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“Hay un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, actúa por todos y está en todos.” Ef 4,5s.

Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.

+Gabriel Orellana.
Obispo Misionero
¡Ay de mí si no predico el Evangelio! 1 Co 9,16b.

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martes, 30 de mayo de 2017

NOTA SOBRE LA SITUACIÓN ECUMÉNICA EN ALEMANIA

Trabajando juntos en una sociedad en cambio

De los 81 millones de habitantes que tiene hoy Alemania, más de 50 millones son cristianos. La mayoría de ellos pertenece a la Iglesia Católica Romana o a alguna de las Iglesias regionales protestantes que juntas conforman la Iglesia Evangélica de Alemania (EKD). Aunque relativamente pequeñas, también hay Iglesias «libres» e Iglesias ortodoxas; en efecto, todas las principales tradiciones cristianas están hoy presentes en Alemania.

Hace siglos, Alemania estaba constituida por muchos reinos y principados unificados por una Iglesia común. La Reforma, llevada a cabo, entre otros, por Martín Lutero, condujo a cismas dentro del cristianismo occidental y, por último, a guerras entre fuerzas católicas y protestantes. La Paz de Augsburgo (1555) puso fin temporalmente a estos conflictos al disponer que los súbditos de un reino o principado debían adherirse a la fe de sus gobernantes. Los que tenían otra fe eran forzados a convertirse o a emigrar a otra región. Estas disposiciones se aplicaban a los luteranos y a los católicos, pero no a los seguidores de Calvino y a los anabaptistas que, por tanto, sufrieron la persecución. La Paz de Augsburgo se mantuvo vigente más de seis décadas, hasta el estallido de la Guerra de los Treinta Años (1618-1648). Se restableció la paz con la Paz de Westfalia, que reafirmaba la Paz de Augsburgo, pero esta vez teniendo en cuenta a los calvinistas. Como resultado de todo ello, el pueblo alemán vivía en una situación de aislamiento regional confesional. Era impensable que dentro de una misma tierra soberana pudiese existir diversidad confesional, y la hostilidad y desconfianza, alentadas por los horrores de la guerra, iban en aumento.

El siglo XIX vio la llegada a Alemania de otras Iglesias y denominaciones, entre ellas la baptista y metodista, como también de Iglesias antiguas (la Iglesia Antigua Luterana, la Iglesia Antigua Reformada y la Iglesia Antigua Católica). Estas Iglesias surgieron como consecuencia de movimientos de protesta internos, por lo que eran pequeñas en número y por lo general no estaban muy inclinadas a cultivar relaciones ecuménicas.

Después de la Segunda Guerra Mundial la situación de las Iglesias en Alemania cambió significativamente. Alrededor de 12 millones de personas de ascendencia alemana huyeron o fueron expulsadas de Europa del Este. Cuando se establecieron en Alemania no se tuvo en cuenta la cuestión de la denominación a la que pertenecían: hubo protestantes que se fueron a vivir a regiones católicas y viceversa. Esto llevó a que se diera un mayor contacto entre católicos y protestantes.

El crecimiento económico e industrial en la posguerra creó una demanda laboral que condujo a la firma de acuerdos entre el Gobierno alemán y muchos países mediterráneos sobre los «trabajadores huéspedes». De este modo, muchas personas de Italia, España, Portugal, Grecia, Yugoslavia, Turquía, Marruecos y Túnez emigraron a Alemania, lo que incrementó la diversidad confesional y religiosa del país. Esto, de un modo especial, llevó a un aumento de la presencia ortodoxa en Alemania. Aunque en un principio se pensó que estos trabajadores regresarían a sus países de origen después de unos años (de ahí el nombre de «trabajadores huéspedes»), muchos se quedaron y han dejado su huella en la vida y la cultura de Alemania. En los años 80 tuvo lugar un crecimiento del número de inmigrantes con raíces alemanas provenientes de la antigua Unión Soviética, muchos de los cuales eran ortodoxos, baptistas o judíos. En estos últimos años la guerra, el terror y la agitación social en el Medio Oriente, África, Afganistán, Ucrania y muchos otros países, ha creado un gran movimiento de refugiados. Aunque la mayoría de ellos huye a países vecinos, hay un creciente número de migrantes que intenta buscar refugio en Alemania y en otros países europeos.

