Anglocatólico

COMUNIDAD ECUMÉNICA MISIONERA LA ANUNCIACIÓN. CEMLA
Palabra + Espíritu + Sacramento + Misión
Evangelizar + Discipular + Enviar


“Hay un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, actúa por todos y está en todos.” Ef 4,5s.

Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.

+Gabriel Orellana.
Obispo Misionero
¡Ay de mí si no predico el Evangelio! 1 Co 9,16b.

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sábado, 30 de abril de 2011

LO ESENCIAL DE LA FE CRISTIANA


1. Creemos en el Dios Trino

Hay un solo Dios, que se auto reveló como tres personas, “de una sustancia poder y eternidad”, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Por causa del evangelio rechazamos cualquier propuesta para modificar o marginar estos nombres y afirmamos su justo lugar en la oración, la liturgia y el canto de himnos. Pues el evangelio nos invita por el Espíritu Santo a compartir compañerismo eternamente con el Dios Trino, como hijos adoptados en la familia de Dios en la cual Jesucristo es a la vez Salvador y nuestro hermano.

(Dt. 6:4, Is . 45:5, Mt. 28:19, 2 Co.13:14, Gá. 4 :4-6, 2 Ts. 2 :13-14, 1P.1:2, Jud. 20 :21. Ver Artículo I de los 39 Artículos, Libro de Oración Común)

2. Creemos en Dios: Creador, Redentor y Santificador

El Todopoderoso Dios Trino creó un universo que en todo sentido era bueno hasta la caída y confusión producidas por la rebelión de sus criaturas. Habiéndose introducido el pecado, Dios en amor se propuso restaurar el orden cósmico con :

- el llamamiento de un pueblo con el cual hizo un pacto, es decir, Israel.
- la venida de Jesucristo para redimirnos.
- el derramamiento del Espíritu Santo para santificarnos.
- el surgimiento y la edificación de la iglesia para ofrecerle culto y dar testimonio en el mundo.
- la segunda venida de Cristo en gloria para hacer nuevas todas las cosas. A través de la historia el desenvolvimiento del plan de Dios se ve caracterizado por sus obras milagrosas de poder.

(Gn. 1:3, Is. 40:28, 65:17, Mt. 6:10 Jn. 17:6, Hch. 17:24-26- 28, 1Co. 15:28, 2 Co. 5:19, Ef. 1:11, 2 Ti.3:16, He.11:3, Ap. 21:5, Ver Artículo I)

3. Afirmamos que la palabra se hizo carne. Creemos en Jesucristo:

- el hijo encarnado de Dios, nacido de la Virgen María, en vida sin pecado.
- resucitado de los muertos corporalmente, y ahora reinando en gloria, aunque aún presente con su pueblo por el Espíritu Santo.
- El es a la vez el Jesús de la historia y el Cristo de las Escrituras.
- Es Dios con nosotros, el único mediador entre Dios y la humanidad, la fuente de la salvación y el dador de vida eterna a la iglesia universal.

(Mt. 1:24,25, Mr. 15:20-37, Lc. 1 :35, Jn. 1 :14, 17:20-21, Hch. 1:9-11, 4 :12, Ro. 5:17, Fil. 2:5-6, Col.2:9, 1 Ti. 2:5-6, He. 1:2, 9 :15. Ver Artículos II-IV, el Credo de Nicea)

4. Creemos en Jesucristo el único Salvador

El pecado humano es rebelión orgullosa contra la autoridad de Dios. Se expresa en nuestro rechazo a vivir en amor tanto con el creador como con sus criaturas. El pecado corrompe nuestra naturaleza y su resultado es la injusticia, la opresión, la desintegración tanto a nivel personal como social. Por lo tanto, somos culpables delante de Dios.

- El pecado destruye la esperanza y nos conduce a un futuro sin Dios y separados de todo lo bueno.
- El único que puede salvarnos de la culpa, de la vergüenza y del pecado es Jesucristo. Es el único que puede sacarnos del camino del pecado.
- El arrepentimiento genuino y la fe verdadera en El, son los únicos caminos que nos llevan a la salvación.
- Por su sacrificio propiciatorio en la cruz por nuestros pecados, Jesús venció a los poderes de la oscuridad y aseguró nuestra redención y justificación. Por su resurrección corporal, garantizó la futura resurrección y herencia eterna de todos los creyentes. Por su don regenerador del Espíritu, restaura nuestra naturaleza caída y nos renueva a su imagen.

Así que, afirmamos:
- En cada generación, El es el camino, la verdad y la vida para individuos, pecadores y el único arquitecto y constructor de la comunidad humana restaurada.

