Anglocatólico

COMUNIDAD ECUMÉNICA MISIONERA LA ANUNCIACIÓN. CEMLA
Palabra + Espíritu + Sacramento + Misión
Evangelizar + Discipular + Enviar


“Hay un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, actúa por todos y está en todos.” Ef 4,5s.

Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.

+Gabriel Orellana.
Obispo Misionero
¡Ay de mí si no predico el Evangelio! 1 Co 9,16b.

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martes, 30 de mayo de 2017

CELEBRACIÓN ECUMÉNICA


Introducción
Reconciliación. El amor de Cristo nos apremia 
(cf. 2 Corintios 5, 14-20)

Conmemoración del 500 aniversario de la Reforma
Las Iglesias en Alemania decidieron conmemorar este aniversario como una Christusfest(una celebración ecuménica de Cristo). La Reforma fue la ocasión para volver a centrarse en la salvación por la gracia a través de la fe en Jesucristo. Nos regocijamos en la salvación de Dios que tiene su centro en la cruz de Cristo, que supera las divisiones y nos une. Esta celebración confiesa sin medias tintas los pecados de división que siguieron a la Reforma. Esta oración común quiere celebrar a Cristo y su acción reconciliadora que mueve el corazón de los cristianos divididos a ser embajadores de Cristo como ministros de la reconciliación.

Contenido de la celebración
El tema «Reconciliación. El amor de Cristo nos apremia (2 Co 5, 14-20)» celebra la irrevocable reconciliación que hemos recibido a través de la fe en Jesucristo. El amor de Cristo es la fuerza motora que nos empuja a ir más allá de nuestras divisiones para realizar actos de reconciliación.
Por medio de salmos y cantos nos reunimos en el nombre de Jesús alabando las acciones maravillosas de Dios. Confesamos nuestros pecados de división y hacemos nuestra petición de perdón. La proclamación de la Palabra pone de relieve la acción reconciliadora de Cristo como «aquel que murió por todos» (v. 14). Los fieles responden a esta Buena Noticia aceptando la invitación a ser ministros de reconciliación.

Actos simbólicos en la celebración

El muro
El año 1989 vio la caída del muro de Berlín que dio comienzo al Movimiento de Oración por la Paz en la República Democrática Alemana (Alemania del Este), con personas poniendo velas en sus ventanas y puertas y orando por la libertad. Horst Sindermann, uno de los líderes de la RDA, señaló: «Habíamos planificado todo. Estábamos preparados para todo, pero no para velas y oraciones». Por este motivo representamos con la construcción y el desmantelamiento de un muro la división de los cristianos y la reconciliación que perseguimos. Esto puede volverse un símbolo de esperanza en cualquier situación en que la división parece insuperable. De este modo, la construcción de un muro simbólico en la confesión de los pecados, su presencia visible durante la proclamación de la Palabra y, por último, su desmantelamiento para formar una cruz como signo de esperanza, nos da fuerza para dar nombre a estas divisiones terribles y para superarlas con la ayuda de Dios.

