Anglocatólico

COMUNIDAD ECUMÉNICA MISIONERA LA ANUNCIACIÓN. CEMLA
Palabra + Espíritu + Sacramento + Misión
Evangelizar + Discipular + Enviar


“Hay un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, actúa por todos y está en todos.” Ef 4,5s.

Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.

+Gabriel Orellana.
Obispo Misionero
¡Ay de mí si no predico el Evangelio! 1 Co 9,16b.

whatsapp +503 7768-5447

jueves, 18 de agosto de 2011

ORDENACIÓN DE UN PRESBÍTERO

Este rito es paralelo y estructuralmente casi idéntico al rito de Ordenación de un Obispo. Hay un pequeño cambio que vamos a notar dentro del rito. Como el anterior, sirve de pro-anáfora —ante-misa o ante comunión— para la liturgia eucarística de la cual es una parte integral.

Después del Saludo y la colecta por la Pureza, el obispo se sienta para la Presentación frente al pueblo en un lugar en que todo el pueblo puede ver y participar. Normalmente, el lugar preferido y más conveniente para poner la silla, cátedra del obispo es frente al altar principal de la iglesia.

El ordenado debe tener su sotana y sobrepelliz o alba pero sin cualquier símbolo o señal de su orden eclesiástico o académico. Los presentadores, incluyen a laicos y presbíteros de la diócesis acompañan al ordenado al entrar en la Iglesia y al presentarlo al obispo.

Si hay más de un ordenando, todos vienen a la vez con sus varios presentadores. La presentación se puede hacer en conjunto, todos hablando a la vez o pueden ser presentados individualmente, según el deseo del obispo.

El obispo pregunta entonces a los presentadores en cuanto a la selección adecuada del ordenando según los cánones y otros requisitos de la Iglesia. El ordenando toma el voto de conformidad a la doctrina, disciplina, liturgia y culto de la Iglesia Católica Apostólica en tradición Anglicana en voz alta y después firma la Declaración en la presencia de todo
el pueblo, junto con los testigos.

El Obispo pregunta a la congregación si es su voluntad que la persona sea ordenada y luego comienza las oraciones que principian con la Letanía para Ordenaciones u otra aprobada. La letanía termina con la Colecta del Día o la Colecta que sigue o ambas, según el criterio del obispo que preside.

Presentación
El obispo y el pueblo se sientan. Un Presbítero y un Laico y, si se desea, presentadores adicionales, de pie ante el obispo, presentan al ordenando, diciendo:

N., Obispo en la Iglesia de Dios, en nombre del clero y pueblo de la Diócesis de N., te presentamos a N.N. para ser ordenado presbítero en la santa Iglesia Católica Apostólica de Cristo.

Obispo:
¿Ha sido escogido de acuerdo con los cánones de esta Iglesia?
Y ¿creen ustedes que su forma de vida es apropiada para el ejercicio de este ministerio?

Presentadores:
Certificamos que ha satisfecho los requisitos de los cánones, y le creemos calificado para esta orden.

El Obispo dice al ordenando:
¿Serás leal a la doctrina, disciplina y culto de Cristo, tal y como esta Iglesia los ha recibido?
Y ¿obedecerás, de acuerdo con los cánones de esta Iglesia, a tu obispo y otros ministros que tengan autoridad sobre ti y tu trabajo?

Respuesta:
Estoy dispuesto a hacerlo así; y declaro solemnemente que creo que las Sagradas Escrituras del Antiguo y Nuevo Testamento son la Palabra de Dios, y que contienen todas las cosas necesarias para la salvación; y me comprometo solemnemente a conformarme a la doctrina, disciplina y culto de la Iglesia Católica Apostólica en tradición Anglicana.

El Ordenando firma entonces la Declaración anterior delante de todos los presentes.
Todos se ponen de pie.

El Obispo dice al pueblo:
Amados hermanos en Cristo, ustedes conocen la importancia de este ministerio, y el peso de su responsabilidad al presentar a N.N. para ser ordenado PRESBÍTERO. Por tanto, si alguno de ustedes tiene conocimiento de impedimento o crimen por lo cual no debamos proceder, acérquese ahora y delo a conocer.

Si no se presentan objeciones, el Obispo continúa:
¿Es su voluntad que N. sea ordenado presbítero?

El Pueblo responde con éstas u otras palabras similares:
Esa es nuestra voluntad.

Obispo:
¿Le respaldarán en este ministerio?

El Pueblo responde con éstas u otras palabras similares:
Así lo haremos.