(Jn. 14:6, Hch.1:9-11, 2:32-33, 4:12, Ro.3:22-25,
1 Co.15:20-24, 2 Co.5:18-19, Fil. 2:9-11, Col. 2:13-15,
1 Ti 2:5-6, 1P.1:3-5, 1 Jn.4:14, 5:11-12.
Ver artículos II-IV-XI, XV,XVIII,XXXI)

5. Creemos en el Espíritu de Vida, El Espíritu Santo “el Señor, el dador de la vida

- enviado a la iglesia por el Padre y por el Hijo.
- revela la gloria de Jesucristo.
- nos convence del pecado.
- nos transforma en el ser interior.
- nos lleva a la fe.
- nos fortalece para vivir con justicia.
- crea la comunión.
- nos da poder para el servicio.
- el Espíritu Santo transforma nuestra naturaleza humana y nos da un verdadero anticipo del cielo.

La unidad en amor de los cristianos y de las iglesias llenos del Espíritu Santo es señal poderosa de la verdad del cristianismo.

(Gn. 1:2, Ex. 31:2-5, Sal.51:11, Jn.3:5-6, 14:26, 15:26,16:7-11, 13,15, 1 Co.2 :4, 6 :19, 12 :4-7, 2 Co.3 :18, Gá. 4:4-6, 5:22-26, Ef.1:13-24, 5:18, 1 Ts. 5:19, 2 Ti. 3:16. Ver Art., el credo de Nicea)

6. La autoridad de la Biblia

Las Escrituras canónicas del Antiguo y Nuevo Testamento son “la Palabra de Dios escrita” inspirada y autorizada, verdadera y confiable, coherente y suficiente para la salvación. “La Palabra de Dios escrita” tiene vida y es poderosa como guía divina tanto para la conducta como para la fe cristiana.

La fe trinitaria, cristocéntrica, orientada hacia la redención, que se encuentra en la Biblia está encarnada en los credos ecuménicos históricos y los documentos anglicanos fundamentales.

En cada época, el Espíritu Santo conduce al pueblo de Dios, la iglesia, a someterse a las Escrituras para su guía. Para ello, emplea siempre como puntos de referencia el respeto por las sanas tradiciones, el uso humilde de la razón humana y la oración.
La iglesia no puede constituirse en juez de las Escrituras, seleccionando y descartando entre sus enseñanzas. Las Escrituras mismas, bajo la autoridad de Cristo, juzgan a la iglesia en cuanto a su fidelidad a la verdad por El revelada.

(Dt. 29:29, Is.40:8, 55:11, Mt. 5 :17-18, Jn. 10:35, 14 :26, Ro. 1:16, Ef. 1:17-19, 2 Ti. 2:15, 3:14-17, 2P.1:20-21. Ver art. VI - VIII - XX).

7. La iglesia de Dios

Aquella sociedad sobrenatural denominada la Iglesia es :

-la familia de Dios
-el cuerpo de Cristo
-el templo del Espíritu Santo.

Es la comunidad de los creyentes, justifica- dos por fe en Cristo, incorporados a la vida resucitada de Cristo y puesta bajo la autoridad de las Sagradas Escrituras como la Palabra de Cristo. La iglesia en la tierra está unida por medio de Cristo a la iglesia en el cielo en la comunión de los santos. A través del ministerio de la iglesia, es decir, de la Palabra y de los sacramentos del evangelio (el bautismo y la Santa Comunión), Dios ministra vida en Cristo a los fieles, de esta manera capacitándoles para la adoración, el testimonio y el servicio.

En la vida de la iglesia sólo debe sostenerse como esencial para la salvación aquello que puede comprobarse en las Escrituras. Lo no esencial no debe ser requerido de nadie como creencia, ni exigido en materia de doctrina, disciplina o culto.

(Ef. 3:10-21, 5:23-27, 1 Ti.3.15, Heb.12 :1-2, 2 Ti.3.14-17. Ver Artículos XIX, XX y XXI).

8. La nueva vida en Cristo

Dios hizo a los seres humanos a su imagen divina para que pudieran glorificarse y gozarse en El para siempre. Desde la Caída, el pecado nos ha alejado a todos de Dios y ha traído confusión a toda nuestra motivación y accionar.

Así como la propiciación y la justificación nos restauran a la comunión con Dios y nos perdonan el pecado, la regeneración y la santificación también nos renuevan a la imagen de Cristo, para poder vencer el pecado. Es el Espíritu Santo quien nos ayuda a llevar una vida disciplinada y a practicar las disciplinas cristianas. Nos transforma a través de las mismas, en forma creciente.

No nos es otorgada en este mundo la ausencia total del pecado, ni a nivel personal, ni en la iglesia ni en la sociedad. Los cristianos seguiremos siendo defectuosos “en pensamiento, palabra y obra” hasta ser perfeccionados en el cielo.

