el Mesías, el Hijo de Dios. Está
escrito en el libro del profeta Isaías:
“Envío mi mensajero delante de ti, para que prepare el camino. Una voz
grita en el desierto: ‘Preparen el camino del Señor; abran un camino recto.’” Y
así se presentó Juan el Bautista en el desierto; decía a todos que debían
volverse a Dios y ser bautizados, para que Dios les perdonara sus pecados.
Todos los de la región de Judea y de la ciudad de Jerusalén salían a oírlo.
Confesaban sus pecados, y Juan los bautizaba en el río Jordán. En su
proclamación decía: “Después de mí viene uno más poderoso que yo, que ni
siquiera merezco agacharme para desatarle la correa de sus sandalias. Yo los he
bautizado a ustedes con agua; pero él los bautizará con el Espíritu Santo.”
Evangelio del Señor. Te alabamos, Cristo Señor
Reflexión: Se ha cumplido la promesa y seguirá cumpliéndose, vayamos en gloria a
alabar y servir a nuestro Dios. Hagamos como Juan, preparemos un camino recto
en nuestra vida personal, familiar y de comunidad, recordando la venida del
Dios humanado y su pronto regreso como Rey y Señor; para ir con él al reino
celestial
Villancico
Nace una vida nueva
Hay promesas que cumplimos, otras que evadimos y otras que olvidamos,
debilitando nuestra imagen ante los ojos de Dios y los demás. Trabajemos
piadosamente para cumplirlas y así ser merecedores de la gloria de Cristo
Jesús.
Compromiso:
- Regeneraré mi vida para que refleje un ejemplo perfecto,
Auxíliame Señor a cumplir mi
promesa.
- Cumpliré con mis deberes para que reine la alegría en mi hogar,
Auxíliame Señor a cumplir mi
promesa.
- Participaré fielmente en los servicios de mi comunidad,
Auxíliame Señor a cumplir mi
promesa.
- Me apartaré de toda influencia negativa en la escuela y/o en el trabajo,
Auxíliame Señor a cumplir mi
promesa.
- Grabaré en mi mente y corazón los mandamientos de Dios,
Auxíliame Señor a cumplir mi
promesa.
Examinémonos en silencio durante
un minuto:
«Cómo cambiar para que reine la
promesa en nuestras vidas».
Colecta. Padre celestial, por tu gracia la Virgen, madre de tu Hijo encarnado, fue
bendita al llevarlo en su seno, y aún más bendita al guardar tu palabra:
Concede a los que honramos la exaltación de su humildad que sigamos el ejemplo
de su devoción a tu voluntad; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina
contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
Cántico de María San Lucas 1:46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi
espíritu en Dios mi Salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho
obras grandes por mí; su Nombre es santo. Su misericordia llega a sus fieles,
de generación en generación. El hace proezas con su brazo; dispersa a los
soberbios de corazón. Derriba del trono a los poderosos, y enaltece a los
humildes. A los hambrientos los colma de bienes, y a los ricos despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia, como lo había
prometido a nuestros padres, en favor de Abrahán y su descendencia para
siempre. Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
«Presentemos nuestras necesidades
al Señor en silencio».
Oremos todos: Jesús tú que eres el Dios humanado y Salvador nuestro, naciste entre nosotros conociendo la
necesidad humana, enseñándonos que la riqueza está en aceptarte para que vivas
en nuestro corazón. Permítenos darte las gracias en esta oración de todo lo que
pidamos en tu nombre, porque ya lo hemos conseguido y lo recibiremos; por la
omnipotencia de la Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, un solo
Dios ahora y por siempre. Amén.
Padre nuestro
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu
Nombre, venga tu reino, hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, como también
nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en tentación y
líbranos del mal. Porque tuyo es el reino, tuyo es el poder, y tuya es la
gloria, ahora y por siempre. Amén.
Villancico
Colecta. Padre eterno, Dios creador generoso, que enviaste a Jesucristo para
reconciliarnos contigo, te suplicamos que incrementes nuestra comprensión y
nuestro amor a los secretos que nos has revelado, ayúdanos a cambiar para
servirte con sencillez de corazón, proclamar tu palabra con el ejemplo,
fortalecernos en tu alabanza para salir al mundo y así triunfar sobre todas las
pruebas que se nos presenten, te lo pedimos por tu Hijo que vive y reina
contigo y el Espíritu Santo ahora y por siempre. Amén.
Tercer día, 18 de diciembre
Meditación sobre la obediencia
Villancico
Colecta. Padre Eterno, tus siervos se postran ante ti en señal de obediencia,
concédenos formar parte de ese grupo que te alaba; cambia nuestras vidas ahora
que estamos unidos en oración proclamando tu grandeza, te lo pedimos por tu
Hijo Jesucristo que está sentado a tu diestra reinando contigo y el Espíritu
Santo eternamente. Amén.