Entonces el Obispo invita al pueblo a orar con éstas u otras palabras similares:
En paz oremos al Señor.

Todos se arrodillan, y la Persona señalada dirige la Letanía para Ordenaciones, u otra aprobada. Terminada la letanía, y después del
Kyrie, el Obispo se pone de pie y dice la Colecta del Día, o la siguiente, o ambas, diciendo primero:

El Señor sea con ustedes.
Pueblo Y con tu espíritu.

Oremos.
Dios de poder inmutable y luz eterna: Mira con favor a toda tu Iglesia, ese maravilloso y sagrado misterio; por la operación eficaz de tu providencia lleva a cabo en tranquilidad el plan de salvación; haz que todo el mundo vea y sepa que las cosas que han sido derribadas son levantadas, las cosas que han envejecido son renovadas, y que todas las cosas están siendo llevadas a su perfección, mediante aquél por quien fueron hechas, tu Hijo Jesucristo nuestro Señor; que vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos.
Amén.


El Ministerio de la Palabra es semejante a la estructura básica del ministerio de la palabra en todos los ritos: tres lecturas, una del Antiguo Testamento, la segunda del Nuevo Testamento y la tercera del Evangelio. Se puede utilizar un salmo. La lectura se introducen con las frases normales y el sermón sigue al Evangelio.

Ministerio de la Palabra
Se leen tres Lecciones. La Lección del Antiguo Testamento y la Epístola son leídas por laicos.
Las Lecturas se escogen normalmente de la lista siguiente y pueden ser ampliadas, si así se desea. En una Fiesta Mayor o en Domingo, el Obispo puede escoger Lecturas del Propio del Día.

Antiguo Testamento Isaías 6:1-8, ó Números 11:6-17,24-25(omitiendo la cláusula final)
Salmo 43, ó 132:8-19
Epístola 1 Pedro 5:1-4*, ó Efesios 4:7,11-16, ó Filipenses 4:4-9
* Se debe tomar nota que donde aparecen las palabras anciano o ancianos en la traducción de 1 Pedro 5:1, el término se sustituye por el término griego original, presbítero o presbíteros.

El Lector dice:
Lectura (Lección) de ____________.
Puede añadirse la referencia al capitulo y versículo.

Después de cada Lectura el Lector puede decir:
Palabra del Señor.
Pueblo Demos gracias a Dios.
o el Lector puede decir:
Aquí termina la Lectura (Epístola).

Puede guardarse un período de silencio.
Después de cada Lectura sigue un Salmo, cántico o himno.
Entonces, todos de pie, el Diácono, o un Presbítero si no hay diácono,
lee el Evangelio, diciendo primero:
Santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo,
según ___________.
Pueblo ¡Gloria a ti, Cristo Señor!
San Mateo 9:35-38, ó San Juan 10:11-18, ó San Juan 6:35-38

Después del Evangelio el Lector dice:
El Evangelio del Señor.
Pueblo Te alabamos, Cristo Señor.

Sermón

Una diferencia entre este rito y el rito de Ordenación de un Obispo es que el Credo viene como el fin del examen del obispo electo, porque los obispos son los que tienen el cargo de guardar y preservar la fe de la Iglesia, por eso es apropiado que su examen termine con esta recitación del Credo. En el caso del presbítero se sigue la forma normal de tres lecturas, sermón y credo. Después viene el examen del ordenando.

Credo Niceno
Entonces la Congregación canta o dice.
Creemos en un solo Dios,
Padre todopoderoso,
Creador de cielo y tierra,
de todo lo visible e invisible.

Creemos en un solo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios,
nacido del Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios, Luz de Luz,
Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado,
de la misma naturaleza que el Padre,
por quien todo fue hecho;
que por nosotros
y por nuestra salvación
bajó del cielo:
por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen,
y se hizo hombre.
Por nuestra causa fue crucificado
en tiempos de Poncio Pilato:
padeció y fue sepultado.
Resucitó al tercer día, según las Escrituras,
subió al cielo
y está sentado a la derecha del Padre.
De nuevo vendrá con gloria
para juzgar a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.

Creemos en el Espíritu Santo,
Señor y dador de vida,
que procede del Padre,
que con el Padre y el Hijo
recibe una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas.
Creemos en la Iglesia,
que es una, santa, católica y apostólica.
Reconocemos un solo Bautismo
para el perdón de los pecados.
Esperamos la resurrección de los muertos
y la vida del mundo futuro. Amén.