Orientaciones/Material: La construcción y el desmantelamiento del muro
«La división debida a nuestro pecado»: después de una breve introducción, algunos miembros de la asamblea construirán un muro de separación para representar los pecados y la división que confesamos. Este muro se mantendrá en pie hasta el momento de la celebración titulado «Responde con fe, vive reconciliado». En este momento las piedras se quitarán del muro y se dispondrán en forma de cruz.
Dependiendo del tamaño del lugar de la celebración, se necesitarán los siguientes materiales para esta acción simbólica: 12 cajas del mismo tamaño (cajas de transporte, cajas de zapatos) recubiertas de papel de embalaje para simbolizar las piedras. En la parte frontal de cada caja se escribirá un concepto clave (falta de amor, odio y desprecio, acusación falsa, discriminación, persecución, comunión rota, intolerancia, guerras de religión, división, abuso de poder, aislamiento, orgullo). Mientras se proclama cada pecado, se coloca la piedra en su lugar para ir construyendo el muro. Después de un momento de silencio, los que han llevado la piedra hacen una petición de perdón a la que la asamblea contesta: «perdónanos nuestros pecados como nosotros perdonamos a los que pecan contra nosotros».
Después de la proclamación de la Palabra que termina con el sermón, se hace una oración por la reconciliación. Mientras se desmantela el muro y las piedras se colocan en forma de cruz, se canta un canto de reconciliación o un himno de alabanza a la cruz.
En las celebraciones con grupos pequeños, una alternativa podría ser sustituir o ampliar los conceptos clave con testimonios personales. En la primera parte, estos testimonios deberían referirse a situaciones que han causado daño a los demás. En la segunda parte de la respuesta de fe, se podrían contar historias de reconciliación y de actos de reparación.

Velas
Después del Credo se proponen cuatro plegarias de intercesión. Después de cada petición, tres personas encienden sus velas de una fuente central de luz (por ejemplo, un cirio pascual) y se quedan de pie alrededor de la cruz hasta el momento titulado «mandato de Cristo». Después del mandato, las tres personas pasan la luz al resto de la asamblea hasta que todas las personas tengan encendidas sus velas. La celebración termina con una bendición y el envío.

DESARROLLO DE LA CELEBRACIÓN
Destinados a proclamar las grandezas de Dios
(cfr. 1 Pedro 2, 9)

P  Presidente
A  Asamblea
L  Lector

I. Reunidos en el nombre de Jesús
Himno de entrada (elegido localmente)
Procesión con la Biblia / Leccionario
Apertura
 En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
A  Amén.
P  La gracia y la paz de Dios, que nos ha reconciliado consigo por medio de Jesucristo, esté con todos vosotros (2 Co 5, 18).
A  Y también contigo.
Palabras introductorias
 Queridos hermanos y hermanas en Cristo: este año muchos cristianos e Iglesias conmemoran el aniversario de la Reforma. San Pablo nos recuerda que Dios nos ha reconciliado consigo por medio de Jesucristo y que el amor de Cristo nos apremia a ser ministros de reconciliación. ¡Adoremos y alabemos juntos a Dios en la unidad del Espíritu Santo!
Salmo 98 (cantado) o un himno de alabanza

