La característica de este nuevo Vía Crucis es su referencia bíblica, ya que de las
catorce estaciones hablan los Evangelistas.
Estas referencias enriquecen el ejercicio del “Camino
de la Cruz”, y las hacen más útiles al pueblo cristiano que quiere
meditar los pasos de Jesús desde Getsemaní hasta el sepulcro.
Se han suprimido, aunque quedan para la devoción de
los fieles por su raigambre en la secular tradición popular, las tres caídas,
el encuentro de Jesús con su Madre y con la Verónica. No porque nada de esto
haya ocurrido, sino para darle un fundamento evangélico y bíblico,
ya que los Evangelios no pueden llegar a contener todo lo que Jesús hizo y dijo
(Jn 20, 30-32.21, 25).
En cambio se recuerdan la oración de Jesús en el
huerto de Getsemaní, la traición de Judas, la condena del Sanedrín, las
negaciones de Pedro, María y Juan al pie de la Cruz, entre otras.
Así el ejercicio del “Vía Crucis” adquiere
también el valor de un mayor contacto con las fuentes de la Revelación en la Sagrada
Escritura.
Quedaría ordenado en las siguientes estaciones con su
correspondiente cita y meditación bíblica:
1) Jesús en el Huerto de los Olivos (Mt 26, 36-46).
2) Jesús es detenido traicionado por Judas (Mt 26,
47-50).
3) Jesús es condenado por el Sanedrín (tribunal
religioso judío) (Mt 26, 57-59). 4) Jesús es negado por Pedro (Mt 26, 69-75).
5) Jesús es juzgado por Poncio Pilato (Mt 27, 24-26).
6) Jesús es azotado y coronado de espinas (Mt 27,
27-31).
7) Jesús es cargado con la Cruz (Mt 27, 24-26.31).
8) Jesús es ayudado por el Cireneo a llevar la Cruz
(Mt 27, 32)
9) Jesús se encuentra con las mujeres de la ciudad de
Jerusalén (Lc 23, 27-32)
10) Jesús es crucificado (Mt 27, 33-35)
11) Jesús promete su Reino al Buen Ladrón (Lc 23,
39-42)
12) Jesús en la Cruz, la Madre y el discípulo amado
(Jn 19, 25-27)
13) Jesús muere en la Cruz (Mt 27, 48-50)
14) Jesús es colocado en el Sepulcro (Mt 27, 60)
Hemos colocado solamente una cita bíblica de cada
“Estación”, pero se pueden buscar las paralelas correspondientes en los Evangelios.
Esto provoca también un acercamiento ecuménico para la
meditación común del Camino de la Cruz para los creyentes cristianos, tanto
católicos, como evangélicos y ortodoxos.
Y como el seguimiento de Jesús no culmina en el
viernes santo, sino en el amanecer de la Pascua, el Vía Crucis no es el fin de
la vida de Jesús ni de la vida del cristiano.
En el amanecer pascual contemplaremos el Vía
Lucis, el Camino de la Luz, las escenas de Jesús Resucitado, quien
corporalmente resurge de la muerte con su cuerpo inmortalizado y repleto de
claridad, tal como sucederá con los nuestros en su Segunda Venida Gloriosa.
El Camino de la Luz es aconsejable para meditar
durante los 50 días del tiempo de la Pascua, en los días Domingo, en que
resucita el Señor, y siempre que uno encuentre gusto y consuelo en hacerlo. Lo
veremos más adelante.
Gustavo Daniel D´Apice – Profesor de Teología –
Pontificia Universidad Católica
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