DÍA 1
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Uno
murió por todos (2 Corintios 5, 14)
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Isaías 53, 4-12
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Entregó
su vida como ofrenda expiatoria
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Salmo 118, 1. 14-29
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No me
ha entregado a la muerte
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1 Juan 2, 1-2
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Jesucristo
murió para que nuestros pecados sean perdonados
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Juan 15, 13-17
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Dar la
vida por los amigos
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Comentario
Cuando Pablo se convirtió a Cristo llegó a un entendimiento radicalmente
nuevo: una persona murió por todos. Jesús no murió solo por su pueblo, ni solo
por aquellos que simpatizaban con sus enseñanzas. Murió por todos los pueblos,
pasados, presentes y futuros. Muchos cristianos, fieles al Evangelio, han
entregado sus vidas por sus amigos a lo largo de los siglos. Una de estas
personas fue el franciscano Maximiliano Kolbe, que fue encarcelado en el campo
de concentración nazi de Auschwitz, y que en 1941, voluntariamente, entregó su
vida para que un compañero prisionero pudiera vivir.
Ya que Cristo murió por todos, «todos en cierto modo han muerto»
(2 Co 5, 14). Muriendo con Cristo, nuestro viejo modo de vida se
ha vuelto una cosa del pasado y hemos entrado en una nueva forma de existencia:
la vida en abundancia –una vida en la que podemos experimentar consuelo,
confianza y perdón, también hoy– una vida que continúa teniendo sentido también
después de la muerte. Esta nueva vida es vida en Dios.
Habiendo llegado a este entendimiento, Pablo sentía que el amor de
Cristo lo apremiaba a predicar la Buena Noticia de la reconciliación con Dios.
Las Iglesias cristianas comparten este mismo mandato de proclamar el mensaje
evangélico. Debemos preguntarnos a la luz de nuestras divisiones cómo podemos
anunciar este Evangelio de la reconciliación.
Preguntas
- ¿Qué significa decir que
Jesús «murió por todos»?
- El pastor alemán Dietrich
Bonhoeffer escribía: «Soy hermano de otra persona gracias a lo que
Jesucristo hizo por mí y me hizo a mí; la otra persona se ha vuelto un
hermano para mí gracias a lo que Jesucristo hizo por él». ¿Cómo afecta
esto a la forma en la que veo a los demás?
- ¿Cuáles son las
consecuencias de esto para el diálogo ecuménico e interreligioso?
Oración
Dios y Padre,
en Jesús nos diste a aquel que murió por todos.
Él vivió nuestra vida y murió nuestra muerte.
Tú aceptaste su sacrificio y lo elevaste a una nueva vida junto a ti.
Concédenos a nosotros, que hemos muerto con él,
poder hacernos uno por el Espíritu Santo,
y vivir en la abundancia de tu divina presencia
ahora y por siempre. Amén
en Jesús nos diste a aquel que murió por todos.
Él vivió nuestra vida y murió nuestra muerte.
Tú aceptaste su sacrificio y lo elevaste a una nueva vida junto a ti.
Concédenos a nosotros, que hemos muerto con él,
poder hacernos uno por el Espíritu Santo,
y vivir en la abundancia de tu divina presencia
ahora y por siempre. Amén
DÍA 2
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Ya no
vivan más para sí mismos (2 Corintios 5, 15)
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Miqueas 6, 6-8
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Se te
ha hecho conocer lo que está bien
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Salmo 25, 1-5
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Señor,
muéstrame tus caminos
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1 Juan 4, 19-21
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Amemos,
pues, nosotros porque Dios nos amó primero
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Mateo 16, 24-26
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El que
entregue su vida por mi causa, ese la encontrará
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Comentario
Por medio de la muerte y la resurrección de Jesucristo hemos sido
liberados de crearnos nuestro propio sentido y de vivir solo a partir de
nuestras fuerzas. Por el contrario, vivimos en el poder dador de vida de
Cristo, que vivió, murió y resucitó por nosotros. Cuando «perdemos» nuestra
vida por él, la encontramos.
Los profetas se enfrentaron constantemente a la pregunta acerca del modo
correcto de vivir cara a Dios. El profeta Miqueas encontró una respuesta muy
clara a esta pregunta: «respetar el derecho, practicar con amor la misericordia
y caminar humildemente con tu Dios». El autor del salmo 25 sabía que no podemos
hacer esto por nuestra cuenta y clamaba a Dios para que le diera luz y fuerza.
