Anglocatólico

COMUNIDAD ECUMÉNICA MISIONERA LA ANUNCIACIÓN. CEMLA
Palabra + Espíritu + Sacramento + Misión
Evangelizar + Discipular + Enviar


“Hay un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, actúa por todos y está en todos.” Ef 4,5s.

Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.

+Gabriel Orellana.
Obispo Misionero
¡Ay de mí si no predico el Evangelio! 1 Co 9,16b.

whatsapp +503 7768-5447

domingo, 26 de agosto de 2012

TEOLOGÍA DEL DOMINGO


El domingo es el núcleo primitivo del ciclo litúrgico. Para poder comprenderlo mejor vamos a analizar los diferentes nombres que a lo largo de los primeros siglos ha recibido. A través de estos nombres aparece el domingo como la Pascua semanal, el día que encabeza la semana y es, también, la columna vertebral de la celebración del misterio de Cristo a lo largo de todo el año.

El primer día de la semana

Cuando el domingo no tenía nombre específico entre los cristianos, éstos lo llamaban simplemente con su nombre judío: el primer día de la semana. Día en el que Dios dio comienzo a la Creación (Gn 1,3.5) y también era el día siguiente al Sabbat.

La primitiva comunidad, acorde con su vivencia y en el contexto de la persecución y el martirio, celebró y fortaleció su fe en la expresión del domingo. De esta manera se celebraba la eucaristía al amanecer, vinculada a la resurrección, más que al atardecer, que se vinculaba más a la cruz, como lo atestigua S Cipriano. Por su parte, S. Ignacio de Antioquía nos recuerda que los cristianos ya no guardan el sábado sino que viven según el domingo. En la tradición bíblica se resalta la importancia del Sábado, ya que es el único que tiene nombre propio entre los hebreos, los demás días son denominados como el primero, el segundo,… la liturgia romana los interpretará como ferias. Pero la resurrección de Cristo inaugura la nueva creación en el primer día de la semana, transformando el significado de este día.

Por esta razón, el domingo cristiano pone su fuerza en la resurrección, en la presencia del Resucitado en medio de la asamblea. Los cuatro evangelios sitúan, en este día, la resurrección del Señor: el día siguiente al sábado, el primer día de la semana (Mt 28,1; Mc16, 2; Lc 24,1; Jn 20,1). El domingo, por tanto, existe en razón de Cristo resucitado, es una manifestación del Resucitado a los suyos transformando el tiempo y rompiéndolo en relación a la semana Y todo ello en la eucaristía, en la que se hace presente el Misterio Pascual. Por eso, la expresión el primer día de la semana pone de relieve el tema de la Pascua Semanal como paso de las tinieblas a la luz, como la victoria sobre la muerte, resurrección y novedad de vida.

El día del Señor

Esta expresión aparece en Ap 1,10 para señalar el día en que tuvo lugar la revelación de Jesucristo a Juan. Es el día dedicado a Dios. Para los autores cristianos, es un día dedicado a Cristo, más que al Dios uno, es el día del Kyrios. Ya que Cristo por su resurrección ha sido constituido como Señor (Flp 2,5-11). El domingo, de esta manera, se convierte en un memorial semanal y eficaz de la resurrección del Señor y en ella de todo el misterio de nuestra salvación.  

A finales del Siglo I d.C. este título de Kyrios se aplica como nombre propio del emperador romano, haciendo de él un ser divino. Nerón fue el primero en utilizarlo y Domiciano se titulaba así mismo como Dios y Señor. Entonces ¿por qué se utilizó para designar el día en que los cristianos se reunían?. Como ya atestiguaba Tertuliano en el s.II este día se podía haber llamado simplemente día de la resurrección. Sin embargo, la primera comunidad cristiana tiene una intencionalidad concreta para designarlo así: es el día en el que los cristianos celebran la cena del Señor (1Cor 11,20). Se celebra al Señor resucitado y se renueva la cena del Señor.

Este día, entre los cristianos, estuvo siempre caracterizado por la alegría, así lo afirman las Constituciones Apostólicas: El primer día de la semana estamos siempre alegres pues el que se aflige el primer día de la semana comete pecado. Esto se manifestaba con dos signos: se prohibía rezar de rodillas (había que rezar de pie como aquellos que estaban de pie delante del trono y del Cordero en Ap 7,9 ya que estamos resucitados con Cristo) y se quitaba el ayuno. También era un día en el que se invitaba a la reconciliación entre los hermanos, era día de la predicación y de la Palabra de Dios.