Evangelio según san Lucas 1: 5-23
Un ángel anuncia el nacimiento de Juan el Bautista
En el tiempo en que Herodes era rey del país de los judíos, vivía un
sacerdote llamado Zacarías, perteneciente al turno de Abías. Su esposa, llamada
Isabel, descendía de Aarón. Los dos eran
justos delante de Dios y obedecían los mandatos y leyes del Señor de manera
intachable. Pero no tenían hijos, porque Isabel era estéril; además, los dos
eran ya muy ancianos. Un día en que al grupo sacerdotal de Zacarías le tocó el
turno de oficiar delante de Dios, según era costumbre entre los sacerdotes, le
tocó en suerte a Zacarías entrar en el santuario del templo del Señor para
quemar incienso. Mientras se quemaba el incienso, todo el
pueblo estaba orando afuera. En esto se le apareció a Zacarías un ángel del
Señor, de pie al lado derecho del altar del incienso. Al ver al ángel, Zacarías
se quedó sorprendido y lleno de miedo. Pero el ángel le dijo: Zacarías, no
tengas miedo, porque Dios ha oído tu oración, y tu esposa Isabel te va a dar un
hijo, al que pondrás por nombre Juan. Tú te llenarás de gozo, y muchos se alegrarán
de su nacimiento, porque tu hijo va a ser grande delante del Señor. No tomará
vino ni licor, y estará lleno del Espíritu Santo desde antes de nacer. Hará que
muchas de la nación de Israel se vuelvan al Señor su Dios. Este Juan irá delante del Señor, con el
espíritu y el poder del profeta Elías, para reconciliar a los padres con los
hijos y para que los rebeldes aprendan a obedecer. De este modo preparará al
pueblo para recibir al Señor. Zacarías preguntó al ángel: ¿Cómo puedo estar
seguro de esto? Porque soy muy anciano y mi esposa también. El ángel le
contestó: Yo soy Gabriel, y estoy al servicio de Dios; él me mandó a hablar
contigo y darte estas buenas noticias. Pero ahora, como no has creído lo que te
he dicho, vas a quedarte mudo; no podrás
hablar hasta que, a su debido tiempo, suceda todo esto. Mientras tanto, la
gente estaba afuera esperando a Zacarías y preguntándose por qué tardaba tanto
en salir del santuario. Cuando al fin salió, no les podía hablar; entonces se dieron cuenta de que había tenido una visión
en el santuario, pues les hablaba por
señas; y siguió así, sin poder hablar. Cumplido su servicio, Zacarías se fue a
su casa. Después de esto, su esposa Isabel quedó encinta, y durante cinco meses
no salió de su casa.
Evangelio del Señor. Te alabamos, Cristo Señor
Reflexión: Zacarías e Isabel demostraron mucha obediencia a Dios, entregándose
íntegramente a su fe, cumpliendo con sus obligaciones y deberes; recibiendo
como premio la dicha que sólo Dios sabe ofrecer. Hagamos como ellos, unidos en
oración; alabémoslo, démosle gracias y presentemos nuestras necesidades para
que nuestro Salvador las transforme en
alegría, felicidad y paz.
Villancico
Nace una vida nueva
La obediencia separa el no se debe, del se
puede; caprichosamente desobedecemos y somos arrastrados por las
tentaciones que nos empujan al abismo. Pidamos en oración que germine en
nuestro corazón la virtud de sumisión a Cristo Jesús para saber diferenciar y
escoger, el bien del mal.
Compromiso:
- Batallaré contra las tentaciones para vencer el pecado,
Socórreme Señor para aprender a
obedecer.
- Subordinaré mis actos para que brille la felicidad en mi hogar,
Socórreme Señor para aprender a
obedecer.
- Respetaré a todos los miembros de mi comunidad,
Socórreme Señor para aprender a
obedecer.
- Buscaré hacer sólo el bien en la escuela y/o en el trabajo,
Socórreme Señor para aprender a
obedecer.
Examinémonos en silencio durante
un minuto:
«Cómo cambiar para que reine la
promesa en nuestras vidas».
Colecta. Padre celestial, por tu gracia la Virgen, madre de tu Hijo encarnado, fue
bendita al llevarlo en su seno, y aún más bendita al guardar tu palabra:
Concede a los que honramos la exaltación de su humildad que sigamos el ejemplo
de su devoción a tu voluntad; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina
contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
Cántico de María San Lucas 1:46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi
espíritu en Dios mi Salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho
obras grandes por mí; su Nombre es santo. Su misericordia llega a sus fieles,
de generación en generación. El hace proezas con su brazo; dispersa a los
soberbios de corazón. Derriba del trono a los poderosos, y enaltece a los
humildes. A los hambrientos los colma de bienes, y a los ricos despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia, como lo había
prometido a nuestros padres, en favor de Abrahán y su descendencia para
siempre. Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.
«Presentemos nuestras necesidades
al Señor en silencio».
Oremos todos: Jesús tú que eres el Dios humanado y Salvador nuestro, naciste entre nosotros conociendo la
necesidad humana, enseñándonos que la riqueza está en aceptarte para que vivas
en nuestro corazón. Permítenos darte las gracias en esta oración de todo lo que
pidamos en tu nombre, porque ya lo hemos conseguido y lo recibiremos; por la
omnipotencia de la Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, un solo
Dios ahora y por siempre. Amén.