En la antigua Alemania del Este las Iglesias, especialmente la Iglesia protestante, jugaron un papel fundamental en los acontecimientos que llevaron a la caída del muro de Berlín (1989) y del Gobierno comunista. Sin embargo, ni siquiera esto pudo evitar que la fe cristiana perdiera su relevancia en Alemania del Este. El periódico británico The Guardian llegó tan lejos como para afirmar de Alemania del Este que era «el lugar más impío del mundo». El Gobierno del partido comunista no fue, ni mucho menos, la única causa de esta falta de religiosidad; la fe cristiana ya estaba perdiendo fuerza en Alemania del Este antes de que el partido comunista llegara al poder. Allí, el ateísmo no es de carácter agresivo, como el de los llamados «nuevos ateos». Por el contrario, se caracteriza por una indiferencia muy arraigada hacia cualquier tipo de fe. Cuando se les preguntó a los ciudadanos de Berlín si se consideraban creyentes o no creyentes, uno de ellos contestó: «Ni lo uno ni lo otro, soy normal».

Hoy en día Alemania es la casa común de personas con muy variadas referencias culturales y con diferentes creencias, o ninguna. Aproximadamente una tercera parte de la población pertenece a una de las Iglesias protestantes regionales de la EKD, otra tercera parte es católica romana, y algo menos de otra tercera parte no se adhiere a ninguna fe. El 1,7 % de la población es cristiano-ortodoxa y otro 1,8 % pertenece a una de las Iglesias «libres». La mayoría de estas Iglesias tiene fuertes vínculos históricos y teológicos con la Reforma, pero no tienen relaciones con el Estado como la Iglesia Católica Romana y la EKD. El 4,9 % de la población es musulmana y el 0,1 % judía.

Las Iglesias en Alemania aún no han superado todas sus diferencias, pero han aprendido a trabajar juntas. Durante el régimen de los nacionalsocialistas hubo cristianos que colaboraron con el Gobierno. Sin embargo, otros opusieron resistencia y fueron encarcelados o mandados a campos de concentración. La experiencia compartida de vivir y sufrir bajo la dictadura de los nazis acercó a los cristianos de distintas tradiciones. Hoy en día, las Iglesias cristianas hacen un buen trabajo cooperando para llevar a cabo la misión de la Iglesia y dar testimonio del Evangelio en palabras y obras. Ya que la Iglesia Católica Romana y la EKD por su cuenta tienen muchos miembros, también son las responsables de gran parte de la cooperación ecuménica que tiene lugar hoy en Alemania.
Buena parte del ecumenismo en Alemania tiene lugar a nivel de base, por ejemplo, en la Semana de Oración de la Alianza Evangélica y en la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos. Las parroquias y las comunidades vecinas organizan con frecuencia varias actividades como estudios bíblicos, debates teológicos, celebraciones festivas, creación de páginas web, visitas a personas que acaban de llegar al vecindario y distribución de folletos en una estación local de tren con información sobre las Iglesias cristianas. Esta labor normalmente la realizan voluntarios que son miembros de las Iglesias del lugar. En algunas regiones, las parroquias y las congregaciones ponen en marcha hermanamientos ecuménicos a nivel local, firmando un acuerdo común que da forma a su cooperación. 

Estos acuerdos suelen tomar como referencia acuerdos parecidos suscritos por los líderes de sus Iglesias.

También hay cooperación ecuménica a nivel de liderazgo de las Iglesias. Por ejemplo: un grupo de obispos católicos y protestantes de la EKD se reúne dos veces al año para debatir asuntos de actualidad que atañen a las dos Iglesias. Otro grupo debate temas teológicos, como el concepto de la dignidad humana. Junto a estos encuentros bilaterales, también tienen lugar reuniones periódicas entre representantes de la Conferencia de Obispos Ortodoxos con obispos católicos romanos y con obispos protestantes respectivamente, y entre la Asociación de Iglesias Libres y la EKD.