En los últimos años, el aislamiento social y la creciente soledad se han
vuelto asuntos importantes en Alemania, como también en otras sociedades
contemporáneas. Los cristianos están llamados a desarrollar nuevas formas de
vida comunitaria en las que compartimos nuestros medios de sustento con los
demás y afianzamos la ayuda entre las generaciones. El llamamiento evangélico a
no vivir para nosotros mismos sino para Cristo es también un llamamiento a
abrirnos a los demás y a romper las barreras que nos aíslan.
Preguntas
- ¿De qué manera nuestra
cultura nos tienta a vivir solo para nosotros mismos en vez de para los
demás?
- ¿De qué formas podemos vivir
para los demás en nuestra vida de todos los días?
- ¿Cuáles son las
implicaciones ecuménicas del llamamiento a no vivir ya para nosotros
mismos?
Oración
Dios Padre nuestro,
en Jesucristo nos has liberado para una vida que va más allá de nosotros mismos.
Condúcenos con tu Espíritu
y ayúdanos a vivir nuestras vidas como hermanos y hermanas en Cristo,
que vivió, sufrió, murió y resucitó por nosotros
y que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
en Jesucristo nos has liberado para una vida que va más allá de nosotros mismos.
Condúcenos con tu Espíritu
y ayúdanos a vivir nuestras vidas como hermanos y hermanas en Cristo,
que vivió, sufrió, murió y resucitó por nosotros
y que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
DÍA 3
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A nadie
valoramos con criterios humanos(2 Corintios 5, 16)
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1 Samuel 16, 1. 6-7
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Pues
vosotros os fijáis en las apariencias, pero yo miro al corazón
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Salmo 19, 7-13
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El
mandamiento del Señor es nítido, llena los ojos de luz
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Hechos 9, 1-19
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Saulo
se convierte en Pablo
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Mateo 5,
1-12
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Las
bienaventuranzas
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Comentario
Encontrarse con Cristo cambia todo de arriba a abajo. Pablo tuvo esa
experiencia de camino a Damasco. Por primera vez pudo ver a Jesús como quien
era realmente: el Salvador del mundo. Su perspectiva cambió radicalmente. Tuvo
que poner a un lado su juicio humano y mundano.
Encontrarnos con Cristo cambia también nuestra perspectiva. Sin embargo,
muchas veces permanecemos en el pasado y juzgamos según criterios humanos.
Pretendemos decir y hacer cosas «en el nombre del Señor», cuando en realidad
pueden ser autorreferenciales. A lo largo de la historia, en Alemania y en
muchos otros países, tanto las Iglesias como los gobernantes han abusado de su
poder e influencia para perseguir fines políticos injustos.
En 1741, los cristianos de la Iglesia de Moravia (Herrnhuter),
transformados por su encuentro con Cristo, respondieron al llamamiento de no
valorar a nadie con criterios humanos y eligieron «someterse al gobierno de
Cristo». Al someternos nosotros hoy al gobierno de Cristo, estamos llamados a
ver a los demás como los ve Dios, sin desconfianza ni prejuicios.
Preguntas
- ¿Dónde puedo identificar yo
experiencias de Damasco en mi vida?
- ¿Qué es lo que cambia cuando
miramos a los demás cristianos y a las personas de otras confesiones con
los ojos de Dios?
Oración
Dios trino, eres el origen y el fin de todo lo que existe.
Perdónanos cuando solo pensamos en nosotros mismos
y nos ciegan nuestros propios criterios.
Enséñanos a ser amables, acogedores y misericordiosos,
para que podamos crecer en la unidad que es un don tuyo.
A ti sea el honor y la alabanza por los siglos de los siglos. Amén.
Perdónanos cuando solo pensamos en nosotros mismos
y nos ciegan nuestros propios criterios.
Enséñanos a ser amables, acogedores y misericordiosos,
para que podamos crecer en la unidad que es un don tuyo.
A ti sea el honor y la alabanza por los siglos de los siglos. Amén.
DÍA 4
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Lo
viejo ha pasado (2 Corintios 5, 17)
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Génesis 19, 15-26
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No
mires atrás
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Salmo 77, 5-15
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Dios es
siempre fiel
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Filipenses 3, 7-14
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Olvido
lo que he dejado atrás
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Lucas 9, 57-62
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Pon tu
mano en el arado
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Comentario
Muchas veces vivimos desde el pasado. Mirar atrás puede ser útil y con
frecuencia es necesario para sanar la memoria, pero también nos puede paralizar
y nos puede impedir vivir en el presente. El mensaje de Pablo aquí es
liberador: «lo viejo ha pasado».