(Gn. 1:26-28, 3, Jn. 3:5-6, 16:13, Ro. 3:23-24, 5:12, 1 Co. 12:4-7, 2 Co. 3:17-18, Gál. 5:22-24, Ef. 2:1-5, Fil. 2:13, 2 P. 3:10-13. Ver Artículos Filip. IX-XVI).

9. El Ministerio en la Iglesia

El Espíritu Santo otorga dones diferentes y distintivos a todos los cristianos con el propósito de glorificar a Dios y edificar su iglesia en la verdad y el amor. Todo cristiano recibe en su bautismo un llamado a ser un ministro, sea cual fuere su género, raza, edad, o condición socioeconómica.

Cada hijo de Dios debe desarrollar sus dones en la forma de servicio a la cual Dios le ha llamado y equipado.
Dentro del sacerdocio de todos los creyentes, honramos el ministerio de la Palabra y de los sacramentos, al cual son apartados especial- mente los obispos, presbíteros y diáconos.

(Ro. 12 :6-8, 1 Co. 3.16, 6 :11, 12 :4-7, 27, 2Co. 5 :20, Gál. 2.16, Ef. 4 :11-13, 1 Ti. 3 :1, 12-13, 5 :17, Heb. 2 :11, 1 P. 2 :4-5, 9-10. Ver Art. XIX,XXIII).

10. El culto de la iglesia

El llamado primordial de la iglesia, como de cada cristiano, es ofrecer culto, en Espíritu y en verdad, al Dios de la creación, providencia y gracia.

Las dimensiones esenciales del culto son la alabanza y la acción de gracias por todas las cosas buenas, la proclamación y celebración de la gloria de Dios y de Jesucristo, la oración por las necesidades humanas y por el avance del reino de Cristo, y el ofrecimiento de nosotros mismos como sacrificios vivos.

Todas las formas litúrgicas sean informales, escritas, musicales o ceremoniales, deben desarrollarse bajo la autoridad de las Escrituras.

El Libro de Oración Común provee un patrón doctrinal fundado en la Biblia.

Ninguna forma de culto puede exaltar a Cristo verdaderamente ni promover una devoción verdadera hacia El, sin la presencia y el poder del Espíritu Santo. La oración para la sanidad divina, tanto espiritual como física, es un elemento bueno del culto anglicano.

( Jn. 4 :24, 16 :8-15, Hch. 1 :8, 2 : 42-47, Ro. 12 :1, 1Co. 11 :23-26, 12 :7, 2Co. 5 :18-19, Ef. 5 :18-20, Co. 3 :16, 1 Ts. 1 :4-5, 5 :19) Ver Artículo XXXIV

11. La prioridad del Evangelismo

Evangelizar significa proclamar a Jesucristo como Salvador divino, Señor y Amigo, de tal manera a invitar a la gente a acercarse a Dios por medio de El, a rendirle culto y a servirle, y a buscar el poder del Espíritu Santo para su vida de discipulado en la comunidad de la Iglesia. Todo cristiano es llamado a testificar de Cristo, como señal de amor tanto a El cómo a sus prójimos. La tarea, que es así un tema prioritario, demanda entrenamiento personal y una constante búsqueda de métodos apropiados para lograr una comunicación persuasiva y convincente. Nosotros sembramos la semilla y esperamos que Dios envíe el fruto.

(Mt. 5:13-16, 28:19-20, Jn. 3:16-18, 20:21, Hch. 2:37-39, 5 :31-32, Jn.1, 1Co.
1:23, 15:2-4, 2Co.4 :5, 5:20, 1P. 3:15).


12. El desafío de la Misión Mundial

Sigue siendo necesario responder a la Gran Comisión de Jesucristo con un compromiso al evangelismo y al cuidado pastoral que va más allá de nuestra propia cultura. El mandato de Jesucristo de predicar el evangelio por todo el mundo, de hacer discípulos y plantar iglesias, sigue estando vigente. La misión debe caracterizarse por el servicio.

Cristo y su salvación deben ser proclamados en todo lugar, con sensibilidad pero enérgicamente, tanto en nuestro país como en el extranjero. La misión transcultural tiene que ser apoyada con oración, generosidad y ofrendas y enviando misioneros. La misión global involucra compañerismo e intercambio.

(Mat. 28:19-20, Mr. 16:15, Lc. 10:2, Ro. 15:23-24, 1Co. 2:4-5, 9:22-23, 2Co. 4:5, 8:1,4,7, Ef. 6:19-20, Fil. 2:5-7,
1 Ts.1:6-8)

13. El desafío a la acción social

El evangelio constriñe a la iglesia a ser “sal” y “luz” en el mundo y a mostrar coherencia en su vida diaria y en las enseñanzas bíblicas para que se ordene correctamente la vida social, económica y política y para que haya una buena mayordomía de toda la creación. Los cristianos deben preocuparse por la causa de la justicia y por hacer actos de compasión. A pesar de que no se puede identificar ningún sistema social con el Reino de Dios, la acción social es parte integral de nuestra obediencia al evangelio.