Padre nuestro
Villancico
Colecta. Padre eterno, Dios creador generoso, que enviaste a Jesucristo para
reconciliarnos contigo, te suplicamos que incrementes nuestra comprensión y
nuestro amor a los secretos que nos has revelado, ayúdanos a cambiar para
servirte con sencillez de corazón, proclamar tu palabra con el ejemplo,
fortalecernos en tu alabanza para salir al mundo y así triunfar sobre todas las
pruebas que se nos presenten, te lo pedimos por tu Hijo que vive y reina
contigo y el Espíritu Santo ahora y por siempre. Amén.
Cuarto día, 19 de diciembre
Meditación sobre la entrega
Villancico
Colecta. Altísimo Dios, gracias te damos por entregarnos a tu hijo encarnado cuyo nombre es Jesús, él hace
brotar en todo corazón la oración de amor por ser nuestro Salvador y defensor;
porque vive y reina contigo y el Espíritu Santo, tres personas, un solo Dios,
en la gloria eterna. Amén
Evangelio según san Lucas 1:26-38
Un ángel anuncia el nacimiento de Jesús
A los seis meses, Dios mandó al ángel Gabriel a un pueblo de Galilea
llamado Nazaret, donde vivía una joven llamada María; era virgen, pero estaba
comprometida para casarse con un hombre llamado José, descendiente del rey
David. El ángel entró en el lugar donde
ella estaba, y le dijo: ¡Salve, llena de gracia! El Señor está contigo. María
se sorprendió de estas palabras, y se preguntaba qué significaría aquel saludo.
El ángel le dijo: María, no tengas miedo, pues tú gozas del favor de Dios.
Ahora vas a quedar encinta: tendrás un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será un gran hombre, al que
llamarán Hijo del Dios altísimo, y Dios
el Señor lo hará Rey; como a su antepasado David, para que reine por siempre
sobre el pueblo de Jacob. Su reinado no tendrá fin. María preguntó al ángel:
¿Cómo podrá suceder esto, si no vivo con ningún hombre? El ángel le contestó:
El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Dios altísimo se posará sobre ti. Por eso, el niño que va a
nacer será llamado Santo e Hijo de Dios.
También tu parienta Isabel va a tener un hijo, a pesar de que es anciana; la
que decían que no podía tener hijos, está encinta desde hace seis meses. Para
Dios no hay nada imposible. Entonces María dijo: Yo soy esclava del Señor; que
Dios haga conmigo como me has dicho. Con esto, el ángel se fue.
Evangelio del Señor. Te alabamos, Cristo Señor
Reflexión: Dios Padre celestial, demuestra su gran amor a la humanidad entregándonos
a su Hijo amado. El Arcángel da la buena
nueva a María que es escogida para que se encarne en ella el santo Hijo de
Dios, ella acepta la designación con temor, con dudas; pero con una entrega
incondicional. Tomemos como ejemplo a esta joven que sin medidas ni
contemplaciones se entrega a cumplir los designios de Dios nuestro Señor.
Villancico
Nace una vida nueva
Porque preferimos primero recibir que entregar, o cuando nos piden
colaborar y participar, inclinamos la balanza a nuestro favor para ver qué
ventaja sacar, hagamos de nuestras vidas
una entrega diaria sin medida, ofreciéndosela a
Dios.
Compromiso:
- Arrancaré de mi mente y corazón los malos sentimientos,
Asísteme Señor a que mi entrega
sea incondicional
- Ayudaré para que exista la prosperidad de mi hogar,
Asísteme Señor a que mi entrega
sea incondicional
- Ofreceré mi mayordomía (tiempo, talento y tesoro) al servicio de mi
comunidad,
Asísteme Señor a que mi entrega
sea incondicional
- Cooperaré con todas las personas de la escuela y/o del trabajo,
Asísteme Señor a que mi entrega
sea incondicional
Examinémonos en silencio durante
un minuto:
«Cómo cambiar para que reine la
promesa en nuestras vidas».
Colecta. Padre celestial, por tu gracia la Virgen, madre de tu Hijo encarnado, fue
bendita al llevarlo en su seno, y aún más bendita al guardar tu palabra:
Concede a los que honramos la exaltación de su humildad que sigamos el ejemplo
de su devoción a tu voluntad; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina
contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
Cántico de María San Lucas 1:46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi
espíritu en Dios mi Salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho
obras grandes por mí; su Nombre es santo. Su misericordia llega a sus fieles,
de generación en generación. El hace proezas con su brazo; dispersa a los
soberbios de corazón. Derriba del trono a los poderosos, y enaltece a los
humildes. A los hambrientos los colma de bienes, y a los ricos despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia, como lo había
prometido a nuestros padres, en favor de Abrahán y su descendencia para
siempre. Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.
«Presentemos nuestras necesidades
al Señor en silencio».
Oremos todos: Jesús tú que eres el Dios humanado y Salvador nuestro, naciste entre nosotros conociendo la
necesidad humana, enseñándonos que la riqueza está en aceptarte para que vivas
en nuestro corazón. Permítenos darte las gracias en esta oración de todo lo que
pidamos en tu nombre, porque ya lo hemos conseguido y lo recibiremos; por la
omnipotencia de la Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, un solo
Dios ahora y por siempre. Amén.