La Biblia nos anima a tener en cuenta el pasado, a tomar fuerzas de la
memoria y a recordar lo que Dios ha hecho, pero también nos pide dejar lo
viejo, incluso lo que ha sido bueno, para poder seguir a Cristo y vivir una
vida nueva en él.
A lo largo de este año muchos cristianos están conmemorando la labor de
Martín Lutero y de otros reformadores. La Reforma cambió muchas cosas en la
vida de la Iglesia de occidente. Muchos cristianos dieron un testimonio heroico
y muchos fueron renovados en su vida cristiana. Al mismo tiempo, como nos
muestra la Escritura, es importante que el pasado no nos limite, sino que
dejemos que el Espíritu Santo nos abra a un nuevo futuro en el que se superen
las divisiones y el pueblo de Dios sea salvado.
Preguntas
- ¿Qué podemos aprender al
leer juntos la historia de nuestras divisiones y desconfianzas?
- ¿Qué debe cambiar en mi
Iglesia para superar las divisiones y fortalecer lo que nos une?
Oración
Señor Jesucristo,
el mismo ayer, hoy y siempre.
Cura las heridas de nuestro pasado;
bendice hoy nuestra peregrinación hacia la unidad
y condúcenos hacia tu futuro,
en el que serás todo en todos,
con el Padre y el Espíritu Santo,
por los siglos de los siglos. Amén.
el mismo ayer, hoy y siempre.
Cura las heridas de nuestro pasado;
bendice hoy nuestra peregrinación hacia la unidad
y condúcenos hacia tu futuro,
en el que serás todo en todos,
con el Padre y el Espíritu Santo,
por los siglos de los siglos. Amén.
DÍA 5
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Una
nueva realidad está presente (2 Corintios 5, 17)
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Ezequiel 36, 25-27
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Os daré
un corazón nuevo
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Salmo 126
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Estamos
alegres
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Colosenses 3, 9-17
|
Renovados
en Cristo
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Juan 3, 1-8
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Nacer
del Espíritu
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Comentario
Pablo se encontró con Cristo, el Señor resucitado, y se convirtió en una
persona nueva, así como le pasa a todos los que creen en Cristo. Esta nueva
realidad no es visible a simple vista. Es una realidad de fe. Dios vive en
nosotros por el poder del Espíritu Santo y nos hace participar en la vida de la
Trinidad.
Por este acto de nueva creación se supera el pecado original y se nos
inserta en una relación salvífica con Dios. De ahí que se puedan decir cosas
verdaderamente extraordinarias de nosotros. Como dijo Pablo: en Cristo somos
una nueva criatura; en su resurrección la muerte ha sido vencida; ninguna
persona o cosa nos puede arrebatar de las manos de Dios; somos uno en Cristo y
él vive en nosotros. En Cristo somos «un reino de sacerdotes» (Ap 5, 10),
al darle gracias por haber vencido la muerte y al proclamar la promesa de una
nueva creación.
Esta nueva vida se hace visible cuando le permitimos que tome forma en
nosotros y nos volvemos «compasivos, benignos, humildes, pacientes y
comprensivos». También tiene que hacerse visible en nuestras relaciones
ecuménicas. Una convicción común en muchas Iglesias es que cuanto más estemos
en Cristo, más cerca estaremos unas de otras. De un modo especial en este 500
aniversario de la Reforma, recordamos tanto los éxitos como también las
tragedias de nuestra historia. El amor de Cristo nos apremia a vivir como
nuevas criaturas, buscando activamente la unidad y la reconciliación.
Preguntas
- ¿Qué es lo que me ayuda a
reconocer que soy una nueva creación en Cristo?
- ¿Qué pasos tengo que dar
para vivir mi nueva vida en Cristo?
- ¿Cuáles son las
implicaciones ecuménicas de ser una nueva creación?
Oración
Dios trino, te nos has revelado como Padre y Creador, como Hijo y
Salvador, como Espíritu y dador de vida, y sin embargo eres uno. Superas y
trasciendes nuestras fronteras humanas y nos renuevas. Danos un corazón nuevo
para superar todo lo que pone en peligro nuestra unidad en ti. Lo pedimos en el
nombre de Jesucristo, por el poder del Espíritu Santo. Amén.