II. Divididos por nuestros pecados (arrepentimiento)
Invitación al arrepentimiento
P A lo largo de la historia han existido muchos movimientos de renovación en la Iglesia, que siempre está necesitada de una mayor conversión a su cabeza, Jesucristo. A veces estos movimientos han dado lugar a divisiones no queridas. Este hecho contradice lo que Jesús pidió al Padre en Juan 17, 23: «Como tú vives en mí, vivo yo en ellos para que alcancen la unión perfecta y así el mundo reconozca que tú me has enviado y que los amas a ellos como me amas a mí». ¡Confesemos nuestros pecados y oremos para obtener el perdón y la sanación de las heridas que han causado nuestras divisiones! Mientras nombramos estos pecados veremos cómo se van transformando en un muro que nos separa.
Silencio
P  Oremos: Dios y Padre del cielo, nos acercamos a ti en el nombre de Jesús. Experimentamos la vida nueva a través del Espíritu Santo, pero seguimos construyendo muros que nos dividen, muros que impiden la comunión y la unidad. Traemos hoy estas piedras con las que construimos nuestros muros y oramos para obtener perdón y sanación.
A  Amén.
Mientras se nombra cada pecado, se trae la piedra correspondiente para construir el muro. Después de un momento de silencio, el portador de la piedra [L] hace una petición de perdón y la asamblea contesta: «perdónanos nuestros pecados como nosotros perdonamos a los que pecan contra nosotros».
P  Una piedra de nuestro muro es «falta de amor».
Se coloca la piedra con el concepto clave «falta de amor».
L1 Dios de bondad, el amor de Cristo nos apremia a que pidamos perdón por todas las veces en las que no hemos amado. Oramos humildemente:
A Perdónanos nuestros pecados como nosotros perdonamos a los que pecan contra nosotros.
P  Una piedra de nuestro muro es «odio y desprecio».
Se coloca la piedra con el concepto clave «odio y desprecio».
L2  Dios de bondad, el amor de Cristo nos apremia a que pidamos perdón por nuestro odio y desprecio de unos contra otros. Oramos humildemente:
A Perdónanos nuestros pecados como nosotros perdonamos a los que pecan contra nosotros.
 Una piedra de nuestro muro es «falsa acusación».
Se coloca la piedra con el concepto clave «falsa acusación».
L3  Dios de bondad, el amor de Cristo nos apremia a que pidamos perdón por denunciar y acusarnos falsamente unos a otros. Oramos humildemente:
A  Perdónanos nuestros pecados como nosotros perdonamos a los que pecan contra nosotros.
 Una piedra de nuestro muro es «discriminación».
Se coloca la piedra con el concepto clave clave «discriminación».
L4  Dios de bondad, el amor de Cristo nos apremia a que pidamos perdón por todas las formas de prejuicios y discriminaciones de unos contra otros. Oramos humildemente:
A  Perdónanos nuestros pecados como nosotros perdonamos a los que pecan contra nosotros.
Respuesta cantada: «¡Perdónanos, Señor!» 
Los comités locales eligen sus propias respuestas cantadas.
 Una piedra de nuestro muro es «persecución».
Se coloca la piedra con el concepto clave «persecución».
L5  Dios de bondad, el amor de Cristo nos apremia a que pidamos perdón por perseguir y torturarnos unos a otros. Oramos humildemente:
A  Perdónanos nuestros pecados como nosotros perdonamos a los que pecan contra nosotros.
 Una piedra de nuestro muro es «comunión rota».
Se coloca la piedra con el concepto clave clave «comunión rota».
L6  Dios de bondad, el amor de Cristo nos apremia a que pidamos perdón por mantener rota la comunión entre nuestras Iglesias. Oramos humildemente:
A  Perdónanos nuestros pecados como nosotros perdonamos a los que pecan contra nosotros.
 Una piedra de nuestro muro es «intolerancia».
Se coloca la piedra con el concepto clave intolerancia».
L7  Dios de bondad, el amor de Cristo nos apremia a que pidamos perdón por desterrar a nuestros hermanos y hermanas de nuestra patria común en el pasado y por los actos de intolerancia religiosa de hoy. Oramos humildemente:
A  Perdónanos nuestros pecados como nosotros perdonamos a los que pecan contra nosotros.
 Una piedra de nuestro muro es «guerras de religión».
Se coloca la piedra con el concepto clave «guerras de religión».
L8  Dios de bondad, el amor de Cristo nos apremia a que pidamos perdón por todas las guerras que hemos librado unos contra otros en su nombre. Oramos humildemente:
A  Perdónanos nuestros pecados como nosotros perdonamos a los que pecan contra nosotros.
Respuesta cantada: «¡Perdónanos, Señor!»
 Una piedra de nuestro muro es «división».
Se coloca la piedra con el concepto clave «división».
L9  Dios de bondad, el amor de Cristo nos apremia a que pidamos perdón por vivir nuestras vidas cristianas divididos unos de otros y alejados de nuestra común vocación a favor de toda la creación. Oramos humildemente:
A  Perdónanos nuestros pecados como nosotros perdonamos a los que pecan contra nosotros.
 Una piedra de nuestro muro es «abuso de poder».
Se coloca la piedra con el concepto clave «abuso de poder».
L10  Dios de bondad, el amor de Cristo nos apremia a que pidamos perdón por nuestro abuso de poder. Oramos humildemente:
A  Perdónanos nuestros pecados como nosotros perdonamos a los que pecan contra nosotros.
 Una piedra de nuestro muro es «aislamiento». 
Se coloca la piedra con el concepto clave «aislamiento».
L11  Dios de bondad, el amor de Cristo nos apremia a que pidamos perdón por las veces en las que nos hemos aislado de nuestros hermanos y hermanas cristianos y de las comunidades en las que vivimos. Oramos humildemente:
A  Perdónanos nuestros pecados como nosotros perdonamos a los que pecan contra nosotros.
 Una piedra de nuestro muro es «orgullo».
Se coloca la piedra con el concepto clave «orgullo».
L12  Dios de bondad, el amor de Cristo nos apremia a que pidamos perdón por nuestro orgullo. Oramos humildemente:
A  Perdónanos nuestros pecados como nosotros perdonamos a los que pecan contra nosotros.
Respuesta cantada: «¡Perdónanos, Señor!»
P  Oremos: Señor, Dios nuestro, mira este muro que hemos construido, que nos separa de ti y de los demás. ¡Perdónanos nuestros pecados! ¡Sánanos! ¡Ayúdanos a superar todos los muros de división y haznos uno en ti!
A  Amén.
Himno/Canto/Música meditativa