En el panorama cristiano alemán son una cosa habitual para los miembros de una Iglesia los grandes encuentros eclesiales o las jornadas. Para los católicos se llaman Katholikentage y para los protestantes Kirchentag. Las dos tiene lugar cada dos años y están organizadas por el comité central de los católicos alemanes y de la Kirchentag evangélica alemana (DEKT), respectivamente. En principio, son encuentros para los miembros de una Iglesia, pero ya desde hace varios años participan en ellos miembros de otras Iglesias e incluso son convidados como oradores invitados.
En 2003 y en 2010 todas las Iglesias miembros del Consejo de las Iglesias en Alemania se juntaron para organizar de común acuerdo unas jornadas parecidas a nivel ecuménico llamadas Ökumenischer Kirchentag. En ellas se debatieron muchos asuntos que son importantes para la sociedad alemana (la crisis financiera global, el cambio climático, cuestiones éticas relacionadas con la vida humana, la justicia, etc.). También fueron importantes en estos encuentros los estudios bíblicos, los debates teológicos y las celebraciones ecuménicas. Estas jornadas, especialmente la Kirchentage ecuménica, constituyen una excelente oportunidad para los cristianos de Alemania de mostrar no solo que siguen activos, sino también que están preparados para trabajar juntos y para comprometerse en el diálogo con el resto de la sociedad alemana.

El Consejo de las Iglesias de Alemania

EL Consejo de las Iglesias de Alemania (Arbeitsgemeinschaft Christlicher Kirchen, ACK) se fundó el 10 de marzo de 1942, es decir, pocos meses antes de que se estableciera el Consejo Mundial de las Iglesias. Los miembros fundadores fueron la EKD, los menonitas, los baptistas, los metodistas y la Iglesia Católica Antigua. En 1974, 10 años después de que se promulgara el Decreto sobre el Ecumenismo del Concilio Vaticano II, la Conferencia de los obispos católicos de Alemania se unió al Consejo de las Iglesias. La Iglesia ortodoxa también se hizo miembro en 1974. Después de la reunificación de Alemania los consejos de las Iglesias del Este y del Oeste se unieron. Los dos consejos tenían una estructura y membresía diferentes, por lo que fue necesario crear un nuevo órgano ecuménico con nuevos estatutos. Hoy en día, el Consejo de las Iglesias de Alemania tiene 17 Iglesias miembros. Además, hay seis Iglesias que son miembros invitados y cuatro organizaciones ecuménicas que están presentes en calidad de observadores.

En 2003, durante la primera Kirchentag ecuménica en Berlín, representantes de todas las Iglesias miembros del ACK celebraron una oración ecuménica y firmaron la Charta Oecumenica elaborada por la Conferencia de las Iglesias Europeas y el Consejo de las Conferencias Episcopales Europeas de la Iglesia Católica Romana. El ACK también publicó su propio documento que reflexionaba sobre la Charta Oecumenica en el contexto alemán y sobre el modo en que la Charta podía ponerse en práctica en Alemania.
En 2010, durante el segundo Kirchentag ecuménico en Múnich, el ACK estableció un «Día Ecuménico de la Creación», poniendo en práctica así una de las recomendaciones de la Charta Oecumenica. El Día Ecuménico de la Creación quiere ser al mismo tiempo un testimonio común de nuestra fe en Dios creador y un recordatorio de nuestra común tarea de preservar la creación de Dios. El Día de la Creación se celebra todos los años el primer viernes de septiembre. La primera celebración del Día Ecuménico de la Creación la llevó a cabo el ACK en una iglesia ortodoxa de Brühl. Actualmente, el Día de la Creación se celebra en varias ciudades de toda Alemania. El ACK anima a todos los cristianos alemanes a que celebren este día y publica sugerencias para celebraciones litúrgicas y otros recursos con mucha antelación respecto al mes de septiembre para que las personas los puedan utilizar para planificar sus propias celebraciones.

Otro tema al que el Consejo de las Iglesias ha dedicado mucho tiempo y debates es el del bautismo. En 2007, once Iglesias miembros del ACK firmaron un acuerdo de mutuo reconocimiento del bautismo. Cinco miembros del ACK, entre ellos los menonitas y los baptistas, sintieron que no lo podían suscribir. Desde entonces el ACK ha seguido trabajando sobre el tema del bautismo. Se debatió el asunto en la Asamblea General del ACK y se impartió una conferencia pública en marzo de 2014. El ACK también mantuvo consultas sobre el mismo tema con el Consejo Ecuménico Finlandés.