DÍA 6
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Dios
nos ha reconciliado con él (2 Corintios 5, 18)
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Génesis 17, 1-8
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Dios
hace una alianza con Abrahán
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Salmo 98
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Los
confines de la tierra han visto la victoria de nuestro Dios
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Romanos 5, 6-
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Dios
nos ha restablecido en su amistad por la muerte de Cristo
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Lucas 2, 8-14
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Traer
una Buena Noticia
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Comentario
La reconciliación tiene dos caras: es al mismo tiempo fascinante y
aterradora. Nos atrae de modo que la deseamos: dentro de nosotros, entre
nosotros y entre nuestras diferentes tradiciones confesionales. Pero nos damos
cuenta del precio a pagar y esto nos aterra, ya que la reconciliación implica
renunciar a nuestro deseo de poder y de reconocimiento. En Cristo, Dios nos
reconcilia gratuitamente consigo, aunque nos hayamos separado de él. La acción de
Dios, sin embargo, trasciende también esto: Dios no solo reconcilia consigo a
la humanidad, sino a toda la creación.
En el Antiguo Testamento Dios es fiel y misericordioso con el pueblo de
Israel, con el que hizo una alianza. Esta alianza sigue vigente: «los dones y
el llamamiento divinos son irrevocables» (Rm 11, 29). Jesús, que
inauguró la nueva alianza en su sangre, era un hijo de Israel. Muchas veces a
lo largo de la historia nuestras Iglesias han fallado a la hora de reconocer
esto. Desde el Holocausto se ha vuelto un compromiso distintivo de las Iglesias
en Alemania combatir el antisemitismo. Del mismo modo, todas las Iglesias están
llamadas a llevar a cabo la reconciliación en sus comunidades y a resistir
cualquier forma de discriminación humana, ya que todos somos parte de la
alianza de Dios.
Preguntas
- ¿En cuanto comunidades
cristianas cómo entendemos el formar parte de la alianza de Dios?
- ¿Qué tipos de discriminación
deben combatir nuestras Iglesias hoy en nuestra sociedad?
Oración
Dios misericordioso, desde el amor hiciste una alianza con tu pueblo.
Danos fuerza para resistir toda forma de discriminación. Haz que el don de tu
alianza de amor nos llene de alegría y nos inspire una mayor unidad. Te lo
pedimos por medio de Jesucristo, el Señor resucitado, que vive y reina contigo
y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén.
DÍA 7
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El
ministerio de la reconciliación (2 Corintios 5, 18-19)
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Génesis 50, 15-21
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José se
reconcilia con sus hermanos
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Salmo 72
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El
reino de Dios trae justicia y paz
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1 Juan 3, 16b-21
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El amor
de Dios nos obliga a amarnos unos a otros
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Juan 17, 20-26
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Jesús
ora por la unidad de la Iglesia
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Comentario
La reconciliación entre Dios y la humanidad es la realidad central de
nuestra fe cristiana. Pablo estaba convencido de que el amor de Cristo nos
apremia a hacer que la reconciliación de Dios se haga presente en todos los
ámbitos de nuestra vida. Hoy en día esto nos lleva a examinar nuestras
conciencias acerca de nuestras divisiones. Como demuestra la historia de José,
Dios siempre otorga la gracia necesaria para sanar las relaciones rotas.
Los grandes reformadores como Martín Lutero, Ulrico Zuinglio y Juan
Calvino, como también muchos que permanecieron católicos, como Ignacio de
Loyola, Francisco de Sales y Carlos Borromeo, intentaron conseguir que la
Iglesia occidental se renovara. Sin embargo, lo que debería haber sido una
historia de la gracia de Dios, estuvo también marcada por el pecado de los
hombres y se volvió una historia del desgarramiento de la unidad del pueblo de Dios.
De la mano del pecado y de las guerras, la hostilidad mutua y la sospecha
fueron creciendo a lo largo de los siglos.
El ministerio de la reconciliación incluye la tarea de superar las
divisiones dentro del cristianismo. Hoy en día, muchas Iglesias cristianas
trabajan juntas con mutuo respeto y confianza. Un ejemplo positivo de
reconciliación ecuménica es el diálogo entre la Federación Luterana Mundial y
el Congreso Mundial Menonita. Después de que se hicieron públicos los
resultados de este diálogo en el documento «La sanación de las memorias:
reconciliación por medio de Cristo», las dos entidades organizaron juntas una
celebración penitencial en 2010 que fue seguida de otras celebraciones
penitenciales por toda Alemania y en muchos otros países.
Preguntas
- ¿Dónde percibimos la
necesidad de un ministerio de la reconciliación en nuestro contexto?
- ¿Cómo estamos haciendo
frente a esta necesidad?
Oración
Dios de toda bondad,
te damos gracias por habernos reconciliado
a nosotros y a toda la creación contigo en Cristo.