Padre nuestro
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu
Nombre, venga tu reino, hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, como también
nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en tentación y
líbranos del mal. Porque tuyo es el reino, tuyo es el poder, y tuya es la
gloria, ahora y por siempre. Amén
Villancico
Colecta. Padre eterno, Dios creador generoso, que enviaste a Jesucristo para
reconciliarnos contigo, te suplicamos que incrementes nuestra comprensión y
nuestro amor a los secretos que nos has revelado, ayúdanos a cambiar para
servirte con sencillez de corazón, proclamar tu palabra con el ejemplo,
fortalecernos en tu alabanza para salir al mundo y así triunfar sobre todas las
pruebas que se nos presenten, te lo pedimos por tu Hijo que vive y reina
contigo y el Espíritu Santo ahora y por siempre. Amén.
Quinto día, 20 de diciembre
Meditación sobre la sencillez
Villancico
Colecta. Oh Dios omnipotente, todos los años nos alegramos al recordar el nacimiento de tú único Hijo Jesucristo,
nuestros corazones palpitan de júbilo porque es el Redentor, ayúdanos a
prepararnos con sencillez de corazón para la segunda venida de nuestro
Juez; te lo pedimos por el que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, ahora
y por siempre. Amén
Evangelio según san Lucas 1: 39-45,56
María visita a Isabel
Por aquellos días, María se fue de
prisa a un pueblo de la región montañosa
de Judea, y entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Cuando Isabel oyó
el saludo de María, la criatura se le
estremeció en el vientre, y ella quedó llena del Espíritu Santo. Entonces, con
voz muy fuerte, dijo: ¡Dios te ha bendecido más que a todas las mujeres, y ha
bendecido a tu hijo! ¿Quién soy yo, para que venga a visitarme la madre de mi
Señor? Pues tan pronto como oí tu saludo, mi hijo se estremeció de alegría en
mi vientre. ¡Dichosa tú por haber creído que han de cumplirse las cosas que el
Señor te ha dicho! María se quedó con Isabel unos tres meses, y después regresó
a su casa.
Evangelio del Señor. Te alabamos, Cristo Señor
Reflexión: María, Madre de Jesús, acude a ayudar a su prima dejando de lado todo
privilegio alcanzado, para servir con alegría y sencillez de corazón porque ha
concebido en su vientre al Salvador. Isabel, recibe el gozo del Espíritu Santo
reconociendo el misterio de la Encarnación. Llenémonos de dicha por que creemos
en la palabra de Dios y pidamos ser transformados para servir en todo lugar con
la bendición de Cristo Jesús.
Villancico
Nace una vida nueva
¡Cuántas veces nos sentimos orgullosos de los logros que alcanzamos y nos dejamos llevar de la vanidad y soberbia!
Despreciamos a los demás, sin darnos cuenta que detrás de cada uno de ellos
estaríamos despreciando a Jesús. ¡Que la sencillez sea el don que nos
caracterice como hermanos de Cristo en esta vida y en la venidera!
Compromiso:
- Combatiré las tentaciones que deforman mi personalidad,
Favoréceme Señor para servir con
sencillez de corazón.
- Cumpliré mis obligaciones en silencio para que se respire paz en mi
hogar,
Favoréceme Señor para servir con
sencillez de corazón.
- Apoyaré con esmero y paciencia a mi comunidad,
Favoréceme Señor para servir con
sencillez de corazón.
- Colaboraré espontáneamente en las labores de la escuela y/o del trabajo,
Favoréceme Señor para servir con
sencillez de corazón.
- Despreciaré el orgullo para ser agradable ante los ojos de Jesús,
Favoréceme Señor para servir con
sencillez de corazón.
Examinémonos en silencio durante
un minuto:
«Cómo cambiar para que reine la
promesa en nuestras vidas».
Colecta. Padre celestial, por tu gracia la Virgen, madre de tu Hijo encarnado, fue
bendita al llevarlo en su seno, y aún más bendita al guardar tu palabra:
Concede a los que honramos la exaltación de su humildad que sigamos el ejemplo
de su devoción a tu voluntad; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina
contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
Cántico de María San Lucas 1:46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi
espíritu en Dios mi Salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho
obras grandes por mí; su Nombre es santo. Su misericordia llega a sus fieles,
de generación en generación. El hace proezas con su brazo; dispersa a los
soberbios de corazón. Derriba del trono a los poderosos, y enaltece a los
humildes. A los hambrientos los colma de bienes, y a los ricos despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia, como lo había
prometido a nuestros padres, en favor de Abrahán y su descendencia para
siempre. Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
«Presentemos nuestras necesidades
al Señor en silencio».
Oremos todos: Jesús tú que eres el Dios humanado y Salvador nuestro, naciste entre nosotros conociendo la
necesidad humana, enseñándonos que la riqueza está en aceptarte para que vivas
en nuestro corazón. Permítenos darte las gracias en esta oración de todo lo que
pidamos en tu nombre, porque ya lo hemos conseguido y lo recibiremos; por la
omnipotencia de la Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, un solo
Dios ahora y por siempre. Amén.