III. Reconcíliate con Dios, escucha la Palabra de Dios
Primera lectura: Ezequiel 36, 25-27 
Salmo responsorial:
 Salmo 18, 25-32 (cantado)
Respuesta: Te amo, Señor, fortaleza mía.
Eres fiel con quien es fiel,
honrado con el honrado,
sincero con el sincero,
sagaz con el retorcido.
Porque tú salvas al pueblo humillado
y abates las miradas altivas.
Respuesta: Te amo, Señor, fortaleza mía.
Tú enciendes mi lámpara, Señor,
iluminas, ¡oh Dios!, mi oscuridad.
Contigo me lanzo al asalto,
 
con mi Dios franqueo la muralla.
El camino de Dios es perfecto,
la palabra del Señor exquisita;
es un escudo para los que en él confían.
Pues, ¿quién es Dios, aparte del Señor?
¿Quién una fortaleza, sino nuestro Dios?
Dios es quien me ciñe de fuerza
y hace perfecto mi camino.
Respuesta:Te amo, Señor, fortaleza mía.
Segunda lectura: 2 Co 5, 14-20
Aleluya
 (cantado)
Evangelio: Lucas 15, 11-24 
Aleluya
 (cantado)
Sermón

IV.     Responde con fe, vive reconciliado
Mientras se desmantela el muro y se colocan las piedras en forma de cruz, se canta un canto de reconciliación o un himno a la gloria de la cruz.
P  Oremos: Dios de bondad y Padre del cielo, hemos escuchado tu Palabra de la reconciliación contigo por medio de tu Hijo Jesucristo, nuestro Señor. Por la fuerza del Espíritu Santo transforma nuestros corazones de piedra. Ayúdanos a ser ministros de reconciliación y a sanar las divisiones en nuestras Iglesias para que podamos servirte mejor como instrumentos de tu paz en el mundo.
A  Amén.
La paz
P  La paz del Señor esté siempre con vosotros.
Démonos una señal de paz.
Himno/Canto
(Colecta/Ofertorio)