El Examen comienza con la explicación por el obispo de qué es el oficio de un presbítero en la Iglesia. Habla del trabajo del presbítero como pastor, sacerdote y maestro; y la participación en el gobierno de la Iglesia. El deber del presbítero es proclamar por palabra y obra el Evangelio de Jesucristo; mantener cristiana la vida personal y la de la familia; y prestarse a la predicación y la declaración del perdón de Dios a los pecadores penitentes, o sea la absolución; bendecir, compartir en la administración de los Santos Sacramentos, etc.

Luego vienen las preguntas del examen del ordenando que comienzan con su compromiso de cumplir con los deberes y responsabilidades ya indicados.
Las demás preguntas dirigidas al ordenando tienen que ver con su relación a
-          la autoridad episcopal,
-          la diligencia en la lectura y estudio de las Escrituras;
-          la aplicación en la administración de la Palabra y los Sacramentos de Dios;
-          la fidelidad a la obra pastoral;
-          la ética cristiana en la vida personal y familiar; y la que tal vez es realmente más importante:
-          la perseverancia en la oración tanto en público como en privado.   

Una vez terminado el examen, el obispo ora para que todo esto sea cumplido en la vida del ordenando.

Examen
Todos se sientan, excepto el ordenando, quien permanece de pie frente al Obispo.

El Obispo se dirige al ordenando de la siguiente manera:
Hermano mío, la Iglesia es la familia de Dios, el cuerpo de Cristo y el templo del Espíritu Santo. Todos los bautizados son llamados a dar a conocer a Cristo como Salvador y Señor, y a compartir en la renovación de su mundo. Has sido llamado ahora para trabajar como pastor, sacerdote y maestro, junto con tu obispo y tus hermanos en el presbiterado, y a participar en los concilios de la Iglesia.

Como presbítero, será tu deber proclamar por palabra y obra el Evangelio de Jesucristo, forjando tu vida de acuerdo con sus preceptos. Ama y sirve al pueblo entre el que trabajas, cuidando igualmente de jóvenes y ancianos, de fuertes y débiles, de ricos y pobres. Predica, declara el perdón de Dios a los pecadores penitentes, pronuncia la bendición de Dios, comparte en la administración del Santo Bautismo y en la celebración de los misterios del Cuerpo y Sangre de Cristo, y desempeña las otras funciones a ti confiadas.

En todo cuanto hagas, sustenta al pueblo de Cristo con las riquezas de su gracia, y fortalécele para glorificar a Dios en esta vida y la venidera.

Hermano mío           
 ¿crees que estás verdaderamente llamado por Dios y por su Iglesia al Ministerio del Presbítero?

Respuesta          Así lo creo.

Obispo             
Ahora, en presencia de la Iglesia, ¿te comprometes a cumplir con este deber y responsabilidad?

Respuesta          Sí, me comprometo.

Obispo             
¿Respetarás y serás guiado por la dirección pastoral y liderato de tu obispo?

Respuesta          Así lo haré.

Obispo             
¿Serás diligente en la lectura y estudio de las Sagradas Escrituras, y en la búsqueda del conocimiento de aquello que te haga un ministro de Cristo más fuerte y capaz?

Respuesta          Así lo haré.

Obispo             
¿Te esforzarás de tal manera en ministrar la Palabra de Dios y los sacramentos del Nuevo Pacto, a fin de que el amor reconciliador de Cristo sea conocido y recibido?

Respuesta          Así lo haré.

Obispo             
¿Tratarás de ser un fiel pastor para aquéllos a quienes estás llamado a servir, trabajando junto con  ellos y con tus compañeros ministros para edificar la familia de Dios?

Respuesta          Así lo haré.

Obispo             
¿Harás cuanto puedas por forjar tu vida [y la de tu familia, o casa, o comunidad] de acuerdo con las enseñanzas de Cristo, de tal manera que seas un ejemplo saludable para todo tu pueblo?

Respuesta          Así lo haré.

Obispo             
¿Perseverarás en la oración, tanto en público como en privado, pidiendo la gracia de Dios, tanto  para ti como para los demás, ofreciendo todo tu trabajo a Dios, por la mediación de Jesucristo y en  la santificación del Espíritu Santo?

Respuesta          Así lo haré.

Obispo             
Que el Señor, que te ha dado la voluntad de hacer estas cosas, te conceda también la gracia y la    fortaleza para realizarlas.

Respuesta          Amén.


Consagración del Presbítero. Todos se ponen de pie con la excepción del ordenando arrodillado frente al obispo, que comienza el himno Veni Creator Spirítus o el Veni Sánete Spiritus. Tradicionalmente esto se canta antifonalmente, línea por línea, entre el obispo y la congregación. Esto es seguido por un tiempo de silencio para que todos oren por el ordenando y la Iglesia.