Padre nuestro
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu
Nombre, venga tu reino, hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, como también
nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en tentación y
líbranos del mal. Porque tuyo es el reino, tuyo es el poder, y tuya es la
gloria, ahora y por siempre. Amén
Villancico
Colecta. Padre eterno, Dios creador generoso, que enviaste a Jesucristo para
reconciliarnos contigo, te suplicamos que incrementes nuestra comprensión y
nuestro amor a los secretos que nos has revelado, ayúdanos a cambiar para
servirte con sencillez de corazón, proclamar tu palabra con el ejemplo,
fortalecernos en tu alabanza para salir al mundo y así triunfar sobre todas las
pruebas que se nos presenten, te lo pedimos por tu Hijo que vive y reina
contigo y el Espíritu Santo ahora y por siempre. Amén.
Sexto día, 21 de diciembre
Meditación sobre la fidelidad
Villancico
Colecta. Dios Padre misericordioso, que nos distes la nueva luz de la palabra
encarnada en la humanidad; para que nos volviéramos a ti con gran fidelidad
auxiliados por tu Hijo Jesucristo nuestro señor quien vive y reina contigo, en
la unidad de Espíritu Santo, un Dios, ahora y para siempre. Amén.
Evangelio según san Mateo 1: 18-24
Origen de Jesucristo
El origen de Jesucristo fue este: María, su madre, estaba comprometida para
casarse con José; pero antes que vivieran juntos, se encontró encinta por el
poder del Espíritu Santo. José, su
marido, que era un hombre justo y no quería denunciar públicamente a María,
decidió separarse de ella en secreto. Ya había pensado hacerlo así, cuando un
ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: “José, descendiente de
David, no tengas miedo de tomar a María por esposa, porque su hijo lo ha
concebido por el poder del Espíritu Santo. María tendrá un hijo, y le pondrás
por nombre Jesús. Se llamará así porque salvará a su pueblo de sus pecados.”
Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había dicho por medio
del profeta: “La virgen quedará encinta y tendrá un hijo, al que pondrán por
nombre Emanuel” (que significa: “Dios
con nosotros”). Cuando José despertó del sueño, hizo lo que el ángel del Señor
le había mandado, y tomó a María por esposa. Y sin haber tenido relaciones
conyugales, ella dio a luz a su hijo, al que José puso por nombre Jesús.
Evangelio del Señor. Te alabamos, Cristo Señor
Reflexión: José, como hombre, se siente triste y desconsolado por lo acontecido. Dios
envía a su ángel para que lleve entendimiento y paz al corazón de José. Al
reconocer la verdad divina, su fidelidad es tan grande que sobrepasa la
tradición, costumbres y leyes judías, aceptando dignamente y con orgullo lo que
Dios le encomendó. Demostremos fidelidad al Emanuel para que actúe en nosotros,
todos los días de nuestras vidas.
Villancico
Nace una vida nueva
La fidelidad perfecta es el círculo constituido por el amor, el respeto y
la confianza en Dios, en nuestros seres queridos y semejantes. Dañamos la
relación cuando hacemos mal uso de
palabras, obras o pensamientos.
Pidamos misericordia a Cristo Jesús para que nos ayude ha recobrar lo perdido y nos encamine en la vida.
Compromiso:
- Reorientaré mis sentimientos para que sean siempre puros,
Ampárame Señor para que mi corazón
sea siempre fiel.
- Agradeceré todo para que prevalezca la esperanza en mi hogar,
Ampárame Señor para que mi corazón
sea siempre fiel.
- Compartiré mi amor dando ejemplo de vida en mi comunidad,
Ampárame Señor para que mi corazón
sea siempre fiel.
- Propiciaré un círculo de honestidad en la escuela y/o en el trabajo,
Ampárame Señor para que mi corazón
sea siempre fiel.
Examinémonos en silencio durante
un minuto:
«Cómo cambiar para que reine la
promesa en nuestras vidas».
Colecta. Padre celestial, por tu gracia la Virgen, madre de tu Hijo encarnado, fue
bendita al llevarlo en su seno, y aún más bendita al guardar tu palabra:
Concede a los que honramos la exaltación de su humildad que sigamos el ejemplo
de su devoción a tu voluntad; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina
contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
Cántico de María San Lucas 1:46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi
espíritu en Dios mi Salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho
obras grandes por mí; su Nombre es santo. Su misericordia llega a sus fieles,
de generación en generación. El hace proezas con su brazo; dispersa a los
soberbios de corazón. Derriba del trono a los poderosos, y enaltece a los
humildes. A los hambrientos los colma de bienes, y a los ricos despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia, como lo había
prometido a nuestros padres, en favor de Abrahán y su descendencia para
siempre. Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
«Presentemos nuestras necesidades
al Señor en silencio».
Oremos todos: Jesús tú que eres el Dios humanado y Salvador nuestro, naciste entre nosotros conociendo la
necesidad humana, enseñándonos que la riqueza está en aceptarte para que vivas
en nuestro corazón. Permítenos darte las gracias en esta oración de todo lo que
pidamos en tu nombre, porque ya lo hemos conseguido y lo recibiremos; por la
omnipotencia de la Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, un solo
Dios ahora y por siempre. Amén.
