Anglocatólico

COMUNIDAD ECUMÉNICA MISIONERA LA ANUNCIACIÓN. CEMLA
Palabra + Espíritu + Sacramento + Misión
Evangelizar + Discipular + Enviar


“Hay un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, actúa por todos y está en todos.” Ef 4,5s.

Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.

+Gabriel Orellana.
Obispo Misionero
¡Ay de mí si no predico el Evangelio! 1 Co 9,16b.

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jueves, 31 de enero de 2013

LECCIONARIO Año C +JUEVES SANTO

Año C
Éxodo 12:1–4, (5–10), 11–14
Salmo 116:1, 10–17 loc
1 Corintios 11:23–26
San Juan 13:1–17, 31b–35




La Colecta
Padre todopoderoso, cuyo amado Hijo, en la víspera de su padecimiento, instituyó el Sacramento de su Cuerpo y Sangre: Concédenos, en tu misericordia, que lo recibamos con gratitud como memorial de Jesucristo nuestro Señor, que en estos santos misterios nos da una prenda de la vida eterna; quien vive ahora y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos.  Amén.
Primera Lectura
Éxodo 12:1–4, (5–10), 11–14
Lectura del Libro del Éxodo
El Señor habló en Egipto con Moisés y Aarón, y les dijo:
«Este mes será para ustedes el principal, el primer mes del año. Díganle a toda la comunidad israelita lo siguiente: “El día diez de este mes, cada uno de ustedes tomará un cordero o un cabrito por familia, uno por cada casa. Y si la familia es demasiado pequeña para comerse todo el animal, entonces el dueño de la casa y su vecino más cercano lo comerán juntos, repartiéndoselo según el número de personas que haya y la cantidad que cada uno pueda comer.
[El animal deberá ser de un año, macho y sin defecto, y podrá ser un cordero o un cabrito. Lo guardarán hasta el catorce de este mes, y ese día todos y cada uno en Israel lo matarán al atardecer. Tomarán luego la sangre del animal y la untarán por todo el marco de la puerta de la casa donde coman el animal. Esa noche comerán la carne asada al fuego, con hierbas amargas y pan sin levadura. No coman ni un solo pedazo crudo o hervido. Todo el animal, lo mismo la cabeza que las patas y las entrañas, tiene que ser asado al fuego, y no deben dejar nada para el día siguiente. Si algo se queda, deberán quemarlo.]
Ya vestidos y calzados, y con el bastón en la mano, coman de prisa el animal, porque es la Pascua del Señor. Esa noche yo pasaré por todo Egipto, y heriré de muerte al hijo mayor de cada familia egipcia y a las primeras crías de sus animales, y dictaré sentencia contra todos los dioses de Egipto. Yo, el Señor, lo he dicho.
»”La sangre les servirá para que ustedes señalen las casas donde se encuentren. Y así, cuando yo hiera de muerte a los egipcios, ninguno de ustedes morirá, pues veré la sangre y pasaré de largo. Éste es un día que ustedes deberán recordar y celebrar con una gran fiesta en honor del Señor. Lo celebrarán como una ley permanente que pasará de padres a hijos.”»
Palabra del Señor.
Demos gracias a Dios.
Salmo 116:1, 10–17 loc
Dilexi, quoniam
  1     Amo al Señor, pues ha oído mi voz y mi súplica; *
               porque ha inclinado a mí su oído, siempre que le invoco.
10     ¿Cómo pagaré al Señor *
               por todos sus beneficios para conmigo?
11     Alzaré la copa de la salvación, *
               e invocaré el Nombre del Señor.
12     Pagaré mis votos al Señor *
               delante de todo su pueblo.
13     Preciosa a los ojos del Señor, *
               es la muerte de sus siervos.
14     Oh Señor, yo soy tu siervo; siervo tuyo soy, hijo de tu sierva; *
               me has librado de mis prisiones.
15     Te ofreceré el sacrificio de alabanza, *
               e invocaré el Nombre del Señor.
16     Pagaré mis votos al Señor *
               delante de todo su pueblo,
17     En los atrios de la casa del Señor, *
               en medio de ti, oh Jerusalén.
La Epístola
1 Corintios 11:23–26
Lectura de la Primera Carta de San Pablo a los Corintios
Porque yo recibí esta tradición dejada por el Señor, y que yo a mi vez les transmití: Que la misma noche que el Señor Jesús fue traicionado, tomó en sus manos pan y, después de dar gracias a Dios, lo partió y dijo: «Esto es mi cuerpo, que muere en favor de ustedes. Hagan esto en memoria de mí.» Así también, después de la cena, tomó en sus manos la copa y dijo: «Esta copa es la nueva alianza confirmada con mi sangre. Cada vez que beban, háganlo en memoria de mí.» De manera que, hasta que venga el Señor, ustedes proclaman su muerte cada vez que comen de este pan y beben de esta copa.
Palabra del Señor.
Demos gracias a Dios.
El Evangelio
San Juan 13:1–17, 31b–35
X
Santo Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según San Juan
¡Gloria a ti, Cristo Señor!

