Anglocatólico

COMUNIDAD ECUMÉNICA MISIONERA LA ANUNCIACIÓN. CEMLA
Palabra + Espíritu + Sacramento + Misión
Evangelizar + Discipular + Enviar


“Hay un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, actúa por todos y está en todos.” Ef 4,5s.

Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.

+Gabriel Orellana.
Obispo Misionero
¡Ay de mí si no predico el Evangelio! 1 Co 9,16b.

whatsapp +503 7768-5447

domingo, 29 de mayo de 2011

ACUERDO ANGLICANO-CATOLICO ROMANO SOBRE EL BAUTISMO

Creciendo Juntos en Unidad y Misión.
Nº 33-38.
Una Declaración Acordada de la Comisión Internacional Anglicana y Católica Romana por la Unidad y la Misión

Los Anglicanos y los Católicos Romanos convienen en que reciben un bautismo, administrado con agua en el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Lo hacemos en obediencia al mandato del Señor resucitado (ver Mateo 28.18-20). Consideramos que el bautismo es un sacramento de iniciación instituido por Jesucristo, por el que se nos incorpora a la vida de su cuerpo, la Iglesia. El bautismo es el sacramento de fe, mediante el cual una persona abraza la fe de la Iglesia y es abrazada por ella.

Juntos con otros cristianos aceptamos los significados que el bautismo tiene en las Escrituras, y en la tradición y práctica de la iglesia primitiva. Por el bautismo, mediante la fe, los cristianos se unen con Cristo en su vida, muerte y resurrección. Junto con toda nuestra humanidad pecaminosa, somos enterrados con Cristo (ver Romanos 6.3-11) y elevados a una vida nueva, que comienza hoy y ahora, en el poder de su resurrección. Así creemos que este único bautismo es para el perdón de los pecados, el pecado original inclusive, y somos perdonados, lavados y limpiados por Cristo, que vino al mundo para salvar pecadores. “El bautismo es el sacramento irrepetible de la justificación e incorporación a Cristo (1 Corintios 6.11, 12.12-13; Gálatas 3.27)”. A través del bautismo, sólo por la gracia y no por ningún mérito de nuestra parte, nos revestimos de Cristo, y recibiendo su Espíritu podemos vivir una vida nueva.

Por el poder del Espíritu que mora en nosotros, el bautismo inicia una renovación de vida y un crecimiento en la santidad que Dios completará en la vida eterna. Lo que es dado en el bautismo es la “primera entrega de la consumación final y la base de la esperanza del creyente”. Mediante este proceso de santificación que dura lo que la vida, los creyentes “crecen hasta alcanzar la conformidad con Cristo, la perfecta imagen de Dios, hasta que aparezca y seamos como él”.

Creemos que todos los bautizados se incorporan en el cuerpo de Cristo, la Iglesia. “Mediante el bautismo, los cristianos son llevados a la unión con Cristo, con sus prójimos y con la Iglesia de todo tiempo y lugar”. Esta comunión espiritual de los bautizados recibe su necesaria expresión en una visible comunidad, en la que la Palabra de Dios se vuelve a proclamar, se celebran los sacramentos y el pueblo de Dios recibe supervisión pastoral, de modo que la vida del Evangelio y la misión que fluyen de ella son vividos en plenitud por los bautizados. El bautismo en la comunidad cristiana se dirige a la plena expresión de la nueva vida recibida en Cristo, al superarse el pecado y servir y glorificar a Dios en vidas que emulan la de Cristo.

Tanto en la Comunión Anglicana como en la Iglesia Católica Romana, el proceso sacramental de la iniciación cristiana también incluye la Confirmación. Entendemos en común que la confirmación es un apoderamiento por el Espíritu Santo para el testimonio y la misión, y una manifestación pública de membresía en el Cuerpo de Cristo. El siglo veinte fue testigo de una reevaluación, tanto en la Iglesia Católica Romana como en la Comunión Anglicana, de la relación entre el Bautismo, la Confirmación y la participación en la Santa Comunión. En ambas tradiciones existe ahora una extendida práctica de admisión de los niños a la Comunión a la edad de la razón.

La Comunión Anglicana y la Iglesia Católica reconocen el bautismo conferido por ambas. Por tanto, los Anglicanos y los Católicos consideran que nuestro bautismo común es el vínculo básico de unidad entre nosotros, a la vez que reconocemos que la plenitud de la comunión eucarística a la que nos debería llevar el bautismo está impedida por desacuerdos respecto de algunos elementos de fe y práctica que reconocemos son necesarios para una comunión plena y visible. No obstante, reconocemos que esta falta de compleción constituye un imperativo: tanto los Anglicanos como los Católicos están comprometidos a la superación por la gracia de Dios de todas las divisiones que actualmente siguen impidiendo la plenitud de comunión eucarística y eclesial. Nuestra comunión bautismal fundamental nos confiere la responsabilidad compartida de dar testimonio en toda plenitud posible al Evangelio de Cristo ante el mundo, y demostrar la vida nueva vivida por el cuerpo de Cristo, con la liberación y renovación que aporta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Muchas gracias por tu aporte lleno de amor y sabiduría, nos edifica...