(Gn. 1 :26-28, Is. 30 :18, 58 :6-10, Am. 5 :24, Mt. 5 :13-16, 22 :37-40. 25 :31-46, Lc. 4 :17-21, Jn. 20:21, 2Co. 1 :3-4, Stg. 2 :14-26, 1Jn. 4 :16, Ap.1:5-6, 5 :9-10. Ver Art. XXXVIII)

14. Los patrones de la conducta sexual

Dios diseñó la sexualidad humana no sólo para la procreación sino también como una expresión gozosa del amor que se expresa en la fidelidad entre un hombre y una mujer dentro del matrimonio. Esta es la única relación sexual que la teología bíblica considera buena y santa.

El adulterio, la fornicación y las uniones homosexuales son intimidades contrarias al diseño y propósito de Dios. Los cristianos, que como todos, luchan contra las tentaciones sexuales, deben buscar cómo recibir y ministrar la sanidad integral que tanto necesitamos en una humanidad sexual- mente lastimada. La homofobia y toda clase de hipocresía y abuso sexual son males y contra ellas los cristianos deben estar siempre en guardia.

La iglesia no puede rebajar los patrones divinos de conducta sexual para ninguno de sus miembros, sino más bien buscar cómo honrar a Dios apoyando esas normas tenazmente, hasta oponerse con coraje a las desviaciones de las mismas que se aceptan en la sociedad.

Cada congregación local tiene que buscar las maneras de responder a las necesidades específicas de amistad y comunidad que tienen los solteros.

(Gn. 1 :26-28, 2 :21-24, Mt. 5 :27-32, 19:3-12, Lc. 7 :36-50, Jn. 8 :1-11, Ro. 1 :21-28, 3 :22-24, 1Co. 6 :9-11, 13-16, 7 :7, Ef. 5 :3, 1 Ti.1 :8.11, 3 :2-4, 12).


15. La familia y el llamado al celibato

El amor, la intimidad, el crecimiento hacia la madurez, la estabilidad de la mujer, el hombre y los niños, todos reciben su orientación divina a través de la familia nuclear.

El divorcio, el abuso de menores, la violencia doméstica, la violación, la pornografía, el ausentismo de padres, la dominación sexista, el aborto, el concubinato y las parejas homosexuales, todos reflejan el debilitamiento del ideal de la familia.

Los cristianos tienen que fortalecer la vida familiar mediante la enseñanza, el entrenamiento, el apoyo activo y el trabajo a favor de las condiciones sociopolíticas que apoyan a la familia.

Las familias donde hay un solo padre y las víctimas de los hogares destrozados tienen necesidades específicas a las cuales las congregaciones locales tienen que responder con sensibilidad y compasión.

El celibato es también digno de respeto como un don de Dios y una vocación santa. Los solteros reciben con el llamado la gracia de dios para vivir en castidad.

( Sal. 119:9-11, Pr. 22:6, Mat. 5:31-32, Mr. 10:6-9, 1 Co. 6:9-11, Ef. 5:21, 6:4, Col. 3:18-21, Jn. 3:14-15).

16. El nuevo comienzo

Juntos reafirmamos nuestra confianza en el cristianismo que se expresa en los patrones históricos de los credos ecuménicos.

El respeto por estos patrones refuerza nuestra identidad y comunión. Como pecadores, reconocemos que a menudo hemos sido desobedientes al Señor de la iglesia. Con la ayuda de Dios, resolvemos guardar nuestra herencia de fe y transmitirla intacta, integralmente.

Esta plenitud de fe es necesaria tanto para la renovación de la Iglesia como para la proclama eficaz de las Buenas Noticias de Jesucristo en el poder del Espíritu Santo.

Afirmando que esta declaración contiene lo esencial de la fe para el discipulado y la práctica cristiana para nuestros días.

En esta declaración creemos estar insistiendo solamente en aquello que es genuinamente esencial. En cuanto a lo no esencial, debemos pedir la gracia del Señor para reconocer y respetar esa libertad de otros que ha caracterizado tradicionalmente a nuestra herencia anglicana.

1 comentario:

  1. S.E.R
    Abp. Gabriel Orellana:
    Le saludo en la Paz de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
    Reciba los más afectuosos saludos fraternos desde Argentina. Celebro que hayáis adoptado el standar de Montreal para vuestra iglesia, al igual que nosotros. Podríamos hacer un acuerdo de intercomunión para celebrar la fe que nos une.

    ++The Most Rev. Julio César Fernández (D.D)
    Iglesia Episcopal Evangélica "San Marcos"
    (St. Mark`s Diocese) - Argentina.
    http://iglesiaepiscopalevangelica.blogspot.com/

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