Padre nuestro
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu
Nombre, venga tu reino, hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, como también
nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en tentación y
líbranos del mal. Porque tuyo es el reino, tuyo es el poder, y tuya es la
gloria, ahora y por siempre. Amén
Villancico
Colecta. Padre eterno, Dios creador generoso, que enviaste a Jesucristo para
reconciliarnos contigo, te suplicamos que incrementes nuestra comprensión y
nuestro amor a los secretos que nos has revelado, ayúdanos a cambiar para
servirte con sencillez de corazón, proclamar tu palabra con el ejemplo,
fortalecernos en tu alabanza para salir al mundo y así triunfar sobre todas las
pruebas que se nos presenten, te lo pedimos por tu Hijo que vive y reina
contigo y el Espíritu Santo ahora y por siempre. Amén.
Séptimo día, 22 de diciembre
Meditación sobre el poder
Villancico
Colecta. Dios de paz y de amor, nos creaste a tu imagen y semejanza, nos entregaste
el poder de transformar nuestras vidas con tus dones, acepta nuestras ofrendas
considerando nuestro esfuerzo y perdona
nuestras faltas, como también lo que hemos dejado de hacer; te lo suplicamos
por tu Hijo Jesucristo, nuestro defensor, que vive y reina contigo y el
Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén.
Evangelio según san Lucas 1:57-66
Nacimiento de Juan el Bautista
Al cumplirse el tiempo en que Isabel debía dar a luz, tuvo un hijo. Sus
vecinos y parientes fueron a felicitarla cuando supieron que el Señor había
sido tan bueno con ella. A los ocho
días, llevaron a circuncidar al niño, y querían ponerle el nombre de su padre,
Zacarías. Pero su madre dijo: No. Tiene que llamarse Juan. Le contestaron: —No
hay nadie en tu familia con ese nombre. Entonces preguntaron por señas al padre
del niño, para saber qué nombre quería ponerle.
El padre pidió una tabla para escribir, y escribió: ‘Su nombre es Juan.’ Y todos se quedaron admirados. En aquel mismo momento Zacarías volvió a
hablar, y comenzó a alabar a Dios. Todos
los vecinos estaban asombrados, y en toda la región montañosa de Judea se contaba lo sucedido. Todos los que lo oían se preguntaban a sí
mismos: “¿Qué llegará a ser este niño?”
Porque ciertamente el Señor mostraba su poder en favor de él.
Evangelio del Señor. Te alabamos, Cristo Señor
Reflexión: Juan el Bautista recibe el poder
divino de Dios; es escogido para preparar la venida del Mesías, transformando
los corazones de la humanidad, proclamando la conversión al reino de Dios,
invitando a despojarse de todo lo malo, compartiendo lo que tenemos, siendo
justo en todo momento y lugar. Hoy estamos llamados a testificar con nuestro
ejemplo de vida, mientras nos preparamos para la venida de Cristo Jesús en
gloria.
Villancico
Nace una vida nueva
El poder es un privilegio que Dios nos da para servir con amor. Aquellos
que se embriagan del poder, convirtiéndose en seres egoístas, mentirosos, manipuladores deben tener
presente que con la vara que midan será medidos por el mal uso de los dones
recibidos.
Compromiso:
- Cambiaré mis prioridades poniéndolas al servicio de los demás,
Líbrame Señor del mal uso del
poder.
- Valoraré los esfuerzos de todos para engrandecer mi hogar,
Líbrame Señor del mal uso del
poder.
- Entregaré mis dones ayudando a los miembros de mi comunidad,
Líbrame Señor del mal uso del
poder.
- Compartiré el liderazgo con mis compañeros en la escuela y/o en el
trabajo,
Líbrame Señor del mal uso del
poder.
Examinémonos en silencio durante
un minuto:
«Cómo cambiar para que reine la
promesa en nuestras vidas».
Colecta. Padre celestial, por tu gracia la Virgen, madre de tu Hijo encarnado, fue
bendita al llevarlo en su seno, y aún más bendita al guardar tu palabra:
Concede a los que honramos la exaltación de su humildad que sigamos el ejemplo
de su devoción a tu voluntad; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina
contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
Cántico de María San Lucas 1:46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi
espíritu en Dios mi Salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho
obras grandes por mí; su Nombre es santo. Su misericordia llega a sus fieles,
de generación en generación. El hace proezas con su brazo; dispersa a los
soberbios de corazón. Derriba del trono a los poderosos, y enaltece a los
humildes. A los hambrientos los colma de bienes, y a los ricos despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia, como lo había
prometido a nuestros padres, en favor de Abrahán y su descendencia para
siempre. Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
«Presentemos nuestras necesidades
al Señor en silencio».
Oremos todos: Jesús tú que eres el Dios humanado y Salvador nuestro, naciste entre nosotros conociendo la
necesidad humana, enseñándonos que la riqueza está en aceptarte para que vivas
en nuestro corazón. Permítenos darte las gracias en esta oración de todo lo que
pidamos en tu nombre, porque ya lo hemos conseguido y lo recibiremos; por la
omnipotencia de la Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, un solo
Dios ahora y por siempre. Amén.
Padre nuestro
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu
Nombre, venga tu reino, hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, como también
nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en tentación y
líbranos del mal. Porque tuyo es el reino, tuyo es el poder, y tuya es la
gloria, ahora y por siempre. Amén
Villancico
Colecta. Padre eterno, Dios creador generoso, que enviaste a Jesucristo para
reconciliarnos contigo, te suplicamos que incrementes nuestra comprensión y
nuestro amor a los secretos que nos has revelado, ayúdanos a cambiar para
servirte con sencillez de corazón, proclamar tu palabra con el ejemplo,
fortalecernos en tu alabanza para salir al mundo y así triunfar sobre todas las
pruebas que se nos presenten, te lo pedimos por tu Hijo que vive y reina
contigo y el Espíritu Santo ahora y por siempre. Amén.