Era antes de la fiesta de la Pascua, y Jesús sabía que había llegado la hora de que él dejara este mundo para ir a reunirse con el Padre. Él siempre había amado a los suyos que estaban en el mundo, y así los amó hasta el fin.
El diablo ya había metido en el corazón de Judas, hijo de Simón Iscariote, la idea de traicionar a Jesús. Jesús sabía que había venido de Dios, que iba a volver a Dios y que el Padre le había dado toda autoridad; así que, mientras estaban cenando, se levantó de la mesa, se quitó la capa y se ató una toalla a la cintura. Luego echó agua en una palangana y se puso a lavar los pies de los discípulos y a secárselos con la toalla que llevaba a la cintura.
Cuando iba a lavarle los pies a Simón Pedro, éste le dijo: —Señor, ¿tú me vas a lavar los pies a mí?
Jesús le contestó: —Ahora no entiendes lo que estoy haciendo, pero después lo entenderás.
Pedro le dijo: —¡Jamás permitiré que me laves los pies!
Respondió Jesús: —Si no te los lavo, no podrás ser de los míos.
Simón Pedro le dijo: —¡Entonces, Señor, no me laves solamente los pies, sino también las manos y la cabeza!
Pero Jesús le contestó: —El que está recién bañado no necesita lavarse más que los pies, porque está todo limpio. Y ustedes están limpios, aunque no todos.
Dijo: «No están limpios todos», porque sabía quién lo iba a traicionar.
Después de lavarles los pies, Jesús volvió a ponerse la capa, se sentó otra vez a la mesa y les dijo: —¿Entienden ustedes lo que les he hecho? Ustedes me llaman Maestro y Señor, y tienen razón, porque lo soy. Pues si yo, el Maestro y Señor, les he lavado a ustedes los pies, también ustedes deben lavarse los pies unos a otros. Yo les he dado un ejemplo, para que ustedes hagan lo mismo que yo les he hecho. Les aseguro que ningún servidor es más que su señor, y que ningún enviado es más que el que lo envía. Si entienden estas cosas y las ponen en práctica, serán dichosos. […]
»Ahora se muestra la gloria del Hijo del hombre, y la gloria de Dios se muestra en él. Y si el Hijo del hombre muestra la gloria de Dios, también Dios mostrará la gloria de él; y lo hará pronto. Hijitos míos, ya no estaré con ustedes mucho tiempo. Ustedes me buscarán, pero lo mismo que les dije a los judíos les digo ahora a ustedes: No podrán ir a donde yo voy. Les doy este mandamiento nuevo: Que se amen los unos a los otros. Así como yo los amo a ustedes, así deben amarse ustedes los unos a los otros. Si se aman los unos a los otros, todo el mundo se dará cuenta de que son discípulos míos.
El Evangelio del Señor.
Te alabamos, Cristo Señor.





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