La oración de la consagración se dice solamente por el obispo. Comienza invocando sobre el ordenando la gracia de Dios para cumplir con este ministerio. En el segundo párrafo de esta oración, el obispo impone sus manos sobre la cabeza del ordenando. En este momento, los presbíteros presentes también imponen manos.

Esto no es ordenación por el presbiterio, sino es la admisión de este ordenando a la orden de los presbíteros. Este colegio o conjunto de presbíteros que llamamos el PRESBITERIO es un aspecto importante de la ordenación y de la vida ordenada y del ordenado y los presbíteros, están admitiendo a esta persona al COLEGIO PRESBITERAL, pero el obispo es el que consagra u ordena y solo el obispo recita esta oración.

Si hay más de un ordenando, el obispo comienza la oración de consagración con el primer párrafo, pero el segundo párrafo se recita individualmente sobre cada ordenando (con imposición de manos). El obispo termina la oración con el párrafo final.
Después del «Amén» fuerte y claro de la congregación, el ya ordenado es vestido con estola, casulla o cualquier otro ornamento o símbolo de su rango de presbítero.

Después la Biblia se presenta al ordenado por el Obispo. Se pueden presentar otros símbolos como cáliz y patena, etc. en este punto del culto.

Una vez vestido el ordenado y entregados los símbolos incluyendo las Escrituras, el nuevo presbítero (o uno de ellos) da la Paz a la congregación. Los ordenados saludan al obispo, unos a otros, a los otros presbíteros presentes, a sus familias y después a toda la congregación.

Consagración del Presbítero
Ahora, todos se ponen de pie, excepto el ordenando que se arrodilla frente al Obispo y los presbíteros, quienes se sitúan a la derecha e izquierda del Obispo.
Se canta el himno Veni Creator Spiritus, o el Veni Sancte Spiritus.
Sigue un período de oración en silencio, mientras el pueblo permanece de pie.

Entonces el Obispo dice esta Oración de Consagración:
Dios y Padre de todos, te alabamos por tu amor infinito al llamarnos para ser un pueblo santo en el reino de tu Hijo Jesús nuestro Señor, que es la imagen de tu gloria eterna e invisible, el primogénito entre muchos hermanos, y la cabeza de la Iglesia. Te damos gracias porque, por su muerte, ha vencido a la muerte, y habiendo ascendido a los cielos, ha derramado abundantemente sus dones sobre tu pueblo, haciendo a unos apóstoles, a otros profetas, a unos evangelistas, a otros pastores y maestros, a fin de equipar a los santos para la obra del ministerio y para la edificación de su cuerpo.

Ahora, el Obispo impone sus manos sobre la cabeza del ordenando; los Presbíteros presentes también imponen sus manos. Al mismo tiempo, el Obispo dice:

Por tanto, Padre, por medio de Jesucristo tu Hijo, derrama sobre N. tu Espíritu Santo; cólmale de gracia y poder, y hazle un PRESBÍTERO en tu Iglesia.

El Obispo continúa:
Que te exalte, oh Señor, en medio de tu pueblo; y ofrezca sacrificios espirituales que te sean aceptables; que valerosamente proclame el evangelio de salvación; y rectamente administre los sacramentos del Nuevo Pacto.
Hazle un fiel pastor, un maestro paciente y un sabio consejero. Concédele que en todo te sirva sin reproche, a fin de que tu pueblo sea fortalecido y tu Nombre glorificado en todo el mundo. Esto te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor, que contigo y el Espíritu Santo vive y reina, un solo Dios, por los siglos de los siglos.

El Pueblo en voz alta responde Amén.
Ahora el nuevo presbítero es revestido de acuerdo con su orden.

Entonces el Obispo le entrega una Biblia al recién ordenado, diciendo:
Recibe esta Biblia como señal de la autoridad que te es dada para predicar la Palabra de Dios y para administrar sus santos Sacramentos. No olvides la confianza puesta en ti como presbítero de la Iglesia de Dios.

El Obispo saluda al recién ordenado.

La Paz
Entonces el nuevo Presbítero dice a la congregación:
La paz del Señor sea siempre con ustedes.
Pueblo Y con tu espíritu.

Los Presbíteros saludan al recién ordenado, quien entonces saluda a los miembros de su familia y a otros, como sea conveniente. El Clero y el Pueblo se saludan mutuamente.