Octavo día, 23 de diciembre
Mediación sobre la responsabilidad
Villancico
Colecta. Bendito seas Dios, Padre nuestro, que mandaste a tu Hijo amado a que
cumpliera con responsabilidad la designación encomendada; permítenos en este
día de reflexión cambiar nuestras vidas; te lo pedimos por Jesucristo tu Hijo
que vive y reina contigo en unidad del Espíritu Santo ahora y por siempre. Amén.
Evangelio según san Lucas 2: 1-6
Nacimiento de Jesús
Por aquel tiempo, el emperador Augusto ordenó que se hiciera un censo de
todo el mundo. Este primer censo fue hecho siendo Quirino gobernador de Siria. Todos tenían que ir a inscribirse a
su propio pueblo. Por esto, José salió del pueblo de Nazaret, de la región de
Galilea, y se fue a Belén, en Judea, donde había nacido el rey David,
porque José era descendiente de David.
Fue allá a inscribirse, junto con María, su esposa, que se encontraba encinta.
Y sucedió que mientras estaban en Belén, le llegó a María el tiempo de dar a
luz.
Palabra de Dios Te alabamos, Cristo Señor
Reflexión: José y María toman con responsabilidad la ordenanza del emperador,
emprendiendo un largo y duro viaje a Belén, sin darse cuenta que estaban
cumpliendo con los planes de Dios. Nuestras vidas tienen un propósito; Cristo
Jesús nos llama a ser responsables de nuestros actos, porque él quiere actuar
en nosotros.
Villancico
Nace una vida nueva
En el caminar de la vida encontramos muchos obstáculos que vencer, sólo con
responsabilidad perseverante nos alejaremos de las malas influencias,
tentaciones y problemas, Cristo Jesús quiere caminar con nosotros y hacernos
conocer cuál es el rol responsable que nos corresponde en esta vida terrena.
Compromiso:
- Descubriré el propósito de mi vida usando la justicia,
Secúndame Señor a ser responsable en mis actos.
- Convertiré mis obligaciones en méritos que beneficiaran mi hogar,
Secúndame Señor a ser responsable
en mis actos.
- Apoyaré en todas las labores de mi comunidad,
Secúndame Señor a ser responsable
en mis actos
- Compartiré mis tareas con los compañeros de escuela y/o del trabajo,
Secúndame Señor a ser responsable
en mis actos
Examinémonos en silencio durante
un minuto:
«Cómo cambiar para que reine la
promesa en nuestras vidas».
Colecta. Padre celestial, por tu gracia la Virgen, madre de tu Hijo encarnado, fue
bendita al llevarlo en su seno, y aún más bendita al guardar tu palabra:
Concede a los que honramos la exaltación de su humildad que sigamos el ejemplo
de su devoción a tu voluntad; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina
contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
Cántico de María San Lucas 1:46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi
espíritu en Dios mi Salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho
obras grandes por mí; su Nombre es santo. Su misericordia llega a sus fieles,
de generación en generación. El hace proezas con su brazo; dispersa a los
soberbios de corazón. Derriba del trono a los poderosos, y enaltece a los
humildes. A los hambrientos los colma de bienes, y a los ricos despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia, como lo había
prometido a nuestros padres, en favor de Abrahán y su descendencia para
siempre. Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
«Presentemos nuestras necesidades
al Señor en silencio».
Oremos todos: Jesús tú que eres el Dios humanado y Salvador nuestro, naciste entre nosotros conociendo la
necesidad humana, enseñándonos que la riqueza está en aceptarte para que vivas
en nuestro corazón. Permítenos darte las gracias en esta oración de todo lo que
pidamos en tu nombre, porque ya lo hemos conseguido y lo recibiremos; por la
omnipotencia de la Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, un solo
Dios ahora y por siempre. Amén.
Padre nuestro
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre,
venga tu reino, hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo. Danos hoy
nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en tentación y líbranos del
mal. Porque tuyo es el reino, tuyo es el poder, y tuya es la gloria, ahora y
por siempre. Amén
Villancico
Colecta. Padre eterno, Dios creador generoso, que enviaste a Jesucristo para
reconciliarnos contigo, te suplicamos que incrementes nuestra comprensión y
nuestro amor a los secretos que nos has revelado, ayúdanos a cambiar para
servirte con sencillez de corazón, proclamar tu palabra con el ejemplo,
fortalecernos en tu alabanza para salir al mundo y así triunfar sobre todas las
pruebas que se nos presenten, te lo pedimos por tu Hijo que vive y reina
contigo y el Espíritu Santo ahora y por siempre. Amén.
Noveno día, 24 de diciembre
Meditación sobre la humildad
Villancico
Colecta. Dios Padre creador que en esta noche has unido al cielo con la tierra
enviándonos a tu Hijo amado para que tome nuestra naturaleza humana
enseñándonos la verdadera humildad divina del Rey de Reyes, permítenos
regocijarnos y recordar que él volverá como Juez justo, acepta nuestra oración;
por Jesucristo nuestro Señor que reina contigo y el Espíritu Santo como un solo
Dios eternamente. Amén.