Capacítanos a nosotros, a nuestras congregaciones
y a nuestras Iglesias para el ministerio de la reconciliación.
Sana nuestros corazones y ayúdanos a propagar tu paz.
«Donde haya odio, que sembremos amor; donde haya ofensa, perdón;
donde haya duda, fe; donde haya desesperación, esperanza;
donde haya tinieblas, luz; donde haya tristeza, gozo».
Te lo pedimos en el nombre de Jesucristo,
por el poder del Espíritu Santo. Amén.
te damos gracias por habernos reconciliado
a nosotros y a toda la creación contigo en Cristo.
Capacítanos a nosotros, a nuestras congregaciones
y a nuestras Iglesias para el ministerio de la reconciliación.
Sana nuestros corazones y ayúdanos a propagar tu paz.
«Donde haya odio, que sembremos amor; donde haya ofensa, perdón;
donde haya duda, fe; donde haya desesperación, esperanza;
donde haya tinieblas, luz; donde haya tristeza, gozo».
Te lo pedimos en el nombre de Jesucristo,
por el poder del Espíritu Santo. Amén.
DÍA 8
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Reconciliados
con Dios (2 Corintios 5, 20)
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Miqueas 4, 1-5
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En los
últimos días reinará la justicia
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Salmo 87
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Maravillas
se cuentan de ti, ciudad de Dios
|
Apocalipsis 21, 1-5a
|
Dios
hará un cielo nuevo y una tierra nueva
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Juan 20, 11-18
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Encontrarse
con el Señor resucitado lleva a la misión personal
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Comentario
¿Y si...? ¿Y si las profecías de la Biblia se hicieran realidad? ¿Y si
las guerras entre los pueblos se detuvieran y se hicieran de las armas
instrumentos de vida? ¿Y si la justicia de Dios y la paz reinaran, una paz que
fuera más que la simple ausencia de guerra? ¿Y si toda la humanidad se juntara
para una celebración en la que ni tan siquiera se marginara a una persona? ¿Y
si no hubiera ya luto, ni llanto, ni muerte? Sería la plenitud de la
reconciliación realizada por Dios en Jesucristo. ¡Sería el cielo!
Los salmos, los cánticos y los himnos cantan el día cuando toda la
creación llegada a su plenitud finalmente alcance su meta, el día en que Dios
será «todo en todos». Hablan de la esperanza cristiana, del cumplimiento del
reino de Dios en el que el sufrimiento se convertirá en alegría. En aquel día,
la Iglesia será revelada en su hermosura y gracia como el único cuerpo de
Cristo. Siempre que nos reunimos en el Espíritu para cantar juntos el
cumplimiento de las promesas de Dios, se abren los cielos y empezamos a bailar
aquí y ahora al son de la melodía de la eternidad.
Puesto que ya podemos experimentar esta presencia del cielo, celebremos
juntos. Podemos sentirnos inspirados para compartir imágenes, poesías y cantos
de nuestra tradición particular. Estos recursos pueden abrir espacios para que
experimentemos nuestra fe común y nuestra esperanza del Reino de Dios.
Preguntas
- ¿Cómo te imaginas el cielo?
- ¿Qué canciones, historias,
poesías e imágenes de tu tradición te transmiten la sensación de estar
participando en la realidad de la eternidad de Dios?
Oración
Dios trino, Padre, Hijo y Espíritu Santo, te damos gracias por esta
Semana de Oración, por estar juntos como cristianos y por los distintos modos
en que hemos sentido tu presencia. Haz que siempre podamos alabar juntos tu
santo nombre para que podamos seguir creciendo en la unidad y la
reconciliación. Amén.
o
Gloria canten a ti
las humanas y angélicas lenguas
con arpas y címbalos.
De doce perlas son las puertas
de tu ciudad; seremos compañeros
de los ángeles en torno a tu alto trono.
Ojo ninguno ha visto,
ni oído alguno percibió
una alegría tal.
Seremos felices,
¡oh, oh!,
eternamente en dulce júbilo.
las humanas y angélicas lenguas
con arpas y címbalos.
De doce perlas son las puertas
de tu ciudad; seremos compañeros
de los ángeles en torno a tu alto trono.
Ojo ninguno ha visto,
ni oído alguno percibió
una alegría tal.
Seremos felices,
¡oh, oh!,
eternamente en dulce júbilo.
(Traducción al castellano: Saúl Botero-Restrepo. Alemán: Wachet auf,
ruft uns die Stimme de Philipp Nicolai (1599); inglés: Wake, awake,
the night is flying (tercera stanza), traducida por Catherine
Winkworth]
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