En la Celebración de la Eucaristía, el Ministerio del Sacramento sigue como está indicado en la sección del LOC sobre la Eucaristía. Hay que notar que el altar, los vasos y elementos deben ser preparados por los diáconos si están presentes y además el recién ordenado debe participar como co-celebrante de la Eucaristía junto con el Obispo como presidente.

En el ofertorio es muy apropiado que la familia del ordenado lleve el pan y el vino a los diáconos para la eucaristía. Hay un prefacio propio para Ordenaciones. Esto puede ser utilizado, o si decide el obispo, el prefacio propio del Domingo o de la fiesta principal en que se celebra la ordenación.

Las familias de los recién ordenados pueden recibir la Santa Comunión inmediatamente después del obispo, los presbiteros co-celebrantes y los recién ordenados y antes que el resto de la congregación.

La Oración de Poscomunión, o lo que se llama Acción de Gracias, es propia a las ordenaciones. El texto es igual para los tres ritos de ordenación.

El nuevo ordenado debe ser invitado por el obispo para dar la bendición al pueblo y uno de los diáconos presentes despide al pueblo.

Es la costumbre en muchas Iglesias anglicanas que el presbítero nuevo da su bendición individual a los que quieran recibirla. Esto puede tomarse lugar cerca de la puerta principal de la iglesia, o el nuevo sacerdote puede regresar al presbiterio para dar la bendición a tales personas.

1 Esta colecta se encuentra también en la Consagración de un Obispo, la Ordenación de un Diácono y es la colecta final
de las colectas solemnes del Viernes Santo.
2 Las Rúbricas Adicionales proveen una fórmula para bendecir las nuevas vestimentas antes del rito.

En la Celebración de la Eucaristía
La Liturgia continúa con el Ofertorio. La Mesa del Señor es preparada por Diáconos.
De pie ante la Mesa del Señor, con el Obispo y otros presbíteros, el recién ordenado Presbítero se une en la celebración de la Santa
Eucaristía y la Fracción del Pan.

Poscomunión
En lugar de la oración usual de poscomunión, se dice la siguiente oración:
Padre todopoderoso, te damos gracias porque nos has nutrido con el santo alimento del Cuerpo y Sangre de tu Hijo, y nos unes, por medio de él, en la comunión de tu Santo Espíritu. Te damos gracias porque levantas entre nosotros siervos fieles para el ministerio de tu Palabra y Sacramentos. Te suplicamos que N. sea para nosotros un ejemplo eficaz en palabra y obra, en amor y paciencia, y en santidad de vida. Concede que, junto con él, te sirvamos ahora, y que siempre nos gocemos en tu gloria;
por Jesucristo tu Hijo nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre. Amén.

Entonces el Obispo invita al nuevo Presbítero a que bendiga al pueblo.

El nuevo Presbítero dice:
La bendición de Dios omnipotente, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, sea con ustedes,
y permanezca con ustedes eternamente.
Amén.

Un Diácono, o un Presbítero si no hay diácono, despide al pueblo:
Salgamos con gozo al mundo, en el poder del Espíritu.
Pueblo Demos gracias a Dios.

Desde el Día de Pascua hasta el Día de Pentecostés inclusive, puede añadirse ¡Aleluya, aleluya! a la despedida y a la respuesta.

Lo Concerniente al Rito
Cuando el obispo haya de conferir las Sagradas Ordenes, por lo menos dos presbíteros deben estar presentes.
Desde el comienzo del rito hasta el Ofertorio, el obispo preside desde el sitial colocado cerca al pueblo y de frente a él, a fin de que todos puedan ver y oír lo que se hace.
El ordenando está revestido de sobrepelliz o alba, sin esclavina o cualquier otra vestidura distintiva de su rango u oficio eclesiástico o académico.
En la presentación del ordenando se usa su nombre completo (designado por el símbolo N.N.). En adelante, lo apropiado es referirse a él sólo por el nombre cristiano por el cual desea ser llamado.
Durante el Ofertorio es apropiado que el pan y vino sean llevados al Altar por la familia o amigos del recién ordenado.
Después de recibir la Santa Comunión, el nuevo diácono ayuda en la distribución del Sacramento, administrando el Pan o el Vino, o ambos.
La familia del recién ordenado puede recibir la Comunión antes que los otros miembros de la congregación. Habrá siempre oportunidad para que el pueblo comulgue.
Rúbricas Adicionales se encuentran en la página 424 del LOC.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Muchas gracias por tu aporte lleno de amor y sabiduría, nos edifica...