Después de cruzar el desierto, subir y bajar montañas, José y María llegan
agotados a Belén. Y allí tienen que buscar alojamiento; pero el pueblo está
lleno, tocan puertas y sólo reciben negativas: “¡no hay sitio!”, “¡está lleno
de visitantes!” “no aceptamos mujeres embarazadas”, no encuentran donde
descansar y después de mucho caminar consiguen un pequeño espacio en un establo.
Evangelio según san Lucas 2: 6-18
Nacimiento de Jesús
“Mientras estaban en Belén le llegó a María el tiempo del parto, y dio a
luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre,
porque no había sitio para ellos en la posada. Había en aquellos campos unos
pastores que pasaban la noche en pleno campo cuidando sus rebaños por turnos.
Un ángel del Señor se les presentó, y la gloria del Señor los envolvió con su
luz. Entonces sintieron mucho miedo, pero el ángel les dijo: “No teman, pues
les anuncio una gran alegría, que lo será para ustedes y para todo el pueblo:
Les ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es el Mesías, el
Señor. Esto les servirá de señal: encontrarán un niño envuelto en pañales y
acostado en un pesebre. Y de repente se reunieron con el ángel muchos otros ángeles
del cielo, que alababan a Dios diciendo: “Gloria a Dios en las alturas y en la
tierra paz a los hombres que gozan de su Amor”. Y cuantos escuchaban lo que
decían los pastores quedaban admirados”.
Evangelio del Señor. Te alabamos, Cristo Señor
Reflexión: El Mesías, Rey de Reyes, Hijo del Dios altísimo, ha nacido ya en el portal
de Belén, nos ha traído amor, esperanza, caridad, alegría. Demostrando humildad
a toda la humanidad, presentemos nuestros sinceros sentimientos que tenemos
como ofrenda al Niño divino, haciendo de ésta una celebración eterna, para ser
transformados en verdaderos seguidores y hermanos de Cristo Jesús.
Villancico
Nace una vida nueva
El preocuparnos por ayudar con intención
transparente a cualquier persona nos hace privilegiados de ser hermanos en Cristo.
Nuestro mayor tesoro se refleja en nuestros sentimientos y Jesús nos lo entregó
como un ejemplo en su vida, comprometámonos a cambiar hoy y para siempre.
Compromiso:
- Reformaré mi comportamiento con los demás,
Condúceme Señor a ser humilde de
corazón.
- Cumpliré mis obligaciones llevando la dicha en mi hogar,
Condúceme Señor a ser humilde de
corazón.
- Contribuiré anónimamente con las necesidades de mi comunidad,
Condúceme Señor a ser humilde de
corazón.
- Valoraré los esfuerzos de mis compañeros en la escuela y/o en el trabajo,
Condúceme Señor a ser humilde de
corazón.
Examinémonos en silencio durante
un minuto:
«Cómo cambiar para que reine la
promesa en nuestras vidas».
Colecta. Padre celestial, por tu gracia la Virgen, madre de tu Hijo encarnado, fue
bendita al llevarlo en su seno, y aún más bendita al guardar tu palabra:
Concede a los que honramos la exaltación de su humildad que sigamos el ejemplo
de su devoción a tu voluntad; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina
contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
Cántico de María San Lucas 1:46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi
espíritu en Dios mi Salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho
obras grandes por mí; su Nombre es santo. Su misericordia llega a sus fieles,
de generación en generación. El hace proezas con su brazo; dispersa a los
soberbios de corazón. Derriba del trono a los poderosos, y enaltece a los
humildes. A los hambrientos los colma de bienes, y a los ricos despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia, como lo había
prometido a nuestros padres, en favor de Abrahán y su descendencia para
siempre. Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
«Presentemos nuestras necesidades
al Señor en silencio».
Oremos todos: Jesús tú que eres el Dios humanado y Salvador nuestro, naciste entre nosotros conociendo la
necesidad humana, enseñándonos que la riqueza está en aceptarte para que vivas
en nuestro corazón. Permítenos darte las gracias en esta oración de todo lo que
pidamos en tu nombre, porque ya lo hemos conseguido y lo recibiremos; por la
omnipotencia de la Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, un solo
Dios ahora y por siempre. Amén.
Padre nuestro
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu
Nombre, venga tu reino, hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, como también
nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en tentación y
líbranos del mal. Porque tuyo es el reino, tuyo es el poder, y tuya es la
gloria, ahora y por siempre. Amén
Villancico
Colecta. Padre eterno, Dios creador generoso, que enviaste a Jesucristo para
reconciliarnos contigo, te suplicamos que incrementes nuestra comprensión y nuestro
amor a los secretos que nos has revelado, ayúdanos a cambiar para servirte con
sencillez de corazón, proclamar tu palabra con el ejemplo, fortalecernos en tu
alabanza para salir al mundo y así triunfar sobre todas las pruebas que se nos
presenten, te lo pedimos por tu Hijo que vive y reina contigo y el Espíritu
Santo ahora y por siempre. Amén.
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