Los artículos 10 y 11 de la Charta Oecumenica recomiendan intensificar el diálogo con representantes de la fe judía y animan a que tengan lugar encuentros entre cristianos y musulmanes. De acuerdo con esto, el ACK ha trabajado conjuntamente con una organización judía y con dos musulmanas en una iniciativa llamada Weißt du, wer ich bin? («¿Sabes quién soy?»). Esta iniciativa ofrecía asesoramiento y ayuda económica para animar a las personas de las tres religiones a que se conozcan mejor y a que emprendan actividades comunes a nivel de base. Se contrató a una joven mujer musulmana para que coordinara esta iniciativa. Instituciones estatales alemanas y europeas también dieron fondos para ella.

El ACK también ha reflexionado mucho sobre el documento «Testimonio cristiano en un mundo multirreligioso» y ha constituido un equipo especial para trabajar el tema. En 2014 se celebró una conferencia que les dio la posibilidad a los representantes de las Iglesias miembros del ACK y de la Alianza Evangélica (EA) de debatir temas relacionados con el testimonio y el diálogo interreligioso. Como consecuencia de ello, se han creado lazos más cercanos con la EA y la EA ha solicitado su ingreso en el ACK en calidad de observador.

Desafíos ecuménicos

Uno de los desafíos principales para el ecumenismo en Alemania es mantener una plataforma en la que las Iglesias que son más pequeñas en número de miembros puedan encontrarse cara a cara con las dos grandes Iglesias. La Iglesia Católica Romana y la EKD tienen más o menos el mismo tamaño y disponen de recursos parecidos. De ahí que la colaboración entre ambas se dé automáticamente y abarque un gran número de asuntos: desde todo lo relacionado con los matrimonios mixtos a cuestiones acerca de las relaciones Iglesia-Estado. Sin embargo, muchas veces trabajan juntas en un plano estrictamente bilateral, con lo que las otras Iglesias e incluso el mismo ACK no tienen palabra en temas ecuménicos. Hacer justicia al hecho de que hay más de dos Iglesias en Alemania y favorecer el debate y la cooperación multilateral son algunos de los objetivos principales del ACK.

Otro desafío es la frustración que sienten muchas personas, especialmente las que han trabajado mucho tiempo a nivel de base, cuando no logran ver ningún progreso en asuntos ecuménicos. La frustración se siente con más fuerza cuando se trata de compartir la Cena del Señor más allá de las barreras confesionales, lo que se conoce como el compartir eucarístico. En Alemania hay un gran número de parejas constituidas por personas que pertenecen a diferentes Iglesias. No solo anhelan poder comulgar juntas, sino que también sienten profundamente que el movimiento ecuménico debería estar dando más frutos de los que da y están insatisfechas cuando perciben estancamiento en vez de claros pasos hacia adelante.

Muchas personas hoy en Alemania no tienen un conocimiento verdadero de la fe cristiana y tampoco parecen estar interesadas en conocerla y menos aún abrazarla. Si las Iglesias se tomasen en serio su misión de «haced discípulos a los habitantes de todas las naciones» (Mt 28, 19), debería ser una prioridad para ellas entablar con estas personas un diálogo. En vez de enfrentar este desafío cada una por su cuenta, las Iglesias deberían enfrentarse a él conjuntamente, aprendiendo de la experiencia de las otras y animándose mutuamente. Poner el centro de atención en su fe común solo puede fortalecer la unión entre las Iglesias. Además, intentar comunicar juntas la fe cristiana en un modo comprensible les puede llevar a las mismas Iglesias a un entendimiento más profundo de su propia fe. Se puede ver el 500 aniversario de la Reforma como una oportunidad para recordar al público –tanto a los cristianos como a los no creyentes− lo que verdaderamente es la fe cristiana: el amor de Dios en Cristo para todos los seres humanos y para toda la creación. Este es el motivo por el que las Iglesias en Alemania han decidido hacer de este aniversario una celebración de Jesucristo (Christusfest).



* Este texto se reproduce bajo la sola autoridad y responsabilidad del grupo ecuménico de Alemania que se reunió para escribir los materiales para la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos 2017.

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