V. Responde con fe, proclama la reconciliación
Credo
Oraciones de intercesión 
Después de cada petición, tres personas encienden sus velas de una fuente central de luz (por ejemplo, un cirio pascual) y se quedan de pie junto a la cruz hasta el momento titulado «mandato de Cristo».
L1  Dios todopoderoso, has enviado a tu Hijo Jesucristo para reconciliar al mundo contigo. Te alabamos por aquellos que mandas en el poder del Espíritu a proclamar el Evangelio a todas las naciones. Te damos gracias porque en todas las partes del mundo ha surgido una comunidad de amor reunida por sus oraciones y sus trabajos y de que en todas partes tus siervos invocan tu nombre. Que tu Espíritu despierte en cada comunidad hambre y sed de unidad en ti. Oremos al Señor:
Respuesta cantada/rezada: Señor, escucha nuestra oración.
Se debe dejar suficiente tiempo para que los ministros enciendan sus velas del cirio pascual.
L2 Dios de bondad, oramos por nuestras Iglesias. Llénalas de toda paz y verdad. Donde la fe se ha corrompido, purifícala; donde las personas se pierden, redirígelas; donde dejan de proclamar el Evangelio, refórmalas; donde dan testimonio de lo que es justo, refuérzalas; donde pasan necesidad, atiéndelas; donde están divididas, reúnelas. Oremos al Señor:
Respuesta cantada/rezada: Señor, escucha nuestra oración.
Se debe dejar suficiente tiempo para que los ministros enciendan sus velas del cirio pascual.
L3  Dios creador, nos has hecho a tu imagen y nos has redimido por medio de Jesucristo, tu Hijo. Mira con compasión a toda la familia humana; quita de nosotros la soberbia y el odio que infectan nuestros corazones; rompe los muros que nos separan; únenos con lazos de amor. Y también en nuestras debilidades, sigue obrando para realizar tu propósito en el mundo, para que todos los pueblos y las naciones te puedan servir en armonía en torno a tu trono celestial. Oremos al Señor:
Respuesta cantada/rezada: Señor, escucha nuestra oración.
Se debe dejar suficiente tiempo para que los ministros enciendan sus velas del cirio pascual.
L4  Espíritu Santo, dador de vida, hemos sido creados para llegar a la plenitud en ti y compartir esta vida con nuestros hermanos y hermanas en el mundo. Despierta en cada uno de nosotros tu compasión y tu amor. Danos fuerza y valor para luchar por la justicia en nuestros vecindarios, para construir la paz dentro de nuestras familias, para confortar a los enfermos y moribundos y para compartir todo lo que tenemos con los que pasan necesidad. Por la transformación de cada corazón humano, oremos al Señor:
Respuesta cantada/rezada: Señor, escucha nuestra oración.
Se debe dejar suficiente tiempo para que los ministros enciendan sus velas del cirio pascual.
Oración del Señor
Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
 
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
 
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.
 
Porque tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria
 
por los siglos de los siglos. Amén.

VI. Embajadores de Cristo, ministros de reconciliación
Mandato de Cristo
Los doce ministros pasan la luz a través de la asamblea hasta que cada persona tenga una vela encendida.
P  Una vela encendida es un signo profundamente humano: ilumina la oscuridad, da calor y seguridad y crea comunidad. Es signo de Cristo, luz del mundo. Como embajadores de Cristo llevaremos esta luz al mundo, a los lugares oscuros en los que las luchas, los desacuerdos y las divisiones impiden un testimonio común. ¡Que la luz de Cristo produzca la reconciliación en nuestros pensamientos, palabras y obras!
¡Recibe la luz de Cristo y llévala a los lugares oscuros de nuestro mundo! ¡Sé ministro de reconciliación! ¡Sé embajador de Cristo!

Bendición y envío
 A ti clamamos, Dios rico en misericordia: 
¡Que todos los que buscan la reconciliación experimenten tu ayuda
para que puedan proclamar tus obras maravillosas de Amor!
Pedimos esto en el nombre de tu Hijo, Jesucristo, nuestro Señor.
A  Amén.
P  Que la bendición de Dios todopoderoso, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo descienda sobre vosotros y permanezca siempre.
A  Amén.
 Podéis ir en la paz de Dios.
A  Demos gracias a Dios.
Himno/canto

Sonne der Gerechtigkeit, de Christian David (Rise, O Sun of Righteousness, traducción de Frank W. Stoldt), u otro canto elegido por el comité local que prepara la celebración.

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