Ritual para la Vida Consagrada
Los cristianos que, respondiendo al
llamamiento de Dios, deseen comprometerse a la
vida religiosa, lo pueden hacer ofreciendo
sus votos directamente al obispo de la diócesis.
El orden siguiente no tiene intención de
sustituir las fórmulas usadas para admitir miembros a las
comunidades religiosas.
Cuando haya intención de hacer profesión
permanente, el proceso normal incluye tres etapas:
El
noviciado,
los votos temporales o anuales, y
la profesión permanente.
En algunos casos los candidatos pueden optar por
no seguir con los votos anuales.
El noviciado es un periodo de prueba.
La admisión al noviciado normalmente se celebra en el Oficio Diario semanal,
cuando se canta el himno o antífona que sigue a las colectas. El
noviciado requiere la promesa de aceptar y cumplir una especifica y aceptada regla de vida por un periodo de tiempo que
el obispo prescriba.
Los votos temporales o anuales son hechos cuando se
termine satisfactoriamente el periodo de prueba requerido. En esta ocasión, la
persona hace los votos de pobreza, castidad y
obediencia al obispo por un determinado periodo de tiempo. Esta
etapa requiere aceptar la obligación de recitar una
forma aprobada del Oficio Diario. El
rito se efectúa durante la celebración de la Santa Eucaristía,
inmediatamente después de la Oración de los Fieles y antes de la Paz. Se puede dar
al novicio vestimentas especiales como signo de
dedicación.
Los votos permanentes se hacen en celebración
festiva de la Santa Eucaristía. En esta ocasión se pueden dar símbolos
adicionales que indican dedicación.
El orden del rito es idéntico para las tres
etapas:
1. Petición del candidato para ser admitido al
estado correspondiente.
2. Sermón, homilía o plática dirigida al
candidato.
3. Exámen del obispo que abriga al candidato en
relación a la misma.
4. Promesas o votos correspondientes a la etapa
de la profesión.
5. Oración o bendición apropiada que se agrega a
ésta u otra fórmula similar.
6. Presentación de hábitos y otros símbolos de
la vocación especial.
Salmos y lecciones apropiados
Antiguo Testamento
Génesis
12:1-4a (4b-8) (El llamamiento de Abrahán)
1
Samuel 3:1-11 (El llamamiento de Samuel)
1
Reyes 19:16b, 19-21 (El llamamiento de Eliseo)
Salmos
23 (El Señor es mi pastor)
24:1-6
(7-10) (¿Quién subirá al monte del Señor?)
27:1-11
(12-18) (Tu rostro buscaré, oh Señor)
33:(1-11),
12-22 (El ojo del Señor está sobre los que le temen)
34:
1-8 (9-22) (Bendeciré al Señor en todo tiempo)
40:1-12 (El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado)
63:1-12 (Oh Dios, tú eres mi Dios; ardientemente te busco)
100 (Sirvan al Señor con alegría)
Nuevo Testamento
Hechos
2:42-47 (La enseñanza y fraternidad de los apóstoles)
Hechos
4:32-35 (Tenían todas las cosas en común)
1
Corintios 1:22-32 (Dios escogió lo necio del mundo)
Filipenses
3:8-14 (Para ganar a Cristo)
Colosenses
3:12-17 (Vístanse de amor, que es el vínculo perfecto)
1
Juan 4:7-16 (El que Permanece en amor, permanece en Dios)
El Evangelio
San
Mateo 16:24-27 (Toma tu cruz, y sígueme)
San
Mateo 19:3-12 (Eunucos por causa del reino de los cielos)
San
Mateo 19:16-26 (Vende lo que posees y dáselo a los
pobres)
San
Juan 15:1-8 (Yo soy la vid, ustedes los pámpanos)
Oración por un novicio
Mira
con favor, Dios todopoderoso, a este tu siervo, N., quien, respondiendo a la
acción del Espíritu Santo, desea entregarte su vida en una vocación especial y
está comprometiéndose para abrazar el triple sendero de la pobreza, la castidad
y la obediencia. Concédele la fortaleza de tu gracia para perseverar en este
empeño, y la guía del Espíritu para que encuentre su verdadera vocación. Y si
es tu voluntad que continúe en
este sendero, revélaselo, te lo pedimos, y en tiempo oportuno condúcelo a hacer
los votos solemnes; por medio de Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina
contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos.
Amén.
Dedicación de una persona que va a hacer votos
temporales o anuales
Que Dios el Señor quien llamó a Abrahán para dejar su hogar
y parentela y viajar a una tierra desconocida, y quien dirigió al pueblo de
Israel por medio de la mano de Moisés su siervo a través del desierto a la tierra
prometida: Te guíe en tu peregrinaje, y te conduzca por sendas seguras, por
amor a su
Nombre.
Amén.
Que Dios Hijo, quien en su vida terrenal con
frecuencia estuvo a solas pero nunca solitario porque el Padre estaba con él:
Sea tu constante compañero en tus retiros del agitado mundo, y tu soporte y
fortaleza cuando regreses a dar testimonio del amor y poder de Dios.
Amén.
Que Dios Espíritu Santo, que nos ayuda en nuestras debilidades,
e intercede por los santos de acuerdo con la voluntad del Padre: Te enseñe a
orar como debes hacerlo; te fortalezca para lograr pureza de fe, santidad de
vida y perfección en el amor, y te mantenga cada día estrechamente unido al
Padre por medio del Hijo.
Amén.
Y
que Dios todopoderoso,
la santa e indivisa Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, guarde tu
cuerpo, salve tu alma, y te lleve con seguridad a la mansión celestial, donde
vive y reina por los siglos de los siglos.
Amén.
Dedicación de una persona que va a hacer los
votos permanentes
Bendito
eres tú, oh Señor Dios nuestro, por tu gran amor al enviar al mundo a tu Hijo
unigénito, quien por nosotros y por nuestra salvación, se anonadó a sí mismo de
su divino estado, y abrazó una vida separada del consuelo familiar, no teniendo
siquiera dónde reclinar su cabeza. También bendecimos tu Nombre porque en toda época y lugar
has llamado a hombres y mujeres a imitar a su Señor, llenándoles de celo por tu
reino y tu justicia por encima de toda consideración mundana, el amor a tus
pequeñuelos sobre todas las exigencias de la carne y de la sangre, y obediencia
a tu voluntad en vez de ambiciones personales.
Acepta,
te suplicamos, la profesión permanente de N., tu siervo, quien, siguiendo el
ejemplo del Señor Jesús, de Ana la profetisa, del santo Simeón, de la dama
Juliana y Nicolás Farrar [de _____ ], y de tus innumerables santos, ahora se
ofrece a sí mismo a tu servicio en una vida de pobreza, castidad y obediencia.
Concede que tu Espíritu Santo more en él abundantemente, dándole firmeza de
propósito, santificándole plenamente, y guiándole por las sendas seguras de
servicio y de testimonio, para honra y gloria de tu grandioso Nombre; por medio
de Jesucristo nuestro Señor, que contigo y el Espíritu Santo vive
y reina, un solo Dios, ahora y por siempre. Amén.
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