Así en este día los cristianos reconciliados se reúnen en asamblea para proclamar con alegría la presencia del misterio pascual del Señor. Cada domingo se conmemora toda la historia de la salvación, ya que todos los acontecimientos convergen en la resurrección de Cristo.

El Octavo día.

El domingo también es designado por los cristianos como el octavo día, se quiere remarcar el retorno cíclico del día del Señor, pero distinguiéndolo del sábado. Hay autores que consideran que este nombre del domingo hunde sus raíces en la práctica bautismal de la Iglesia primitiva, ya que el bautismo era celebrado el domingo por la mañana según testimonios antiguos (S. Justino). Para comprender mejor esta expresión vamos a tener en cuenta dos aspectos.

En primer lugar, los padres entendieron que la circuncisión en el pueblo judío, por la cual se accedía al pueblo de la alianza, era prefiguración del bautismo, y ésta se realizaba a los ochos días (Gn 17,12). De igual modo, los cristianos se bautizaban en domingo, el octavo día. En segundo lugar, hace referencia al diluvio, ya que el agua del diluvio es comparada con el agua bautismal (1 Pe 3,20). De aquí el domingo como día bautismal, día de la nueva creación.

El octavo día anuncia también la felicidad de la otra vida como ventana abierta a la eternidad. Así se destaca la dimensión escatológica del domingo que es figura y anticipación del mundo futuro, memorial de la resurrección de Cristo y se su entrada en la gloria, es decir, de nuestra plena participación en el misterio pascual.

El día del Sol.

No es una expresión original cristiana sino que pertenece a algunos círculos paganos. S. Justino fue el primero que la utiliza para referirse al domingo. No se puede olvidar que este título está cargado de simbolismo. Así hace referencia al bautismo como iluminación; también se refiere al descenso de Jesús a los infiernos donde rompe los lazos de la muerte y sube al cielo, simbolizado en el sol que se pone y luego se levanta; y por último a la costumbre de los cristianos de orar vueltos hacia oriente. Recordar también que en el día primero Dios creó la luz. Por todo ello, no sorprende que la Iglesia haya tolerado el uso de este término que en su origen era pagano, aunque no fue un término que caló en el cristianismo, ya que aceptar este nombre implica la aceptación de la semana planetaria romana, lo que implicaba la posibilidad de caer en el sincretismo.

El domingo sacramento de la Trinidad.

El domingo día del Señor no puede dejar de ser también día de la Trinidad, pues la obra de la salvación es común a las tres personas divinas.

Por otro lado, el domingo es el que confiere su rostro a la Iglesia. Es una institución base que se traduce en la asamblea eucarística. Participar en la asamblea dominical pertenece a un imperativo de coherencia eclesial. La Eucaristía hace a la Iglesia y la Iglesia hace la Eucaristía. La Eucaristía hace a la Iglesia en cuanto que es el lugar de irrupción del Espíritu, que representa la pascua de Cristo y reúne así a los hombres en virtud de la reconciliación lograda por ella; la Iglesia hace la Eucaristía en cuanto que es la comunidad celebrante que, obedeciendo el mandato del Señor, se reúne para celebrar el memorial de la nueva alianza.

Partiendo de tres de los nombres dados anteriormente podemos descubrir una resonancia claramente trinitaria de la celebración dominical: el primer día de la semana recuerda a la obra creadora del Padre; el día del Señor a la obra salvadora del Hijo; y el octavo día recuerda a la renovación del Espíritu Santo a través del Bautismo y de la Confirmación abriendo el horizonte hacía la consumación definitiva, la escatología.

En los nombres que recibe el domingo se refleja la riqueza teológica y la enseñanza de la Iglesia primitiva sobre este día que se apoya en algunos elementos como: Asamblea cristiana, primer día de la nueva creación, día de la iniciación cristiana, escucha de la Palabra, día de la alegría,… Como acabamos de ver en estos nombres se destaca el carácter sacramental del domingo como memoria (primer día de la semana), como presencia (día del Señor) y como promesa-profecía (octavo día).

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Muchas gracias por tu aporte lleno de amor y sabiduría, nos edifica...